



El pistoletazo de salida para el regreso de la influencia y presencia de EE.UU. en Sudamérica lo dio el secretario de Estado Marco Rubio poco antes de su visita al Canal de Panamá, sin embargo, por ahora las primera señales son más evidentes más al sur: Ecuador, Argentina, Paraguay y Chile.


Rubio declaró a inicios de febrero que «es mejor ser amigo que enemigo» de EE.UU. y que la administración del presidente Donald Trump continuará brindando ayuda internacional para programas que tengan sentido, ya que no se trata de «caridad».
El jefe de la diplomacia estadounidense señaló entonces: «Una de mis prioridades es asegurarme de que la política exterior de Estados Unidos es una en la cual es mejor ser amigo que enemigo, es mejor ser aliado que alguien que crea problemas». Estas palabras en negro sobre blanco, muestran el estilo directo de un político estadounidense hijo de inmigrantes que huyeron de la Cuba comunista.
Aunque Rubio no ha visitado aún países de Sudamérica su misión de política exterior ya se está notando mediante un alineamiento entre algunas capitales de Sudamérica con Washington.
Ecuador y la base militar de Manta
Quizás el paso más claro fue el anunciado por el presidente ecuatoriano Daniel Noboa el 1 de abril en plena campaña de reelección tras reunirse en Mar-a-Lago con Trump.
Ecuador «está abierto a bases internacionales. (...) Ellos (Estados Unidos) van a ayudar a patrullar no sólo por narcotráfico, sino también los temas de pesca ilegal que tanto nos afecta», dijo Noboa en entrevista con Radio Sucesos.
Recientemente, el presidente ecuatoriano, recién reelecto para el período que terminará en 2029, planteó al Congreso que se elimine de la Constitución ecuatoriana la prohibición -incorporada por el correísmo- de establecer bases militares extranjeras en el país.
Sin embargo, el gobierno de Noboa ya autorizó en diciembre del año pasado el acceso de buques y tripulaciones estadunidenses a las islas Galápagos, ubicadas en el Océano Pacífico a casi mil kilómetros de las costas de Ecuador. La decisión permitió materializar los tratados de cooperación militar de Estados Unidos con Ecuador firmados por Noboa el 15 de febrero de 2024.
Argentina y la base naval de Ushuaia
En el caso de Argentina, recientemente el jefe del Comando Sur de los EE.UU., tras ser recibido por el presidente Javier Milei, visitó la base naval argentina de Ushuaia en la región de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, donde «se encontró con personal militar local para interiorizarse sobre las misiones y el papel que desempeñan en la protección de rutas marítimas para el comercio global», según un comunicado.
En abril de 2024, Milei afirmó en una entrevista con el canal web Neura que la construcción de una base militar en Ushuaia constituye «el mayor acto de soberanía de los últimos 40 años», ya que respalda el reclamo argentino sobre la Antártida y marca un primer paso hacia la recuperación de las Malvinas.
Ushuaia, se trata de una Base Naval Integrada que empezó a construirse en 2022 con la intención de fortalecer la presencia nacional, y donde las tres Fuerzas Armadas de Argentina trabajarán en conjunto para generar mayor conectividad con la Antártida.
Paraguay y la lucha antiterrorista
El Gobierno de Paraguay anunció el 24 de abril que designó como organización terrorista a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y amplió esa denominación a la «totalidad» de las estructuras del grupo islamista palestino Hamás y del chií libanés Hezbolá.
El presidente paraguayo Santiago Peña publicó en su cuenta de X que las medidas respondieron a las «sistemáticas violaciones a la paz, los derechos humanos y la seguridad de la comunidad internacional».
«Nuestro país ratifica su posición firme e innegociable en la lucha contra el terrorismo, una de las más nefastas amenazas a la comunidad internacional civilizada, la vigencia de los derechos humanos, la democracia y el desarrollo económico y social de los pueblos», agregó la Presidencia en su nota.
De esta forma, la nación sudamericana consideró «fortalece sus alianzas estratégicas con países amigos en esta lucha», con Estados Unidos e Israel, y defendió que erradicar «este flagelo no reconoce fronteras ni banderas».
Chile y rechazo al telescopio chino
El último capítulo conocido de las fichas que está moviendo la administración Trump en la región ha sido en Chile en donde la embajada de Estados Unidos en ese país denunció que el objetivo de China en la construcción de un gran telescopio es puramente militar.
Poco después, la cancillería chilena emitió un comunicado en el que afirmaba que se estaba revisando la viabilidad y legalidad del acuerdo firmado entre la Universidad Católica del Norte, en la región de Atacama, y la Embajada de China en Chile.
«Tras la revisión de la naturaleza del acuerdo, realizada por la dirección jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, se pudo establecer que se trata de un convenio entre una universidad privada y una entidad china. Falta detallar el alcance de dicho acuerdo, para lo cual seguimos en diálogo con las partes involucradas», explicó cancillería en un comunicado.
En términos prácticos, lo que hizo el Gobierno chileno es desconocer el acuerdo que permitiría al régimen comunista chino empezara la construcción de un gran telescopio, que según Pekín sería con fines civiles, pero EE.UU. ya señaló de ser con fines militares.
*Para El Debate
