La IA ha llegado para transformar la educación

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En los últimos años, todo ha cambiado para los estudiantes universitarios. Las aplicaciones capaces de redactar trabajos académicos se han convertido de repente en parte de la vida cotidiana. ¿Cuál es el impacto real de la inteligencia artificial (IA)? ¿Es una herramienta útil para el aprendizaje personalizado o un camino hacia la deshonestidad académica?

De la nada, la IA se convirtió en la mejor amiga de los estudiantes. Una herramienta creada en 2022 es ahora un hábito diario. Los profesores pueden ver deshonestidad, pero los estudiantes ven eficiencia. ¿Es la IA una ayuda adicional o un atajo para evitar el aprendizaje? El verdadero problema es la disminución de los estándares educativos. ¿La dependencia excesiva de la IA hará que los estudiantes sean más inteligentes o traerá consecuencias más oscuras?

Según un nuevo estudio realizado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), lo segundo podría ser cierto. Los investigadores descubrieron que escribir ensayos con ChatGPT puede provocar una «deuda cognitiva» y un «descenso gradual de la calidad de las evaluaciones escritas».

Durante cuatro meses, los investigadores del MIT pidieron a 54 adultos que escribieran ensayos en tres grupos: los que utilizaban ChatGPT, los que utilizaban un motor de búsqueda y los que solo utilizaban sus propias habilidades. El equipo realizó un seguimiento de la actividad cerebral y analizó los escritos para ver el grado de implicación de los participantes. Los resultados fueron interesantes: los que dependían de la IA mostraron una implicación cerebral mucho menor e incluso tuvieron dificultades para recordar sus propias citas. Cuando más tarde se les pidió que escribieran sin IA, obtuvieron los peores resultados de todos.

El estudio fue pequeño, con solo 18 participantes en la ronda final, pero plantea una gran pregunta: ¿la dependencia excesiva de la IA nos dificulta pensar por nosotros mismos?

La inteligencia artificial es todavía una herramienta relativamente nueva. Pero su auge ha creado importantes retos para la integridad académica. Este escepticismo no es nuevo; la gente tenía preocupaciones similares cuando aparecieron las calculadoras digitales. También se consideraban «soluciones fáciles». Sin embargo, en la década de 1970, los exámenes se rediseñaron para adaptarse a la nueva realidad; en lugar de calcular a mano, se esperaba que los estudiantes utilizaran calculadoras y resolvieran problemas complejos.

El verdadero desafío es que las instituciones no han actualizado sus estándares o ni siquiera saben cómo hacerlo. Los profesores siguen asignando las mismas tareas y esperando los mismos resultados que hace cinco años, ignorando el hecho de que ahora existe una nueva y potente herramienta.

Es esencial que las generaciones actuales y futuras puedan pensar de forma crítica y creativa y resolver problemas. Sin embargo, la IA redefine lo que esto significa. Escribir ensayos a mano ya no es la única forma de demostrar el pensamiento crítico, al igual que la división larga no demuestra automáticamente las habilidades numéricas.

Ya, el 89 % de los estudiantes universitarios estadounidenses admiten que utilizan ChatGPT para hacer los deberes, a pesar de sus limitaciones. La adaptación es urgente. Algunas universidades, como Stanford, Barnard y la Universidad de Nueva York, han comenzado a ofrecer cursos de alfabetización en IA, en los que los estudiantes aprenden a evaluar las consecuencias de la IA y a comprender cuándo no utilizarla.

Europa está tomando un camino ligeramente diferente. Las directrices de la Comisión Europea hacen hincapié en la transparencia, la responsabilidad y la equidad en la educación sobre IA. En lugar de prohibir la herramienta, están tratando de integrarla en el proceso de aprendizaje. Los estudiantes pueden utilizar la IA para generar ideas, corregir la gramática o apoyar la investigación. El objetivo es que los estudiantes comprendan cómo funciona, sus riesgos y sus capacidades.

Asia, sin embargo, es líder en integración. En Corea del Sur y Singapur, los estudiantes utilizan la IA en las aulas y en las evaluaciones. Singapur, a través de su segunda Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (NAIS 2.0), se ha posicionado como líder mundial. El plan describe 15 pasos para los próximos 3-5 años con el fin de promover la IA en la industria manufacturera, las finanzas, la sanidad, la educación y los servicios públicos.

La IA es una parte muy importante del mundo actual. Por mucho que las universidades o las escuelas deseen que nunca hubiera existido, parece que ha llegado para quedarse. Al igual que las calculadoras se encargan de nuestros cálculos, la IA puede apoyar el aprendizaje. Pero el verdadero problema no es la dependencia de la IA, sino su uso indebido. Fingir que esta tecnología no existe o prohibirla debilita la educación. No estamos en 1955; no todos los estudiantes hacen los exámenes a mano. Es necesario plantearles retos y enseñarles a utilizar la IA de forma responsable y ética. De hecho, dominar la IA debería formar parte del éxito académico. Ignorarla deja a los estudiantes sin habilidades, sin preparación y, en última instancia, menos competitivos.

Este artículo apareció originalmente en la Fundación para la Educación Económica.

Fuente: PanamPost

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