José Jerí asume el poder en Perú sin gabinete y bajo crecientes cuestionamientos

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IMA.- A 45 horas de haber asumido la presidencia de Perú tras la destitución de Dina Boluarte, José Jerí aún no pudo conformar su gabinete ministerial. El mandatario interino, de 38 años y perteneciente al partido conservador Somos Perú, enfrenta así un arranque marcado por la parálisis política, la falta de rumbo y las dudas sobre la legalidad de sus decisiones.

Según el artículo 120 de la Constitución, los actos del presidente carecen de validez sin la firma de los ministros, lo que implica que, mientras no haya nombramientos oficiales, buena parte de las decisiones del Ejecutivo carecen de efecto legal. La demora en la designación del primer ministro y del resto del gabinete genera preocupación en un país que arrastra una profunda crisis institucional y social.

En sus primeras horas en Palacio de Gobierno, Jerí se reunió con el fiscal de la Nación interino, Tomás Gálvez, y la presidenta del Poder Judicial, Janet Tello, además de algunos exministros de Boluarte. Sin embargo, no dio señales sobre quiénes podrían ocupar los principales cargos del gabinete. Tampoco respondió a las críticas por sus recientes mensajes en redes sociales, que le valieron acusaciones de machismo y encendieron el debate público sobre su perfil político.

Fuentes del diario peruano La República indicaron que Jerí evalúa nombres de exministros y militantes de Somos Perú. Entre los voceados para el premierato figura Raúl Pérez Reyes, exministro de Economía de Boluarte, con quien el mandatario mantuvo una reunión privada el viernes 10 de octubre. También se mencionan a Carlos Estremadoyro, Miguel Palacios, Jorge Angulo y Cluber Aliaga, todos con experiencia previa en gobiernos recientes.

De concretarse esas designaciones, el gabinete de Jerí no representaría un cambio sustancial respecto de sus antecesores. Estremadoyro, exministro de Transportes de Martín Vizcarra, podría volver al mismo cargo; Palacios, exdecano del Colegio Médico, suena para Salud; y los exgenerales Jorge Angulo y Cluber Aliaga son los principales candidatos para Interior, en línea con el discurso de “mano dura” que Jerí prometió al asumir.

El nuevo presidente, sin embargo, enfrenta cuestionamientos que van más allá de la falta de gabinete. Fue denunciado a inicios de 2025 por presunta violación sexual —caso archivado por falta de pruebas— y está bajo investigación por enriquecimiento ilícito, luego de que su patrimonio pasara de 90.000 soles peruanos (unos 26.000 dólares) en 2021 a más de un millón (unos 293.000) en 2024. Además, una empresaria lo acusó de haber facilitado un soborno cuando presidía la Comisión de Presupuesto del Congreso, aunque el hecho no llegó a judicializarse.

Jerí juró el cargo tras la destitución de Boluarte por “incapacidad moral”, votada el jueves pasado en medio de una ola de protestas por el aumento de la criminalidad. Su llegada al poder lo convierte en el séptimo presidente peruano en nueve años, en un contexto de desgaste institucional sin precedentes.

En su primer discurso, prometió una “guerra contra el crimen” y un “gobierno de transición y reconciliación nacional”. Sin embargo, desde la oposición dudan de su capacidad para sostener el poder. “Su gobierno no se va a sostener una semana; será la gente en las calles quien lo saque”, advirtió el congresista Jaime Quito, del bloque socialista.

El Congreso prevé que Jerí complete el mandato hasta julio de 2026, cuando el país celebrará elecciones generales. Mientras tanto, el presidente enfrenta el desafío de calmar la agitación social, restaurar la confianza en las instituciones y evitar que el vacío de poder prolongue la crisis política que desde hace años atraviesa Perú.

La inestabilidad se da en medio de una economía que intenta recuperarse tras la recesión de 2023 y que, según estimaciones oficiales, crecería entre 3,1% y 3,5% este año. Aunque el sol peruano se mantuvo estable tras la destitución de Boluarte, los analistas advierten que la falta de certidumbre política podría erosionar la confianza de los inversores y complicar los esfuerzos de recuperación. En las calles, el sentimiento dominante es el escepticismo: la mayoría de los peruanos percibe a Jerí como una figura improvisada, producto de un sistema político desgastado.

Agencias AFP y Reuters

Fuente: La Nación

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