Daniel Ortega ha entregado a China un territorio mayor a la suma de Gaza y Cisjordania

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El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, está dispuesto a entregar los recursos del país para mantenerse en el poder. Esa es la conclusión a la que se podría llegar teniendo en cuenta que, tras cuatro años de relaciones diplomáticas con China, le ha puesto en bandeja de plata a Xi Jinping gran parte del suelo nicaragüense para explotación minera. Se calcula que el área total supera de 6600 kilómetros de tierra. Es decir, un territorio mayor a la suma de Gaza y Cisjordania (6020 kilómetros).

Detrás están las 43 concesiones que el régimen de Ortega ha otorgado a China por un período de 25 años. Además, estas compañías del gigante asiático poseen documentación y orígenes poco claros. Todo llega acompañado del interés del comunismo chino por expandir su Ruta de la Seda, obteniendo materias primas y otros recursos, así como aliados en países subdesarrollados, urgidos a su vez por respaldo internacional ante el rechazo de gobiernos democráticos.

Un ejemplo de esto ocurrió días atrás, cuando la dictadura que hoy dirigen Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo otorgó seis concesiones mineras a cielo abierto a una empresa china llamada Thomas Metal S.A., por una superficie total de 62189 hectáreas en los departamentos de Chinandega, Matagalpa, Nueva Segovia, y en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, según la prensa oficial. El sandinismo tampoco tiene intenciones de frenar la entrega de suelo nicaragüense –incluyendo áreas protegidas– porque desde el año 2021 Laureano Ortega Murillo, hijo del dictador y asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, promociona que el 49,18 % de la superficie del país está disponible para concesiones mineras, tal como reportó el portal No Ficción.

Sandinismo aniquilará recursos naturales
Las 43 concesiones otorgadas a China, reveladas por el diario La Prensa tras revisar distintos anuncios oficiales, le garantizan a Ortega una alianza estratégica con Xi Jinping. Adicionalmente, son fuente de inversiones en un país bajo una brutal dictadura y, por ende, sin economía de mercado. Entregar 6600 kilómetros, el equivalente a 5,06 % del territorio, se tradujo en la entrada de 29 millones de dólares solamente desde el gigante asiático, para financiar actividades mineras.

Sin embargo, Daniel Ortega hace negocios con China a costa de sus ciudadanos. Y es que esto incluye la entrega de zonas indígenas, tal como lo denunció públicamente la plataforma de Unidad por la Democracia (PUDE). «Esta extensión supera departamentos enteros como Managua, Chinandega y Estelí, y representa un saqueo sistemático de nuestros recursos naturales y una violación flagrante a los derechos territoriales de los pueblos indígenas y comunidades étnicas».

En eso coincide la Fundación del Río, dirigida por el ambientalista nicaragüense desnacionalizado Amaru Ruiz. Y es que además, en mayo de este año el parlamento al servicio del sandinismo aprobó sin cambios y de forma unánime la Ley de Áreas de Conservación Ambiental y Desarrollo Sostenible para explotar áreas naturales sin consultar a las comunidades de dichas zonas o medir el impacto sobre el ambiente.

Empresas chinas con dudosos antecedentes
Más allá de los impactos sobre zonas protegidas está el hecho de que las empresas que explotan el suelo nicaragüense en busca de minerales poseen dudosos antecedentes. Una investigación de El Confidencial detalla que la compañía Thomas Metal tiene su sede en Zhengzhou, «pero no está cotizando en la bolsa de valores y no tiene un antecedente de inversiones serias en minería». En general, «son empresas muy nuevas con poca experiencia en términos del manejo de una concesión minera, no son las empresas mineras históricas que tiene China y que cotizan en la Bolsa de Pekín».

Se presume que la mayoría pertenece a capital privado chino. Sin embargo, las grandes empresa y ejecutivos –especialmente de compañías estratégicas– no son completamente libres para tomar decisiones importantes sin la aprobación o supervisión del Estado. El régimen comunista chino incluso supervisa la salida de capitales al extranjero y las inversiones de alto impacto, sobre todo si provienen de compañías privadas.

Fuente: PanamPost

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