
María Corina Machado: "El de Maduro es un régimen en una "fase terminal"
VENEZUELA




Resumen en Frases Clave
- María Corina Machado ha estado en la clandestinidad por la persecución del régimen de Nicolás Maduro durante más de diez meses.
- Denuncia constantes violaciones de derechos humanos y ataques de la dictadura chavista.
- Tras el secuestro de Juan Pablo Guanipa y 50 colaboradores, afirma que buscan amedrentar a quienes defienden la libertad de Venezuela.
- Relega el régimen a una "fase terminal" que utiliza el terror como medio de control.
- Destaca la vulnerabilidad del régimen tras la "Operación Guacamaya", que evidenció debilidades en su aparato de seguridad.
- Califica el secuestro de Guanipa como "terrorismo de Estado" y reafirma su compromiso de permanecer en Venezuela para promover cambios.
- Resalta la importancia del apoyo internacional, especialmente de EE.UU., para enfrentar la estructura criminal del régimen.
- Describe el sistema electoral como manipulado y anticipa una gran "derrota" para el chavismo en próximos comicios.
- Exige rapidez en las investigaciones de crímenes de lesa humanidad por parte de la Corte Penal Internacional.
- Comenta sobre la falta de reconocimiento internacional hacia Maduro y su gobierno, resaltando la crisis económica y política que enfrenta.
- Sostiene que el régimen es el principal factor de desestabilización en la región y llama a una estrategia conjunta para desmantelar estructuras criminales.
- Considera que el futuro político de Venezuela afectará la seguridad y la estabilidad en toda América Latina.
María Corina Machado ha estado en la clandestinidad durante más de diez meses, un periodo marcado por la persecución feroz del régimen de Nicolás Maduro. Esta situación es el reflejo de un panorama desolador en Venezuela, donde los derechos humanos son sistemáticamente pisoteados. Amenazas, secuestros y detenciones arbitrarias son herramientas habituales de una dictadura que no se detiene ante nada para mantener su control.
Recientemente, en un contexto de creciente represión, Machado ofreció una entrevista al portal argentino Infobae, apenas horas después del secuestro de Juan Pablo Guanipa y cerca de 50 de sus colaboradores. Su valentía es admirable y se erige como un símbolo de resistencia frente a un régimen que intenta silenciar toda voz de oposición.
En esta conversación, la líder opositora abordó la crítica situación del país, un año después del histórico 28 de julio, cuando la oposición logró evidenciar las enormes irregularidades de un proceso electoral amañado. Aunque Maduro intentó adjudicarse la victoria, el esfuerzo colectivo de la oposición para certificar el triunfo de Edmundo González Urrutia ha sido fundamental. Hoy, este reconocido presidente legítimo cuenta con el respaldo de numerosos países de la comunidad internacional, lo que pone de manifiesto la fragilidad del régimen y la fortaleza de la voluntad popular.
Machado, a través de su tenacidad y convicción, se enfrenta a la adversidad y se erige como una voz de esperanza en medio de la desesperanza. Su lucha no es solo por la libertad de Venezuela, sino también por el reconocimiento de la dignidad humana que debe prevalecer en cualquier sociedad. La comunidad internacional debe seguir apoyando a líderes como ella, que, a pesar del riesgo personal, no dudan en alzar la voz por los que han sido silenciados.
Lo que dijo María Corina
Durante los últimos diez meses, he estado viviendo en la clandestinidad. La persecución del régimen de Nicolás Maduro es constante y aterradora. Cada día se hace más evidente que luchar por la libertad de Venezuela no solo implica enfrentar atropellos a los derechos humanos, sino que trae consigo amenazas, secuestros y detenciones arbitrarias.
Recientemente, tras el secuestro de mi querido amigo y colega Juan Pablo Guanipa, así como de otros 50 colaboradores, decidí dar una entrevista a Infobae. Hablé sobre la situación devastadora de nuestro país, recordando aquel histórico 28 de julio en que, a pesar de las maniobras del régimen, la oposición logró certificar un triunfo abrumador en los comicios.
Para mí, la represión que sufrimos no es solo cuestión de política; detrás de cada acto de violencia hay un intento de castigar y amedrentar a quienes defendemos el derecho de los venezolanos a ser libres. La farsa electoral que intenta imponer el régimen este domingo es solo una muestra más de su desesperación. En mis charlas con Guanipa, compartíamos la misma convicción de que, aunque enfrentamos un enemigo brutal, no hemos claudicado.
Es doloroso ser testigo de cómo este sistema se sostiene a través del terror. La reciente "Operación Guacamaya", que logró liberar a un grupo de opositores de la embajada argentina, expuso la vulnerabilidad del régimen. Me dio esperanza ver que, a pesar de los obstáculos, todavía hay formas de combatirlo.
Debo admitir que, en momentos de reflexión, siento el peso de la gravedad de la situación. Juan Pablo, quien siempre ha sido un referente para mí, es un hombre de una integridad asombrosa. Su secuestro es un claro ejemplo de terrorismo de Estado. Y yo misma sé que el riesgo de ser detenida por las fuerzas del régimen es real; sin embargo, estoy convencida de que debo estar aquí, junto a mi gente, porque luchar por nuestra libertad es lo único que vale la pena.
A lo largo de este proceso, he observado cómo las dinámicas políticas en la región han cambiado. Tanto Estados Unidos como otras naciones están comenzando a entender que lo que está en juego aquí no solo es la democracia de Venezuela, sino la seguridad de toda América Latina. Hay un claro reconocimiento de que Maduro no es un gobernante convencional, sino el líder de una estructura criminal.
Lo que está sucediendo el próximo domingo no es un verdadero ejercicio democrático. El régimen ha manipulado el sistema electoral de tal manera que deciden quién puede ser candidato, quién puede votar y, por supuesto, quién gana. Aún así, tengo la certeza de que habrá una gran "derrota" para ellos, impulsada por el descontento de un pueblo que ya se ha expresado.
Por último, quiero dejar un mensaje claro: la Corte Penal Internacional debe tomar acciones rápidas y decisivas contra el régimen. Los crímenes de lesa humanidad no pueden quedar impunes. La lentitud del proceso es inaceptable; la comunidad internacional debe actuar con urgencia porque la justicia no solo es necesaria, es esencial para el futuro de Venezuela.
Vivir esta experiencia no es fácil, pero me fortalece saber que no estamos solos. La lucha por la libertad va más allá de nosotros. Es una lucha por el futuro de toda una nación, y estoy dispuesta a enfrentar cualquier desafío que se presente.


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