Reino Unido acelera su apuesta por la computación cuántica, una revolución tecnológica que podría transformar la realidad mundial

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Reino Unido ha intensificado sus esfuerzos para convertirse en líder mundial de la computación cuántica. Un comportamiento que no es nuevo, ya que no solo se evidencia en los avances técnicos y en la cooperación internacional, sino también en un recientemente informe que estableció esta disciplina como prioridad estratégica nacional.

El documento, titulado “A New National Purpose: A UK Quantum Strategy for Sovereignty and Scale” y dado a conocer en noviembre de 2025 por el Tony Blair Institute for Global Change, destaca la urgencia de acelerar inversiones, proyectos y alianzas de aquí a 2033, y considera la soberanía cuántica como clave para el futuro industrial y tecnológico del país. En ese sentido, durante el National Quantum Technologies Showcase, realizado en Londres en noviembre de 2023, con la participación de delegaciones de Australia, Dinamarca y Corea del Sur, Reino Unido mostró sus avances.

Seema Malhotra, ministra del Ministerio de Asuntos Exteriores, remarcó la importancia de las alianzas internacionales, subrayando la colaboración con Estados Unidos y Japón y el regreso al programa Horizon de la Unión Europea, dotado con EUR 96.000 millones (USD 111.000 millones), según informó The Economist. El Reino Unido apunta así a consolidarse como pieza clave en la evolución global de esta tecnología.

La tecnología cuántica ya es una realidad palpable en el Reino Unido. La optimización de qubits —unidades de información capaces de representar simultáneamente cero y uno— acerca la posibilidad de construir máquinas que resuelvan problemas a velocidades superiores a las de los actuales ordenadores. Mejoras en la corrección de errores han incrementado la fiabilidad y ya se aplican soluciones como el sistema de navegación cuántica para el metro de Londres.

De acuerdo con estimaciones de McKinsey, la computación cuántica podría generar entre USD 620.000 millones y USD 1,3 billones de valor en sectores como automoción, química, finanzas y ciencias de la vida hacia 2035. Referentes citados por The Economist sugieren que su impacto podría superar al de la inteligencia artificial.

Startups cuánticas y ecosistema empresarial
El Reino Unido parte de una posición sólida: a diferencia de la inteligencia artificial, la computación cuántica no requiere inversiones masivas continuas para mantenerse competitivo. El país cuenta con 64 empresas dedicadas exclusivamente a la tecnología cuántica —solo por detrás de las 148 estadounidenses— dentro de un ecosistema de 513 a nivel global.

Entre los actores destacados se encuentran Riverlane (corrección de errores), Phasecraft (algoritmos) y firmas como Orca y Oxford Quantum Circuits, dedicadas al desarrollo de ordenadores cuánticos mediante enfoques diversos. El ecosistema británico abarca toda la cadena de valor cuántica, fortaleciendo el potencial de convertir el liderazgo científico en ventajas comerciales sostenibles.

No obstante, la transición de la investigación al éxito comercial presenta retos. Roger McKinlay, director de tecnologías cuánticas en UK Research and Innovation, reconoció, según The Economist, que durante años se pensó que impulsar la ciencia bastaría para garantizar el éxito empresarial. Desde 2014, el National Quantum Technologies Programme (NQTP) orienta esfuerzos a la comercialización.

Kedar Pandya, presidente del consejo del NQTP, confirmó que el Reino Unido se ha especializado en nichos concretos: “No vamos a desarrollar todas las partes del sistema”. Ambos expertos coinciden en que la disponibilidad de talento, un entorno regulatorio propicio y el interés de los inversores hacen cada vez más atractivo el entorno británico para las empresas. Las startups cuánticas del país reciben la segunda mayor financiación de capital riesgo a nivel mundial, solo por detrás de las estadounidenses.

Desafíos y estrategias gubernamentales
El Reino Unido todavía enfrenta desafíos estructurales. El país sigue perdiendo empresas relevantes en fases iniciales, como la reciente adquisición de Oxford Ionics por la estadounidense IonQ por USD 1.100 millones en septiembre.

Para abordar esta problemática, el gobierno británico ha tomado medidas intervencionistas inéditas en otros sectores emergentes. La Ley de Inversiones en Seguridad Nacional de 2021 permite revisar operaciones en áreas sensibles y, en el caso de Oxford Ionics, las autoridades exigieron que el hardware, la investigación y la propiedad intelectual permanezcan en suelo británico.

El informe del Tony Blair Institute, citado por The Economist y mencionado al inicio de esta nota, identificó problemas como la escasez de proveedores nacionales de componentes críticos (láseres, fotónica, criogenia), la dependencia de suministradores extranjeros de refrigeradores de ultra baja temperatura y la limitada capacidad local para el empaquetado de chips cuánticos.

Reino Unido concede menos subvenciones a hardware cuántico que países como Australia y Francia, apenas una décima parte en comparación. Además, con la posibilidad de que las computadoras cuánticas puedan vulnerar los actuales sistemas de cifrado durante la próxima década, urge avanzar en la adopción de tecnologías de cifrado poscuántico tanto en el sector público como en el privado.

La cooperación internacional cobra importancia: el éxito futuro del sector cuántico británico dependerá de balancear la apertura y la especialización, así como de su capacidad de adaptación a la competencia global.

William Hague, exministro de Asuntos Exteriores y coautor de un informe clave, resumió la situación: “El Reino Unido se encuentra en una encrucijada histórica, pues el desarrollo de la computación cuántica podría marcar el inicio de una nueva era industrial para el país, que no puede quedar rezagado ante esta transformación”-

Fuente: Infobae

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