¿Del M-19 a las FARC?: las apuestas electorales de la izquierda en un país donde aumentan 56 % los secuestros

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Colombia se prepara para entrar en la campaña para las próximas elecciones en las que se escogerá al sucesor de Gustavo Petro, el actual presidente que prometió un «gobierno del cambio» con su utópica promesa de la «paz total», que sigue, a menos de un año de entregar el poder, como una asignatura pendiente. Las cifras oficiales demuestran que los homicidios, las masacres y los secuestros no se han reducido. Por el contrario, los números van en ascenso en los tres casos, pero en lo que se refiere a secuestros la situación es aún más alarmante, pues las víctimas han aumentado 56 % en los primeros siete meses de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior. A pesar de esto, la izquierda sigue apostando por figuras con un pasado guerrillero o vínculos con grupos criminales responsables de la violencia en el país como las narcoguerrillas del M-19 y las FARC, el primero desmovilizado en 1990 y el segundo supuestamente desintegrado en el marco del Acuerdo de Paz de 2016 pero con facciones que siguen delinquiendo bajo el eufemismo de «disidencias».

Los números no mienten. Se trata de estadísticas publicadas por el propio Ministerio de Defensa de Colombia en su último informe mensual «Seguimiento a indicadores de seguridad y resultados operacionales», donde los secuestros suben de 131 casos entre enero y julio de 2024 a 143 en el mismo periodo de 2025, lo que representa un aumento de 9 %. Sin embargo, en cuanto a víctimas la variación es aún mayor. De 160 personas secuestradas en los primeros siete meses del año pasado la cifra salta a 249 este año, lo que equivale a un incremento de 56 %. Si de secuestro extorsivo se trata, el salto ha sido de 90 %, al pasar de 99 casos a 188. Otro dato preocupante es que la cifra de rescatados ha caído 12 %. Lo que no han descendido son los homicidios, que muestran un aumento de 4 %, al pasar de 7.528 en 2024 a 7.796 en 2025. Y en cuanto a masacres se cuenta un caso más, subiendo de 45 el año pasado a 46 este año.

Aunque en el mencionado informe del Ministerio de Defensa no se atribuye la autoría de ninguno de los casos de rescate a grupo delictivo alguno y, por el contrario, se etiquetan todos como «sin establecer», históricamente los secuestros en el país han sido cometidos por las narcoguerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), al menos en las últimas tres décadas, y yendo un poco más atrás, tampoco se pude olvidar que en los años 70 el principal grupo armado responsable de los secuestros en el país fue el M-19 –del que hizo parte el hoy presidente Gustavo Petro–, según se detalle en varios capítulos del informe final de la Comisión de la Verdad, presentado en 2022.

María José Pizarro, la heredera del legado simbólico del M-19
La militancia en este grupo terrorista no fue impedimento para que los colombianos eligieran hace tres años a Gustavo Petro como presidente, quien ha pretendido darle un carácter heroico a su pasado insurgente, no solo con el simbolismo atribuido durante su investidura a la espada del Libertador Simón Bolívar que había sido robada por el M-19 sino también por las banderas de esta guerrilla presentes en cada una de las manifestaciones oficialistas. Pero otro detalles de su toma de posesión el 7 de agosto de 2022 que no se puede pasar por alto es el hecho de que haya sido María José Pizarro quien le puso la banda presidencial, cuando era al presidente del Senado, Roy Barreras, a quien le correspondía. Casualidad o no, este acto protocolar se dejó en manos de la senadora del Pacto Histórico que defiende el legado de su padre, Carlos Pizarro Leongómez, quien fue comandante cofundador del M-19. Ahora, María José Pizarro se presenta como una de las aspirantes del oficialismo para la candidatura a la Presidencia por el bloque izquierdista.

Si bien la candidatura de Pizarro busca posicionarse como la continuidad del «cambio» que además preservaría el legado simbólico del M-19 que hoy representa Petro, su aspiración tiene un duro rival interno. Se trata del también senador del Pacto Histórico, Iván Cepeda, quien parece entusiasmar más a los infuencers del petrismo en las redes sociales por una razón tan simple como simplista: Cepeda se ha convertido en el «héroe» y principal referente del antiuribismo por haberle entregado a la izquierda el trofeo de ver al expresidente Álvaro Uribe condenado. De momento, desde el lanzamiento de su precandidatura hace tres días, emerge como la principal ficha del bloque oficialista, aunque él pretenda marcar distancia personal, aunque no con el programa de gobierno, asegurando que no es el candidato de Petro.

Iván Cepeda, el señalado por la oposición de ser el «candidato de las FARC»
 
En todo caso, desde la oposición no se ha ignorado la aparente vinculación de Iván Cepeda con las FARC, según las evidencias encontradas en la computadora del excomandante de esta narcoguerrilla dado de baja en 2008, Raúl Reyes, sobre el trabajo de coordinación de las manifestaciones a favor de este grupo insurgente que presuntamente hacía el senador. Además, las abundantes fotos de Cepeda con líderes de las FARC como alias Iván Márquez y alias Jesús Santrich han dado cabida a cientos de señalamientos contra el hoy precandidato presidencial, quien se escuda en su trabajo en materia de derechos humanos en favor de las víctimas de crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado para justificar los polémicos encuentros.

«Señor Iván Cepeda, en el computador de Raúl Reyes hay pruebas que lo comprometen. ¿Cuándo le dará la cara al país sobre la Farcpolítica?», increpaba hace unos meses el partido Centro Democrático. Hoy, Iván Cepeda amenaza con demandar penalmente a todo el que lo califique como el «candidato de las FARC». Pero este señalamiento no ha hecho más que propagarse desde que oficializó su aspiración presidencial. «Yo sí lo digo sin tibiezas: el señor Iván Cepeda es el candidato de las FARC», escribió en X el concejal Daniel Briceño. Incluso el presidente Gustavo Petro protagonizó en las últimas horas una discusión en redes sociales con la periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila por insinuar quien es «la ficha de las FARC» para las elecciones presidenciales del próximo año.

Lo cierto es que los votantes de extrema izquierda en Colombia parecen inclinarse por este tipo de perfiles con militancia comprobada o aparentes vínculos con los grupos narcoguerrilleros como el M-19 y las FARC, que han sido por décadas los responsables de la violencia en el país que el actual gobierno no logró frenar, mientras el secuestro, los homicidios y las masacres no dan tregua.

Fuente: PanamPost

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