Dictadura en Cuba mata de hambre a su gente: 26 % de los robos en la isla son de ganado

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Cuba es insegura. Solo en el primer semestre de este año ya la isla superó el total de los delitos registrados en 2024, una tendencia que, según el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC), confirma el alza de la criminalidad en el país bajo las riendas del régimen castrista.

Un informe del ente revela que entre el periodo de enero y junio de 2025, Cuba reporta 1319 hechos delictivos documentados, cifra que supera los 1317 contabilizados de enero a diciembre el año pasado y casi quintuplica a los 276 de 2023.  En concreto, el documento precisa que los seis primeros meses de 2025 en promedio se ejecutaron cuatro robos diarios hasta llegar a los 721 casos, de los cuales 193 corresponden a hurto y sacrificio ilegal de ganado, hechos que constatan «la relación directa entre la crisis alimentaria y la criminalidad». A ello, agrega que hubo 63 asesinatos y las víctimas incluyen a mujeres, ancianos y niños.

La Habana, Matanzas y Santiago de Cuba son hasta ahora las provincias asediadas por la ola de criminalidad que, por primera vez, incorpora el tráfico de drogas como una categoría independiente, por sumar 198 crímenes vinculados a la venta ilegal de estupefacientes, su distribución o consumo.  Mientras, la categoría «otros delitos», recogió 238 casos, entre vandalismo, porte ilegal de armas y contrabando.

La dictadura interpreta a su manera las estadísticas. Desde la cúpula del régimen, el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, afirma que «la tendencia es a la baja, pero los indicadores siguen siendo altos».

Represión con consecuencias 
El despliegue de las fuerzas de seguridad del régimen castrista, para solo reprimir las protestas ciudadanas que derivan de los constantes apagones y escasez de agua, potencia la criminalidad en el país.

De hecho, la delincuencia se ve favorecida por el uso de la policía y efectivos militares para perseguir a la disidencia política, así como mantener con vigilancia estatal a quienes convocan las manifestaciones, con el único fin de evitar un nuevo estallido en el país. «Esta orientación explica por qué la criminalidad crece y se diversifica, a pesar de la abundante propaganda oficial sobre supuestas ofensivas contra el delito», apunta el informe.

Las pandillas en Cuba operan sin temor a una detención de las autoridades. El despliegue de los uniformados en otras tareas juega a su favor, indica el documento expuesto por la OCAC, donde también se afirma que la actual subordinación del Ministerio del Interior (MININT) al Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), el conglomerado militar de mayor poder económico de la cúpula comunista, genera condiciones a que benefician a la criminalidad.

La élite mafiosa 
Esas dos instituciones impulsan una «élite mafiosa» que le ha permitido ocultar a la dictadura una fortuna que ronda los 18000 millones de dólares. A esto se suma una reciente investigación, la cual filtró que GAESA generó 2100 millones de dólares en beneficios netos solo en el primer trimestre de 2024, a través de los negocios de Cimex, una de sus compañías dedicadas al comercio internacional. Solo esta empresa aportó la mitad de las ganancias. Todo el dinero está en paraísos fiscales.

Sin embargo, en la isla también son conocidas la pandilla “Los Papos”, “Habana Negra” o “Just I Am” pero las de más popularidad son la Banda del Diamante, organización que opera en las áreas aledañas al Parque de la Fraternidad  hasta la Terminal de Trenes en La Habana y también un grupo llamado Sangre por Dolor, enclavado en el Vedado. Ambas ejercen ilícitos distintos.

En el caso de la agrupación Sangre por Dolor, sus principales negocios son la extorsión a los hombres que se prostituyen en las calles de la capital, mientras que la Banda del Diamante roba y asesina. Sus actividades reflejan la «creciente disponibilidad de armas de fuego» luego de reportarse al menos 35 de los hechos delictivos en el semestre con alguna.

Además, tienen un perfil: son grupos de jóvenes atrapados en la adicción a las drogas, reunidos para delinquir, impulsados por la falta de oportunidades y el deseo de obtener beneficios rápidos. Lanzan piedras, rompen botellas y muestran cuchillos o machetes a sus víctimas. Son expertos en amenazar y atemorizar.

Fuente: PanamPost

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