


Claudia Sheinbaum: Reformas, continuidad y la popularidad intacta
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A un año de asumir la presidencia de México, Claudia Sheinbaum, la primera mujer en llegar al cargo conserva un nivel de aprobación superior al 70 por ciento, según encuestas recientes, y mantiene su promesa de erguir el "Segundo Piso" de la Cuarta Transformación del país, iniciado por su predecesor, Andres Manuel Lopez Obrador, pero con un sello distintivo que le ha traído apoyo popular aún en medio de un contexto desafiante.


Durante estos doce meses, el gobierno de Sheinbaum se concentró en tres frentes clave: una compleja relación con Estados Unidos, los retos económicos en un entorno internacional adverso, y la ampliación de derechos y programas sociales. También impulsó proyectos prioritarios de infraestructura, la reestructuración del sistema de salud pública y la transición energética con un enfoque estatal. Estos esfuerzos le han valido niveles de aprobación casi sin precedentes, alcanzando un pico de 85 puntos en febrero de este año. Sin embargo, persisten desafíos como la violencia y la corrupción.
Aniversario en el Zócalo
Doctora en ingeniería energética y exintegrante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, Sheinbaum, de 63 años, cumplió su primer año en funciones el pasado 1 de octubre. Lo hizo reafirmando su plan de 100 puntos basado en tres ejes que repitió durante su campaña: “Honestidad, amor al pueblo y resultados”.
La presidenta celebrará su primer aniversario este domingo con un acto en el Zócalo de la Ciudad de México, aunque la fecha exacta fue el 1 de octubre, la elección del fin de semana busca facilitar la asistencia de miles de personas.
En su escueto discurso conmemorativo el día del aniversario, Sheinbaum subrayó que su mayor compromiso es cumplir con las propuestas planteadas. “Hay que cumplirle al pueblo, eso es lo importante. (...) Todos venimos de un movimiento social, de la lucha por la democracia, por el bienestar del pueblo, por las libertades, y lo más importante es mantener la convicción”, afirmó.
“Aquella frase de 'calladita te ves más bonita', ¡en México ya no!”, dice con voz calma pero firme en un video conmemorativo difundido en redes sociales. “Las niñas se me acercan y me dicen: ‘Yo quiero ser como tú, ya no quiero ser princesa, quiero ser presidenta’”, relata Sheinbaum.
Luchar hacia afuera
La relación con Estados Unidos dominó buena parte de la agenda exterior de México. El principal socio comercial del país mostró una creciente imprevisibilidad con el retorno de Donald Trump al salón oval. Sheinbaum negoció con su administración la continuidad del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) y resistió presiones por nuevos “aranceles recíprocos”. Aunque logró moratorias, el presidente exige más resultados en control migratorio y combate al narcotráfico para suspenderlos definitivamente.
En su presentación de aniversario presidenta destacó que México tiene uno de los aranceles promedio más bajos del mundo, lo que refuerza su posición en el comercio internacional. “Hoy vengo a rendir cuentas, no con palabras vacías, sino con resultados”, afirmó en su informe.
El 83 por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino el vecino del norte, lo que equivale a un tercio del PIB nacional. En este marco, la Casa Blanca reconoció que “no hay gobierno que coopere más con nosotros que el de México” en la entrega de líderes del crimen organizado: en 2025 se concretaron 55 extradiciones.
Aun así, Sheinbaum adoptó un perfil internacional cauto frente a los vaivenes de Trump. Evitó pronunciamientos drásticos sobre conflictos externos, no asistió a la Asamblea General de la ONU ni planea participar en el próximo G20. Sus críticos la acusan de tibieza diplomática, mientras sus aliados defienden su enfoque centrado en la política interna como prioridad.
Sheinbaum, sin embargo, ha mantenido una postura cauta en la escena internacional, agitada por la creciente ola de reperfilamientos del incisivo Trump. no asistió a la Asamblea General de la ONU ni tiene previsto participar del próximo G20. Sus críticos la acusan de tibieza diplomática, aunque sus aliados valoran la prioridad puesta en “la política interna como la verdadera cancha de su gobierno”.
Gobernar para adentro
Uno de los mayores retos de Sheinbaum ha sido enfrentar los altibajos económicos, una problemática de gran relevancia en la agenda política mexicana. El país cerró el primer año con un crecimiento estimado del 1,2 por ciento para 2025, una deuda pública reducida al 49,5 por ciento del PIB, el peso por debajo de los 19 por dólar y una inflación anual de 3,5 por ciento en julio, el nivel más bajo en cuatro años.
