



Bajo el lema “Fortaleciendo la cooperación del sur global para una gobernanza más inclusiva y sostenible”, el grupo de los BRICS, (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) realizaron una reunión de cancilleres en Rio de Janeiro hace unos días.


A la cita asistieron los nuevos miembros (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Indonesia, Etiopia e Irán). Junto a los pesos pesados, también asistieron naciones asociadas y con menos beligerancia en los BRICS, entre ellas Bolivia, Cuba, Bielorrusia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda y Uzbekistán.
Tras el retorno del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, el llamado liderazgo del sur global luce dividido y derrotado. Los BRICS, no lograron firmar una resolución y mucho menos alcanzar acuerdos para promover la integración de Brasil y Sudáfrica como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Simplemente fracasaron.
China también fue otro gran perdedor en la ministerial de los BRICS. La potencia comunista quería radicalizar el tono del encuentro en contra de los aranceles del presidente Trump, pero no lo logró. India, y en menor medida Brasil, querían evitar confrontación directa con Estados Unidos.
El imperio comunista vive una seria crisis económica, lejos del impresionante 10 % anual de tiempos gloriosos. China sufre una atroz crisis inmobiliaria, sumado al envejecimiento de su población, bajo consumo y la guerra comercial con Estados Unidos.
Sudáfrica también salió con el rabo entre las piernas. Egipto y Etiopia, nuevos miembros BRICS, se negaron a apoyar sus aspiraciones a representar a África en el Consejo de Seguridad de la ONU. La izquierda sudafricana se hunde en corrupción, apagones energéticos y odio racial.
Los BRICS tienen más miembros y más luchas intestinas. India y China tienen fuertes rencillas y roces militares, Irán y Arabia Saudita también, Etiopia y Egipto en su conflicto en Nilo, sumado a esto el efecto Trump ha generado choques entre posiciones de cautela y la confrontación de China.
Los BRICS no han podido romper la hegemonía del dólar y el Nuevo Banco de Desarrollo es un elefante blanco que no tiene ni los recursos ni la fortaleza financiera del Banco Mundial o el FMI, establecidos bajo el liderazgo de Estados Unidos al finalizar la segunda guerra mundial.
Bolivia participa por primera vez como socio de los BRICS, mientras el país se muere de hambre y reclama por falta de combustibles y dólares. ¡Si! Dólares no rublos rusos ni yuanes chinos. Bolivia clama por dólares del imperio que tanto dice odiar.
El Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva es otro ejemplo del fracaso de los BRICS. La economía brasileña se cae a pedazos por altas tasas de interés que encarecen el crédito, reducen el consumo y desaceleran la economía.
En esta última jornada de los BRICS, China y Brasil, fueron humillados y derrotados. China no logró que cerraran filas en su guerra comercial contra Estados Unidos y Brasil no pudo garantizar consenso sobre reformas al Consejo de Seguridad de la ONU.
Al igual que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), los BRICS es una sopa de letras que se ha debilitado y dividido. Lejos de ser una respuesta al capitalismo son una interrogante ominosa de sus propias contradicciones y fracasos.
Fuente: PanamPost
