Qué es la "economía del talento" que busca encontrar a los nuevos Einstein y Marie Curie del mundo

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"Para jugar a fútbol como Lionel Messi, tienes que tener una habilidad natural, pero también te tienen que descubrir a una edad temprana y darte un buen entrenamiento", dice el economista Ruchir Agarwal.

Lo mismo pasa con las mentes brillantes en áreas como las matemáticas y las ciencias. "No queremos que se pierdan los genios invisibles", explica Agarwal, cofundador de la organización sin ánimo de lucro Global Talent Fund (Fondo Global de Talento) en Estados Unidos e investigador de la Universidad de Columbia.

Una de las misiones que junto a su equipo se ha propuesto es encontrar a esos adolescentes brillantes y ayudarlos a que desarrollen su potencial.

De eso se trata la "economía del talento", explica, una nueva vertiente dentro de la economía que apuesta por la innovación y el crecimiento económico de los países a partir del descubrimiento de mentes brillantes entre los niños en edad escolar.

Aunque pareciera ser un objetivo muy específico para lo que él denomina como un subcampo de estudio que recién se está creando, algunos investigadores ya se han ido sumando a este enfoque económico.

Con esa idea, un grupo de expertos se reunió en noviembre en la ciudad estadounidense de Cambridge, en Massachusetts (EE.UU.), en el primer foro internacional sobre la economía del talento, con el apoyo de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), una organización de Estados Unidos sin ánimo de lucro.

Entre los organizadores estaba Agarwal, un economista que desarrolló una parte importante de su carrera en el Fondo Monetario Internacional, FMI.

De hecho, el FMI dedicó un número completo de su publicación "Finanzas y Desarrollo" a la economía del talento, descrita como un campo emergente que puede cambiar las reglas del juego en la evolución de los países.

Precisamente porque se trata de un área en ciernes, aún no hay resultados que demuestren la contribución científica y la eficacia de las iniciativas que utilizan este enfoque.

Lo que sí hay, al menos hasta ahora, son iniciativas a pequeña escala como las que está desarrollando el Fondo Global de Talento.

Agarwal y otros economistas se preguntaban cómo conectar adolescentes excepcionales con grandes oportunidades académicas.

Fue así como llegaron a la idea de crear en 2023 la organización con donaciones filantrópicas de empresas. El fondo cofinancia becas junto a universidades del Reino Unido como la Universidad de Cambridge y de Oxford.

Uno de sus programas más emblemáticos se llama BIG, con el que apoyan y entregan becas a adolescentes que obtuvieron medallas en la Olimpiada Internacional de Matemáticas para que estudien en algunas de las mejores universidades del mundo.

Uno de los desafíos que ha enfrentado la organización, dice Agarwal, es detectar a los estudiantes excepcionales a una edad temprana, y aunque hasta ahora solo han buscado los talentos entre los medallistas de competiciones matemáticas y científicas -independiente de su país de origen-, actualmente están investigando otros caminos para detectar mentes excepcionales.

Las limitaciones financieras son el principal obstáculo que impide a los medallistas olímpicos, especialmente a aquellos de países de ingresos medios y bajos, acceder a las mejores universidades.

Por eso decidieron sacar adelante el programa. Pero además del criterio académico, también consideran otros aspectos como el espíritu colaborativo, cualidades de liderazgo, y una aspiración a contribuir a la sociedad.

"Estamos buscando a los nuevos Albert Einstein o Marie Curie", dice el economista.

Recientemente enviaron al primer grupo de estudiantes recién egresados de la enseñanza secundaria a estudiar al extranjero con el apoyo de la organización.

Una de las estudiantes es la brasileña Bilhana Kochloukova.

La pasión por las matemáticas
Recién adaptándose a su nueva vida en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, Bilhana Kochloukova está sumergida en un mundo completamente distinto al de su tierra natal en la ciudad de Campinas, en el estado de Sao Paulo.

Tras ser medallista en la Olimpiada Internacional de Matemáticas, y con solo 18 años, emprendió un viaje hacia un país desconocido en una aventura personal y académica.