La inversión extranjera alcanzó un récord en el primer semestre, impulsada por el fenómeno del nearshoring de empresas estadounidenses. El turismo creció un 13,8 por ciento y el desempleo se ubicó en apenas 2,7 por ciento, uno de los índices más bajos del mundo.
El sector energético, otro pilar de la economía, reforzó el papel del Estado en Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La producción nacional de hidrocarburos creció y se inauguraron proyectos de energías renovables y biocombustibles. La CFE garantizó que el 54 por ciento de la generación eléctrica quedará bajo control estatal.
El gobierno presentó además un presupuesto histórico en políticas sociales: 836 mil millones de pesos, con más de 16 millones de beneficiarios. La consigna “por el bien de todas y todos, primero los pobres” se reflejó en nuevos programas de pensiones para mujeres de 60 a 64 años, becas universales para estudiantes de educación básica y la expansión del Instituto Mexicano del Seguro Social Bienestar (IMSS), que ya opera en 23 estados y atiende a más de 42 millones de personas.
Minorías y nuevos derechos
El primer año de Sheinbaum también se distinguió por sus políticas hacia sectores históricamente marginados. Se otorgaron créditos a la palabra a mujeres indígenas y afrodescendientes artesanas, con un presupuesto de 500 millones de pesos. Se amplió el número de becas y apoyos a jóvenes, alcanzando a más de 8,9 millones de estudiantes.
En el plano laboral, el gobierno de Sheinbaum se concentró en la mejora de pensiones: los trabajadores ahora reciben hasta el 100 por ciento de su salario al jubilarse. Además, se implementó un aumento progresivo para docentes, médicos y militares.
Una de las reformas más destacadas fue la incorporación de trabajadores de plataformas digitales al sistema de seguridad social, medida que en su primer mes benefició a más de 1,2 millones de personas en el país. También se inició el debate para instaurar gradualmente la semana laboral de 40 horas.
El sistema nacional de cuidados, en coordinación con el IMSS y el DIF, comenzó con la construcción de los primeros Centros de Educación y Cuidado Infantil en Chihuahua. Estos programas buscan aliviar la carga de trabajo doméstico y no remunerado que recae mayoritariamente sobre las mujeres.
En la encuesta de El Financiero , el 48 por ciento valoró que México ha mejorado en pobreza y desigualdad, así como en escuelas y sistema educativo; mientras que 44 por ciento destacó la mejoría en los servicios médicos y de salud pública.
Desafíos por adelante
Alejandra Cullen, analista política, señaló que “a un año de haber asumido, Claudia Sheinbaum ha demostrado que el Segundo Piso de la Cuarta Transformación no es un castillo de arena, como decían sus adversarios, sino una construcción política real que combina continuidad, datos duros y estilo propio”. En su estudio, los principales logros percibidos por la ciudadanía fueron los apoyos sociales; los principales retos, la inseguridad y la corrupción. La aprobación de Sheinbaum se mantiene estable en todos los sectores, incluso entre opositores.
En su camino tiene, sin embargo, grandes piedras que sortear. La violencia sigue siendo un flanco débil: aunque se reportó una reducción interanual del 25 por ciento en homicidios y del 20 por ciento en delitos de alto impacto, se registraron más de 13.500 desapariciones en sus primeros once meses de mandato. Se implementó una estrategia nacional contra la extorsión, que se cobra siete millones de víctimas anuales, y ahora se persigue de oficio. La Guardia Nacional reforzó la frontera norte con 10 mil elementos y aumentaron los decomisos, pero los cárteles siguen operando y generando presión desde Washington.
En lo económico, Sheinbaum deberá lidiar con posibles nuevas amenazas de aranceles por parte de Trump, así como el desafío de ajustar aspectos del T-MEC y preservar el equilibrio fiscal en un escenario global incierto. En lo social, el reto será consolidar los programas de bienestar sin depender excesivamente de los ingresos petroleros y garantizar una transición energética sostenible.
Mirando hacia adelante, el gobierno planea impulsar la Ley General de Aguas y una Estrategia Nacional Hídrica para promover la captación pluvial y combatir su uso indebido. “Vamos bien y vamos a ir mejor”, dijo Sheinbaum.
Fuente: Página12






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