"En pandemia no hay derechos", la importancia de no olvidar la barbarie kirchnerista

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La política argentina tuvo muchísimas frases que pasaron a la historia. Cuando Álvaro Alsogaray mandó a llamar a «pasar el invierno», cuando Jorge Rafael Videla dijo que no había tratamiento legal para los desaparecidos porque no estaban «ni vivos ni muertos» o cuando Eduardo Duhalde aseguró en su interinato que quien depositó dólares iba a recibir dólares y quien depositó pesos, recuperaría sus pesos. Sin embargo, en el último tiempo, hubo una frase que, lamentablemente, pasó más desapercibida de lo común.

Es necesario volver a la pandemia del coronavirus y a la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner (2019-2023) para recordar ese momento oscuro en materia de libertades individuales y garantías constitucionales en Argentina. Mientras el kirchnerismo gobernante sometía al país a una cuarentena cavernícola, la «oposición» del PRO toleraba todas las tropelías impulsadas por Fernández y sus gobernadores, como Axel Kicillof.

Cuando los casos de abusos gubernamentales salían a la luz, las críticas sobre las evidentes inconstitucionalidades desembarcaron en el debate público. Absolutamente alejado de la civilidad y de las garantías presentes en la Constitución Nacional, el senador peronista de Formosa José Mayans gritó una aberración recordada por el presidente Javier Milei recordó ayer. El legislador kirchnerista había dicho que como estábamos en una pandemia, en el marco de una cuarentena impuesta desde el gobierno, no estaban vigentes los derechos de los argentinos.

«En pandemia no hay derechos», recalcó el incalificable senador, cuando los ciudadanos hasta desaparecían por las evidentes violaciones a los derechos individuales más básicos.

Ante semejante manifestación, en el marco de una pérdida indignante de libertades, escribí en este medio un artículo tan pesimista como autocrítico. Allí, más que cuestionar al senador kirchnerista, nos cuestioné a nosotros. Manifesté que, si Mayans seguía en su banca, los «argentinos merecíamos lo peor». Un país con una ciudadanía con un mínimo de dignidad y cultura cívica debería haber fomentado el juicio político inmediatamente, que debía haberse resuelto hasta con el repudio de los legisladores de la misma bancada del impresentable en cuestión.

«¿Hasta cuándo le vamos a echar la culpa al kirchnerismo de todo lo que nos pasa? Uno tiene todo el derecho del mundo a indignarse ante los atropellos, la corrupción y la violencia institucional que se generan desde el poder de manera sistemática. Sin embargo, llega un momento cuando también es preciso hacer una autocrítica. Si los argentinos el día de hoy no tenemos la reacción necesaria y generamos la presión para que el senador José Mayans sea eyectado de su banca en el Senado, realmente nos merecemos perder lo poco que nos queda de libertad, a manos de una banda de bandidos ignorantes de poca monta».
Lamentablemente, Mayans siguió en su banca diciendo barbaridades. Recientemente, trató de «tonta» y «estúpida» a una candidata de La Libertad Avanza, que cuestionó las dietas de los senadores. Al menos, una mayoría decidió a finales de 2023 votar por un presidente que proponía todo lo contrario a este senador justicialista, quien desafortunadamente sigue siendo senador.

Anoche, en el acto del cierre de campaña para las elecciones legislativas bonaerenses, el presidente Javier Milei decidió apartarse un instante de su discurso para recordar la barbaridad dicha hace unos años Mayans, hoy de vínculo aceitado con Victoria Villarruel en la Cámara Alta.

«Cuando nos impusieron la cuarentena criminal, parece que olvidaron las garantías constitucionales y los derechos humanos que tanto dicen promover», advirtió el mandatario en su discurso. Milei también resaltó que existieron detenciones arbitrarias y desapariciones en la provincia de Buenos Aires, aún gobernada por el kirchnerismo. «No se olviden nunca de esa morsa impresentable que dijo que en la pandemia no hay derechos. Después, ellos vienen a hablar de la Constitución y los derechos humanos», cuestionó.

Más allá del debate electoral coyuntural, siempre es perentorio recordar aquellos días, no solamente para votar mejor, para que esas barbaridades nunca vuelvan a ocurrir, sino para también tener presente el nivel de ignorancia de una clase política, que no sabe ni siquiera la definición de un derecho o una garantía constitucional.

 
Los derechos y las garantías están justamente para hacerlos valer en los momentos de excepcionalidad y arbitrariedad. El derecho a la propiedad privada no existe para cuando uno está tranquilamente seguro en su casa, sino ante la eventual irrupción de un ladrón que pueda querer entrar a robar. Estas cuestiones básicas parecen escapársele a un político que está atornillado a una banca desde 1987, completamente alejado de las necesidades de la gente que encima debe pagarle el sueldo.

Cuando Mayans pronunció esas terribles palabras, la política era monocorde y gobernaban en todos lados los violadores seriales de la libertad y los derechos individuales. Desafortunadamente ellos siguen ocupando lugares de poder, pero hoy ya deben competir con opciones que proponen otra cosa. El domingo los bonaerenses decidirán a cual espacio respaldan.

Fuente: PanamPost

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