Trump envía a un centenar de asiáticos a Panamá, que se convierte en “puente” de deportados

EE.UUAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
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Las presiones de Estados Unidos en materia migratoria han surtido efecto. Washington ha implementado una novedosa operación al deportar este miércoles a la capital panameña a más de un centenar de migrantes de varias naciones asiáticas. El país centroamericano servirá únicamente como un lugar de tránsito o “puente” en lo que se resuelve la repatriación de estas personas originarias de diversos territorios como Irán, China, Afganistán, Vietnam o India. La Administración de Donald Trump ya había adelantado que buscaría la ayuda de terceros países para alivianar la presión migratoria en sus fronteras.

El Gobierno panameño, liderado por el presidente José Raúl Mulino, ha asegurado que en los próximos días llegarán otros dos vuelos y completarán un total de 360 expulsados bajo su supervisión. Las personas que llegaron de EE UU serán trasladadas a un albergue en la provincia del Darién, fronteriza con Colombia. Desde allí, en la pista aérea de Metetí, saldrán los vuelos de repatriación, según los planes adelantados por el Ejecutivo centroamericano. “Esperamos poder sacarlos de ahí lo antes posible”, ha señalado Mulino. Los costes de los vuelos y los generados durante el tránsito como transporte y alojamiento en Panamá serán asumidos por Estados Unidos.

Entre las personas expulsadas en el vuelo del miércoles, hay 82 hombres y 37 mujeres. No se ha precisado si hay menores de edad. El vicecanciller panameño, Carlos Ruiz Hernández, ha precisado en una rueda de prensa que no hay registro de que sean criminales condenados. “Son familias, son migrantes ilegales que fueron capturados en la frontera de Estados Unidos”, ha apuntado el funcionario, quien ha aclarado que la selección de los expulsados es una decisión que recae únicamente en Washington.

Por otra parte, Ruiz Hernández ha dado a entender que había una gran premura por parte del Gobierno de Trump para comenzar a usar a Panamá como país de tránsito. Los migrantes siguen alojados en la capital, puesto que aún no tenían listas las instalaciones del Darién para recibirlos. “La opción que teníamos era colocarlos en un hotel de la localidad en lo que se preparan las instalaciones para que, de acuerdo a las mejores prácticas internacionales, se adecúe el centro de atención”, ha agregado.

La operación ocurre apenas dos semanas después del viaje del secretario de Estado de EE UU, Marco Rubio, a Panamá. Durante la visita, marcada por las incendiarias declaraciones de Trump en las que exigía retomar el control del Canal de Panamá ante la supuesta influencia china, los gobiernos se comprometieron a profundizar la cooperación migratoria. Desde la llegada de Mulino al poder, en julio del año pasado, la migración a través del paso del Darién ha caído bruscamente. Solo en enero, se registró una reducción de más del 90% en los cruces a comparación del mismo mes en 2024. “Ambos países continuarán trabajando de manera coordinada para enfrentar este desafío regional, con un enfoque integral y respetuosos de los derechos humanos”, señala un comunicado del Ministerio de Exteriores panameño.

La gira del diplomático estadounidense terminó con varias victorias para Washington. Mulino cedió y anunció que Panamá no renovará el acuerdo de entendimiento que firmó con China en 2017 en el marco de la Ruta de la Seda, un plan estratégico, económico y comercial impulsado por Pekín. Sin embargo, las tensiones entre ambos países están lejos de terminar. El mandatario panameño abandonó su tono conciliador y rechazó que embarcaciones militares estadounidenses cruzarían gratis por el Canal de Panamá, como anunció Trump en su red social, Truth. Los funcionarios de ambos países siguen sin acordar cómo resolver esta cuestión central para Washington.

El regreso de Trump a la Casa Blanca ha supuesto un auge en la presión de Estados Unidos a sus vecinos del sur para atajar la migración indocumentada, que el presidente considera como una de las mayores problemáticas en su país. Durante la visita de Rubio, tanto El Salvador como Guatemala aceptaron acuerdos similares al de Panamá para ser lugares de tránsito para migrantes de terceros países. “Hemos acordado aumentar en un 40% el número de vuelos de personas deportadas, tanto de retornados guatemaltecos como de deportados de otras nacionalidades para su ulterior repatriación”, indicó el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo. Su homólogo salvadoreño y uno de los mayores aliados de Trump en la región, Nayib Bukele, fue más allá: ofreció a Washington su megacárcel, el llamado Centro de Confinamiento del Terrorismo, para admitir a criminales convictos de cualquier nacionalidad.

Fuente: El País

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