¿Cambia algo que los países reconozcan a Palestina como Estado?

OPINIÓN Andrea Polidura*
68d15f2b9dc8c.r_d.2939-858-2000.jpeg

La guerra en la franja de Gaza, que ya va camino de cumplir dos años, ha movilizado y polarizado a la comunidad internacional. Países europeos con gran carga histórica en el conflicto palestino-israelí, como Alemania o el Reino Unido, han vuelto a enarbolar la bandera de los dos Estados como la única solución viable. Sin embargo, esta hoja de ruta se complica cada día que pasa, con la completa devastación de la Franja y la evacuación forzosa de su población, así como la anexión de cada vez más territorio de Cisjordania.

Un hipotético Estado palestino, según la resolución 242 de la ONU de 1967, estaría formado por Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Sin embargo, mientras que Israel se ha anexionado por completo Jerusalén oriental, cada vez construye más asentamientos en Cisjordania. Estas colonias judías profundizan la división y la desconexión de las ciudades y aldeas palestinas, convirtiéndolos en enclaves aislados, separados unos de otros por puestos de control, carreteras y franjas de tierra controladas por el Ejército hebreo.

Los canales de comunicación entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) – entidad que administra los territorios palestinos– son prácticamente inexistentes e ineficientes, mientras que las negociaciones con Hamás para poner fin a la guerra y liberar a los rehenes israelíes están completamente rotas. Ante este impasse, países como el Reino Unido, Portugal, Canadá, Australia, Francia, Bélgica o Luxemburgo han tomado la decisión de reconocer el Estado de Palestina «para reavivar la esperanza de paz», como explicó el primer ministro británico, Keir Starmer, este domingo al hacer oficial el reconocimiento.

«Un paso necesario para preservar la solución de dos Estados, dada la insostenible naturaleza de la situación actual», declaró el canadiense, Mark Carney. A estas palabras se sumó también el australiano, Anthony Albanese, quien defendió que «Australia reconoce las legítimas y arraigadas aspiraciones del pueblo palestino a un Estado propio». El presidente francés, Emmanuel Macron, prorrumpió este lunes en el discurso de inauguración de la Conferencia de Alto Nivel para la Solución Pacífica de la Cuestión de Palestina y la Aplicación de Dos Estados de la ONU: «Ha llegado el momento de la paz».

De esta forma ya son 156 –España incluido– los países que reconocen el Estado palestino, de los 193 que integran la Organización de Naciones Unidas. Tres de estos países forman parte del G7 y dos (Francia y el Reino Unido) son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. A pesar del simbolismo que supone que grandes naciones hayan dado este paso, sobre el terreno no implica grandes cambios. «El reconocimiento de Estados es un acto discrecional (no obligatorio, por tanto), declarativo (no convierte en Estado a lo que no lo es) y principalmente político», explica a El Debate José Antonio Perea, profesor titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

Por su parte, el profesor de Historia en la Universidad CEU San Pablo y autor del libro Israel y Palestina. La historia de un conflicto interminable, Eduardo Baura, se muestra convencido de que esta decisión va a provocar el efecto contrario. «A [el primer ministro de Israel, Benjamin] Netanyahu todo lo que tenga que ver con la ONU le parece que carece de legitimidad», apunta Baura. La clave, señala, estará en el papel que desempeñe Estados Unidos. «Mientras Washington mantenga el apoyo incondicional a Israel, Netanyahu estará tranquilo y va a llegar en Gaza todo lo lejos que le permita Estados Unidos», reflexiona el experto en Historia.

En este sentido, Perea aclara que «el acto de reconocer expresamente, como se ha hecho estos días, a Palestina no convierte a esta entidad en un Estado, pues es necesario que cumpla unos requisitos». Entre esas condiciones, el catedrático destaca la necesidad de tener un Gobierno que administre una población y un territorio con soberanía de forma discrecional y con exclusividad; es decir, «sin el dominio o la intervención de otros sujetos internacionales, que no es el caso debido a la ocupación israelí de Cisjordania y ahora de Gaza», aclara.

Para el experto en Derecho Internacional, lo que debería hacer la comunidad internacional es «no obstaculizar los pasos que dé el pueblo palestino para conseguirlo [un país propio], y ayudar, en lo posible, a su libre determinación, y, por supuesto, al cese de la ocupación militar del territorio que le adjudicó la ONU en 1947». Así, Perea recuerda que Hamás no es la voz del pueblo palestino y que su representante, reconocido por Naciones Unidas, es la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Más allá de que realmente se pueda llegar a materializar el Estado palestino, Baura apunta que este reconocimiento por parte de cada vez más países evidencia el aislamiento internacional al que está condenando Netanyahu a Israel por prolongar la guerra en Gaza.

*Para El Debate

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto