Maduro, con el clima en contra: ¿por qué ahora es más probable un ataque de Estados Unidos?

VENEZUELA Andrea Polidura*
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El ultimátum del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para garantizar una salida segura del dictador venezolano, Nicolás Maduro, y su familia a un tercer país expiró el pasado viernes 28 de noviembre. Una fecha que, además, coincide con el fin de la época de ciclones en el Caribe y que, por tanto, hace más factible un ataque aéreo del Ejército norteamericano contra Venezuela, así como operaciones sobre el terreno. De hecho, tras caducar la última oferta del republicano, este acudió a su red social, Truth Social, a primera hora del sábado para advertir de que consideraba cerrado el espacio aéreo sobre el país sudamericano y sus alrededores.

Ese mismo día, un avión normalmente utilizado por la cúpula del régimen chavista aterrizó en la frontera con Brasil, según informó CNN Brasil. La aeronave, un Airbus A-319, matrícula YV2984, operado por Conviasa –aerolínea estatal venezolana–, aterrizó en Santa Elena de Uairén, justo en la frontera entre ambos países. Poco después, el avión emprendió el camino de vuelta a Caracas. Esta inusual actividad desató todo tipo de especulaciones sobre una posible huida de Maduro. Sin embargo, el autócrata chavista se dejó ver en público este lunes para zanjar cualquier tipo de rumor.

«Hemos vivido 22 semanas de una agresión que se puede calificar como terrorismo psicológico, son 22 semanas que nos han puesto a prueba y el pueblo de Venezuela ha puesto a prueba su amor a la patria», bramó Maduro durante una ceremonia de juramentación de los Comandos Bolivarianos. Trump, por su parte, ha ido cerrando progresivamente el cerco en torno al presidente ilegítimo de Venezuela. En una llamada telefónica, el pasado 21 de noviembre, según reveló Reuters, ofreció al dictador marcharse a un tercer país antes del pasado viernes.

El mandatario venezolano pidió, a cambio, una serie de concesiones que el republicano rechazó por completo. Maduro se mostró dispuesto a salir de Venezuela, siempre y cuando él y los miembros de su familia obtuvieran una amnistía total, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el cierre del caso al que se enfrenta en la Corte Penal Internacional. No satisfecho, el mandamás chavista reclamó a Trump la eliminación de las sanciones impuestas a más de cien funcionarios del régimen, muchos de ellos acusados por Washington de violaciones de derechos humanos, narcotráfico o corrupción.

Como broche final, sugirió que su vicepresidenta Delcy Rodríguez fuera la encargada de liderar un hipotético Gobierno de transición hasta la convocatoria de nuevas elecciones. Unos comicios que ya se celebraron el 28 de julio de 2024, y que ganó, por abrumadora mayoría, la oposición liderada por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado (MCM), pero en los que Maduro no dudó en autoproclamarse vencedor, negándose a enseñar las actas oficiales. Según medios estadounidenses, tras expirar al plazo marcado por Estados Unidos para lograr una salida negociada al conflicto, el régimen venezolano estaría tratando de concertar una nueva llamada con Trump, que ahora debe decidir sus próximos pasos en Venezuela.

El presidente estadounidense, por ahora, sigue elevando la presión, manteniendo en aguas del Caribe el mayor despliegue militar de los últimos tiempos. A esto se suman los ataques contra al menos 21 narcolanchas, que ha matado a 83 de sus tripulantes, y la llegada, el pasado mes de noviembre, del mayor y más moderno portaaviones de la Armada estadounidense a la región, el USS Gerald R. Ford. Asimismo, el pasado 24 de noviembre, el Departamento del Tesoro designó oficialmente como terrorista al Cártel de los Soles –Washington considera a Maduro como su líder–, además de las propias declaraciones de Trump, el pasado jueves y que este martes recordó, de que su país empezaría «muy pronto» a detener a los «narcotraficantes» venezolanos por tierra.

Antes, el mandatario estadounidense confirmó que había dado luz verde a la CIA para llevar a cabo operaciones encubiertas en el país sudamericano. La líder de la oposición, María Corina Machado, también ha lanzado algún que otro mensaje subliminal como su intención de estar presencialmente en la ceremonia de entrega del premio del Nobel de la Paz el próximo 10 de diciembre en Oslo. Anteriormente, MCM había asegurado que no podría salir del país hasta que no cayera Maduro.

Trump, con su campaña militar, ha aislado aún más al país sudamericano, el líder chavista se ha visto obligado a elaborar un «plan especial» destinado al retorno de ciudadanos venezolanos que permanecen varados en distintos países. Con los cielos libres por la llegada del buen tiempo y el nulo tráfico aéreo, Venezuela queda prácticamente expuesta a un ataque de la aviación estadounidense, como el ejecutado el pasado mes de junio contra Irán.

*Para El Debate

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