


Elecciones generales: Chile prepara la despedida de Boric del poder y el regreso de la derecha
ACTUALIDAD Carmen de Carlos*


El principio del fin del poder de Gabriel Boric comienza hoy. Los chilenos eligen a su sucesor, renuevan el Congreso en su totalidad y la mitad del Senado. El Poder Legislativo tendrá una nueva configuración que se conocerá tras el escrutinio, pero no sucederá lo mismo con la Presidencia de la República.


La totalidad de los sondeos dan por garantizada una segunda vuelta entre la candidata oficialista, la comunista Jeanette Jara (Unidad por Chile) y uno de los tres candidatos de la derecha.
El que corría con más ventaja hasta hace unas semanas es José Antonio Kast (Partido Republicano), que lo intenta por tercera vez y en la recta final de la campaña ha visto cómo Johannes Kaiser (Nacional Libertario), su antiguo compañero de partido, le pisa los talones.
Hasta algún sondeo anticipa que le aventaja y otros, incluso, han resucitado electoralmente a Evelyn Matthei, (Chile Vamos) la político de la derecha con más experiencia (fue ministra de Trabajo con Sebastián Piñera) que no ha sido capaz de imponer con aplomo su discurso.
Chile, salvo vuelco imprevisto monumental, esta noche sabrá quien pasará con la exministra de Trabajo y Seguridad social, Jeanette Jara, al balotaje el 14 de diciembre. Hasta entonces, todo seguirá igual y en rigor, hasta el 11 de marzo – fecha de la investidura del vencedor–, Gabriel Boric seguirá al mando en el Palacio de la Moneda.
Los cuatro candidatos han expuesto sus posiciones y propuesto soluciones para los principales problemas del país. La seguridad, la inmigración descontrolada, la economía, y las desigualdades sociales son los ejes sobre los que han pivotado los discursos en la derecha y en la izquierda, junto con la educación y los desafíos sociales.
Ahora le toca a más de 15 millones de chilenos votar por el que más les ha convencido y en esta ocasión, no podrán, salvo multa, evitar cumplir la obligación de acudir a votar.
En el sector de la derecha tanto Kast, como Kaiser, un libertario en la frecuencia de Javier Milei, en Argentina, han apelado al resurgir de una nación orgullosa de serlo. En la línea de MAGA, pero con acento chileno.
La defensa del territorio y el control migratorio son banderas que ambos han agitado con similares bríos. Advierten que a los irregulares les expulsarán sin contemplaciones y embisten contra la gestión de Gabriel Boric que deja un legado mediocre del que hasta Jara ha intentado alejarse.
El lastre de ser comunista, movimiento del que también anticipó que se apartaría si es presidenta, le persigue a Jara.
Por qué la derecha es favorita
Estas elecciones, incluso antes de que se conozca el resultado exacto, reflejan el hartazgo de la sociedad de la política pseudo progre, del lenguaje inclusivo, de la estética de esa izquierda trasnochada que intenta disfrazarse de modernidad y que, finalmente, no ha sabido gobernar. El revisionismo histórico, pero, sobre todo, la falta de resultados explican por qué la derecha ahora es la favorita para la mayoría de los chilenos.
José Antonio Kast ha ido con pies de plomo en esta campaña. No quiere cometer los mismos errores de la anterior y evita embarrarse echando flores al régimen de Pinochet o rescatando aquella vieja promesa de liquidar el Ministerio de la Mujer. Anuncia «un Gobierno de emergencia» y avisa: «Queremos un país donde los delincuentes tengan miedo y los ciudadanos caminen tranquilos, un país donde la inmigración ilegal no tenga cabida».
Reivindicar la dictadura (1973-1990) de Augusto Pinochet es exactamente una de las cosas que ha hecho Kaiser. El representante de la derecha «sin complejos» bajo el paraguas del Partido Nacional Libertario tampoco rehuye el debate de los derechos humanos.
En sus intervenciones es claro y directo: «Reforzar a nuestras policías y legalidad. Vamos a proponer el aumento de penas en todos los delitos, para que todo el mundo que los cometa cumpla un mínimo de cárcel».
¿Quién es este fenómeno que ha irrumpido como un ciclón en la recta final? El sociólog Albert Mayol lo resumía en Efe: «Kaiser ha mirado un poco a (Donald) Trump, otro poco a (Javier) Milei y algo a (Nayib) Bukele. Son triunfos comunicacionales» y, para despejar las dudas aclara, «no es un mero imitador de fórmula, no tiene consolidado un proyecto político, sí la idea de una batalla cultural que tiene que ganar a la izquierda».
Esta noche, en la derecha chilena, puede pasar cualquier cosa. Lo previsible sería que José Antonio Kast pasara al balotaje, pero el final está abierto. Curiosamente, los tres candidatos que se disputan el segundo puesto -y previsible primero en el balotaje- apelan al nacionalismo, pero ninguno de los tres responde al perfil físico tradicional del chileno y mucho menos sus apellidos. Kast, Kaiser y Matthei suenan más a países de Europa que de América. Chile, es así.
*Para El Debate





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