¿El gobierno de Milei debe tolerar la irresponsabilidad de Kicillof?

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Milei-Kicillof

En la última convocatoria a los gobernadores, desde la provincia de Buenos Aires reclamaron que Javier Milei no convocó a Axel Kicillof. Cuando los micrófonos fueron para el lado de los voceros del oficialismo, la respuesta fue una clara pregunta: “¿Para qué?”.

Es claro que la (mala) administración kirchnerista bonaerense está encaprichada en mantener su modelo estatista y deficitario, que trae consigo complicaciones mucho peores que el desastre económico. Buenos Aires es un baño de sangre y la inacción del gobierno ya tiene agotada a la gente, que seguramente se saque de encima al peronismo en las elecciones de 2027.

Luego que Kicillof se negara a aplicar la boleta única de papel en su distrito (curiosamente perdieron luego de los comicios transparentes del nuevo sistema), quedó muy claro que para el gobernador lo único que importa es su modelo político. La gestión nacional no quiere ser cómplice de estas cuestiones y decide no posar para la foto ni perder tiempo con los responsables de los desastres que padecen los bonaerenses.

Agobiado por las deudas, Kicillof consiguió que el parlamento provincial le apruebe un nuevo endeudamiento para salir del pozo más inmediato. Lo hizo mediante los peores artilugios de la política: con una repartija de cargos que incluyó posiciones en el Banco Provincia, maniobra a las que se prestaron hasta los legisladores del PRO. La Libertad Avanza fue el único espacio que se mantuvo firme contra este nuevo cachetazo a la ciudadanía de la provincia más grande de Argentina.

Lo que le aprobó la legislatura fue una solicitud de 3685 millones, pero desde el gobierno nacional señalan que la nueva deuda debería limitarse al “rollover”. Es decir, conseguir nueva deuda más barata, que permita cancelar viejos pasivos, sin incrementar el endeudamiento consolidado. Lo que está haciendo el gobierno nacional, pero con la gran diferencia de haber finiquitado previamente el déficit fiscal.

Mientras la gestión de Milei avanzó en el proceso de ordenamiento fiscal, vale recordar que el kirchnerismo argumentó que ese programa no se trata de una buena idea para los países. A buen entendedor, pocas palabras.

Desde el kicillofismo argumentan que se cumplen “todos los parámetros técnicos” para la aprobación desde el gobierno nacional y que, si no hay “colaboración” de la Casa Rosada, la provincia podría caer en default. Aquí viene la pregunta existencial: ¿se debe ser cómplice de la irresponsabilidad fiscal de un gobierno provincial que le ha dado vuelta la espalda a la idea de la restricción presupuestaria? Aquí es probable que exista alguna negociación entre ambos equipos, pero las autoridades nacionales deberían poner sobre la mesa la necesidad que Kicillof y su gobierno accedan a un marco de responsabilidad fiscal.

Argentina decidió terminar con el modelo deficitario, emisionario e inflacionario y los intendentes y gobernadores deben acompañar. No se trata de una cuestión política, partidaria o ideológica. Se trata del respeto a la ciudadanía, que no tiene porqué financiar las ambiciones de una clase política que se comporta como casta. Es decir, un grupo que mantiene su beneficio sin importar lo que sucede en el exterior de su burbuja.

Fuente: PanamPost

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