Respaldo de Gustavo Petro a Jeannette Jara en Chile no es un apoyo sino un repelente

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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, parece tener tiempo para todo, excepto para ocuparse de los líos de su administración. Así quedó demostrado con la reciente publicación en sus redes sociales donde se inmiscuyó en los asuntos internos de Chile, al apoyar abiertamente a la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, haciendo referencia a una reciente encuesta e indicas que, en su opinión, “por ahora ganaría el progresismo”.

Petro se anota otro fail en redes con el mensaje que adjunta el resultado del sondeo Plaza Pública del Centro de Análisis de Estudios de Mercado (Cadem), en el cual Jara obtiene un 28 % de apoyo de los electores, seguida por el republicano José Antonio Kast con un 23 % y la abanderada de Chile Vamos, Evelyn Matthei 14 %.

Sin embargo, es necesario aclarar una serie de imprecisiones presentes en el posteo del mandatario colombiano. La primera y más importante es: Jeannette Jara no es progresista. La exministra del Trabajo austral es comunista desde la médula

A sus 14 años asumió la ideología que promueve la eliminación de la propiedad privada, de los medios de producción, limita las libertades individuales, incurre en violaciones sistemáticas de los derechos humanos y genera pobreza generalizada, así como escasez, a la par de represión. Bautizarla de “progresista” es romantizar su postura respecto a lo que cree y ha creído desde temprana edad. Es empujarla al socialismo democrático y ella misma niega ser de esa calle. Aunque pensó suspender su militancia en el PC, desistió.

La fraternidad política de Petro con su posteo es imprudente, cuando Jara intenta posicionarse manteniéndose fiel a su tolda y lejos de cualquier escándalo propio y ajeno.

Apoyo incómodo
El respaldo público de Petro a Jara en lugar de sumar, resta. Incluso, debe incomodar y caer sin gracia entre la izquierda chilena, cuando el mandatario neogranadino enfrenta una desaprobación de 64 %, según el último sondeo de la organización Investigación y asesoría de mercado (Invamer). De acuerdo con el estudio elaborado en junio, el rechazo creció siete puntos en comparación con la medición de abril donde arrojó 57 %. Con el número, Petro se mantiene cerca de sus máximos históricos de desaprobación, es decir, a solo dos puntos del 66 % registrado en octubre de 2023 y agosto de 2024.

Sin embargo, en la tendencia el dato de mayor interés es el deterioro de la imagen entre los jóvenes, cuyas edades oscilan entre 18 y 24 años. En este tramo, la aprobación bajó del 54 % al 41 %, y la desaprobación aumentó del 39 % al 49 %.

Su silencio sería mejor para la izquierda austral. Hoy, el reconocimiento a kilómetros del avance de Jara en las encuestas es indeseado frente a los múltiples escándalos que protagoniza. La lista es enorme. Va desde la captura del expresidente del Senado y el expresidente de la Cámara de Diputados, Iván Name y Andrés Calle, dos aliados de sus reformas en el Congreso, por el cobro de sobornos a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), las investigaciones en curso por financiamiento irregular de su campaña para llegar al Palacio de Nariño, la crisis del sistema de salud hasta las acusaciones del excanciller, Álvaro Leyva en su contra por presuntas adicciones a estupefacientes, que lo harían incapaz de ejercer su cargo.

Cita sin memoria
Petro juega a ignorar. Aterrizará en Santiago el próximo 21 de julio sin su principal figura de confianza, Laura Sarabia. La canciller colombiana renunció hace una semana en medio de una crisis, por el manejo del contrato para la fabricación de pasaportes que detonó “diferencias” entre ellos.

El viaje será oxígeno, considerando que se reunirá con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el jefe de Estado, uruguayo Yamandú Orsi; en el cónclave “Democracia Siempre” que liderará el presidente chileno, Gabriel Boric.

La agenda incluye, además de café y protocolo, definir una visión conjunta antes de sentarse en septiembre en la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York. Quizá todos lo exhorten a dejar el discurso en defensa de la hoja de coca.

Fuente: PanamPost

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