"No es solo un puñado de fórmulas", dice sobre las matemáticas. "Cuando entiendes de dónde vienen y las estudias más a fondo, se vuelven muy atractivas y todo adquiere sentido".

Además de estudiar, está entrenando en la selección de fútbol femenino de la universidad, otras de sus grandes pasiones y a la que le destinaba una parte importante de su tiempo en Brasil.

Otro latinoamericano al que le apasiona resolver desafíos difíciles es Manuel Cabrera, un salvadoreño que lleva un año estudiando matemáticas en la Universidad de Edimburgo, en Escocia.

"Las matemáticas están por todas partes", explica, como cuando hay que encontrar el camino más corto para llegar de un lugar a otro, un desafío que resuelve el algoritmo que utiliza Google Maps.

"Cuando ves un algoritmo como ese, te das cuenta que la persona que lo creó tuvo una idea brillante que ha sido útil para todos los demás".

"Me gusta desarrollar estrategias, utilizar el pensamiento analítico para resolver un problema con ideas creativas", dice.

Y esa capacidad de resolver problemas es lo que históricamente ha impulsado la innovación a nivel mundial.

Si un joven con el potencial de impulsar la fusión nuclear o diseñar tratamientos de última generación nunca encuentra a los mentores adecuados, las redes, el financiamiento, y todo lo que necesita para prosperar, pierde el mundo entero, explica Agarwal.

Esta situación es más crítica en los países con menos recursos económicos.

De hecho, cerca del 90% de los jóvenes del mundo vive en economías en desarrollo, pero aquellos que nacen en Estados Unidos, Europa y Japón ganan la abrumadora mayoría de los Premios Nobel de Química, Física y Biología.

Y a nivel internacional existen pocos programas enfocados en alumnos de secundaria.

Además del Fondo Global de Talento, algunas universidades como el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en EE. UU. también ofrecen becas completas para medallistas olímpicos y estudiantes internacionales.

Pero falta mucho más. Agarwal aspira a que estas iniciativas sigan replicándose y expandiéndose a otros países para darles más oportunidades a los adolescentes excepcionales.

El debate sobre los genios solitarios
No todos los economistas están de acuerdo en invertir demasiados esfuerzos en el desarrollo de jóvenes excepcionales como una manera de fomentar la innovación de un país.

No es que les parezca una mala idea. El problema, dicen, es que al fomentar la figura del niño genio, se refuerza el concepto de que las soluciones a los problemas de la innovación tienen que ver más con el esfuerzo individual que con el tipo de sociedad y modelo económico de un país.

Mariana Mazzucato, fundadora y directora del Instituto de Innovación y Propósito Público (IIPP, por sus siglas en inglés) en el University College de Londres, ha dicho que el principal motor de la innovación no son los genios solitarios, sino la inversión estatal.

"La innovación es el resultado de un esfuerzo colectivo masivo", ha señalado la economista.

La respuesta habitual a este planteamiento es que se pueden hacer las dos cosas: apoyar a los genios y, al mismo tiempo, apoyar los esfuerzos estatales.

Pero el debate se intensifica cuando hay pocos recursos disponibles y los fondos no alcanzan para apoyar las dos cosas.

Otro tema que genera discusión en los países en desarrollo es que muchos de los estudiantes brillantes que reciben becas para ir a las mejores universidades del mundo no regresan a su país de origen.

Y si regresan, cuando enfrentan la realidad de que no hay fondos para desarrollar investigaciones innovadoras ni ofertas de empleo atractivas, regresan al extranjero.

Eso ha provocado que la fuga de talentos sea un problema muy difícil de resolver para los países de origen.

Con todo, en una economía globalizada, una de las premisas que se ha expandido en las comunidades científicas es la importancia de facilitar el libre flujo de las mentes brillantes, más aún de aquellas que se pueden detectar en edad escolar y que, quizás con un buen empujón, terminan desarrollando todo su potencial.

Fuente: BBC

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