La insólita pelea entre los partidos marginales de la izquierda argentina

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Afiche

Como sucede en cada contienda electoral en Argentina, la «interna» de la izquierda es un capítulo aparte, el cual siempre da la nota de color, aunque finalmente termina con el mismo resultado: el Frente de Izquierda obteniendo en algunos distritos la mínima representación parlamentaria (en el mejor de los casos) y el Nuevo MAS «anticapitalista» de Manuela Castañeira quedándose con pésimos números. Si embargo, a pesar de los magros logros que obtienen en las urnas, apenas pasan los comicios, estas facciones nuevamente se vuelven a atribuir la representación del «pueblo» y «los trabajadores».

Esta semana, entrando en la última fase de la campaña, desde las redes sociales, los trotskistas del marginal Nuevo MAS acusaron de «machistas repudiables» a los del Frente de Izquierda, por tapar sus carteles. Aunque una de las dos referentes del FIT que está en el afiche es mujer (Myriam Bregman), parece que si se tapa el cartel de otra candidata, alcanza y sobra como para tildar de machista y patriarcal esta actitud.

El militante que compartió la curiosa imagen en redes acusa al partido de Nicolás del Caño de ser «estalinista» y estar «nervioso», por su futuro en las próximas votaciones, pero la verdad es que aunque al FIT le vaya como le vaya, el Nuevo MAS que organiza los campamentos «anticapitalistas» para la juventud, siempre obtiene las mismas cifras, por demás paupérrimas. Por ejemplo, en las últimas tres elecciones presidenciales, Manuela Castañeira no pasó ni siquiera la instancia de las primarias y tampoco llegó a sacar ni 1 punto. En 2023 obtuvo el 0,36 %, en 2019 llegó a un escaso 0,71 % y en 2015 sacó el 0,46 %, .

En las últimas parlamentarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde el Frente de Izquierda se quedó con una banca con el 3,22 %, el Nuevo MAS fracasó nuevamente con el 0,39 %.

Aunque se rasguen las vestiduras hablando de su utópico colectivismo, lo cierto es que la izquierda termina siendo el espacio más individualista y personalista: los candidatos son los mismos todo el tiempo. Pasan las elecciones y del lado del FIT vemos a Bregman, a Nicolás del Caño, a Christian Castillo, sin ningún tipo de cambio. El fenómeno se repite en Política Obrera, partido formado por los «veteranos» que fueron jubilados del Partido Obrero (columna vertebral del FIT). Allí los que se postulan sistemáticamente son Jorge Altamira y Marcelo Ramal. Por el lado del Nuevo MAS, Castañeira cumple su fetiche de ser la eterna candidata a presidente que no llega al 1 %, pero al menos rota entre sus jóvenes las candidaturas testimoniales a las bancas que jamás obtienen.

Ahora, ¿de qué discuten los trotskistas argentinos? Los del MAS dicen que representan mejor a los trabajadores que los del FIT, solamente porque en su plataforma incluyen la eterna propuesta del salario mínimo, que ahora la ubican en los dos millones de pesos (aproximadamente 1400 dólares). Por el lado del Frente de Izquierda (mainstream trotskista que al menos, de vez en cuando, obtiene alguna banca) deciden ignorar a los marginales testimoniales y no les contestan las acusaciones, ni les abren el debate.

Sin embargo, algunos de sus militantes sí discuten temas de relevancia, como la necesidad de taparles los carteles en la vía pública. Esto es la izquierda argentina. Aunque no sea un actor relevante en la política, al menos en los años de elecciones le ponen la cuota de humor a los comicios, como cuando se debaten en la justicia electoral por el color rojo o por los nombres similares compitiendo como el «Frente de izquierda» contra «La izquierda al frente».

Fuente: PanamPost

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