



La reciente imposición de tarifas en Brasil ha reavivado el debate sobre la relación con el imperio del norte en función del interés nacional. ¿Hasta qué punto existe una relación de igualdad entre ambos países o, por el contrario, una relación de vasallaje hacia el norte? ¿Qué define realmente el interés nacional?


El presidente Donald Trump impuso un arancel del 10 % a los productos importados de Brasil. En respuesta, su par brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, aseguró que “protegería” al país de esta medida. Esta situación ha generado inquietud, especialmente considerando que la desaprobación de Lula ha alcanzado un récord histórico del 56 %, el nivel más alto durante todos sus mandatos. Este descontento se debe, principalmente, a su gestión con relación a la política de “protección” frente al aumento del costo de la vida y la creciente inseguridad en el país.
Actualmente, Brasil no establece tarifas específicas para ningún país en particular, siguiendo una normativa de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que prohíbe la discriminación o el beneficio de cualquier miembro del bloque mediante tarifas. En este contexto, el Congreso brasileño aprobó una Ley de Reciprocidad Económica, que permite al gobierno actuar de manera soberana respecto a la OMC, estableciendo que las represalias brasileñas deben ser, “siempre que sea posible”, proporcionales al impacto económico causado por las medidas unilaterales de otros países o bloques. Ahora se espera que la ley sea sancionada por el presidente de la República.
Por otro lado, el expresidente Jair Bolsonaro recordó que, durante el primer mandato de Trump, logró revocar la medida arancelaria contra la importación de acero, de forma exclusiva para Brasil, mientras que las restricciones continuaron vigentes para otros países. “Con esta decisión, EE. UU. dejó de cobrar tasas adicionales de hasta el 46 % en la importación de acero laminado en frío, lo que fortaleció aún más la siderurgia brasileña, que ya exportaba más de 7000 millones de dólares y ahora contaba con mejores condiciones para prosperar”, explicó Bolsonaro.
Bolsonaro, al igual que el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, ante la reciente crisis de los deportados, se ofreció a recibir a los productores de acero y revertir la actual imposición de aranceles.
Así, el debate gira en torno a si Brasil debe enfrentar a Estados Unidos o negociar con ellos. De hecho, el presidente de Argentina, Javier Milei, ya ha avanzado en las conversaciones sobre un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, convirtiendo a su país en el primero de Sudamérica en establecer esta relación con el gobierno de Trump II. ¿Optará Lula por adoptar una postura similar a la de Xi Jinping?
Además de los aspectos económicos, el interés nacional de Brasil también se relaciona con su posición frente a la Amazonía. ¿No ha sido la iniciativa del corredor triple A promovida con fondos de la USAID? ¿Cuántas bases militares de otros imperios se encuentran en los países de Sudamérica, alrededor de Brasil? ¿Por qué al norte del río Amazonas no se desarrollan políticas para esos territorios? ¿Es Brasil la zona de retaguardia de la Alianza del Atlántico Norte? ¿La posición de Brasil sobre la disputa del Esequibo entre Venezuela y Guyana coincide con la de Estados Unidos?
El senador Flávio Bolsonaro, presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado, aprobó una audiencia pública sobre la actuación de la USAID en territorio brasileño, a solicitud del senador Eduardo Girão. Se ha invitado a Michael Benz, exfuncionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, para participar. Benz ha afirmado que la USAID intervino en las últimas elecciones presidenciales de Brasil. El objetivo de la audiencia es esclarecer la transferencia de alrededor de 44,8 millones de dólares (aproximadamente 267 millones de reales) a ONG brasileñas entre 2023 y 2024. Según el senador Girão, el financiamiento a estas organizaciones podría afectar la soberanía nacional.
Esta audiencia y otras iniciativas abren la posibilidad de que en la clase política brasileña surja una tendencia hacia la construcción de un debate en defensa de la nación, lo que sería crucial para definir qué constituye o no el interés nacional. Esto, sin que dicho debate tenga que partir de la agenda de un imperio u otro, sino desde el corazón del imperio de América del Sur.
Fuente: PanamPost





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