


Las estructuras vinculadas al chavismo que buscarán sobrevivir «el día después»
VENEZUELA



El chavismo se prepara para enfrentar un posible ataque del gobierno de Estados Unidos en territorio venezolano y, ante esta eventualidad, sus estructuras están siendo movilizadas para resistir y asegurar su supervivencia «el día después».


Si asumimos que el chavismo es simplemente un grupo político, podríamos pensar que se está preparando para un eventual proceso de negociación, en el cual estaría dispuesto a ceder algunas posiciones. Sin embargo, si lo entendemos como una organización criminal transnacional –tal como lo ha calificado la justicia estadounidense finalmente– lo que en realidad está haciendo es prepararse para eliminar sin contemplaciones a cualquiera que se le oponga, incluso, sacrificando a miembros de su élite.
Desde esta segunda perspectiva, vale la pena analizar las estructuras violentas que el chavismo ha protegido y fortalecido con el fin de garantizar la continuidad de actividades como el narcotráfico y la minería ilegal:
El Ejercito de Liberación Nacional (ELN) es un grupo guerrillero y narcotraficante colombiano con presencia también en los estados venezolanos Zulia, Táchira, Barinas, Apure, Amazonas, Bolívar, Guárico y Anzoátegui, según organizaciones como InSight Crime e informes de inteligencia del propio Gobierno colombiano. Realiza contrabando de combustible y armamento, cobra extorsiones a dueños de tierras y comercios, secuestra ciudadanos y ha sido vinculado con el asesinato de miembros de la oposición.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) son también de origen colombiano. Y aunque se «desmovilizaron», según el Acuerdo de Paz firmado en 2016 con el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos, siguen operando bajo el eufemismo de «disidencias», expandiendo también sus operaciones a territorio venezolano, específicamente a los estados Zulia, Apure, Amazonas y Bolívar. Controlan rutas de contrabando de drogas, armas y combustible; cobran «vacunas»; han asesinado a militares venezolanos y participado en secuestros de opositores.
Los colectivos son grupos paramilitares armados y entrenados por extremistas islámicos para el combate de guerrilla urbana. Ejercen control social en sectores populares. Participan en actividades de contrabando de alimentos, represión, persecución y secuestro de disidentes.
El Tren de Aragua es una red criminal que se originó en cárceles venezolanas y se expandió por todo el continente. El gobierno estadounidense asegura que es protegida y financiada por el chavismo. Se dedica al secuestro, extorsión, asesinato y tráfico de armas. También ha sido usada como instrumento de desestabilización regional y ha contribuido a deteriorar la imagen de la diáspora venezolana.
El Sindicado Las Claritas es una mafia minera encargada del control ilegal del oro en el estado Bolívar. Su actividad ha causado daños irreparables al ecosistema amazónico. Poseen armamento de guerra y actúan con brutalidad contra las comunidades locales.
Las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL) y los grupos en los que ha evolucionado son guerrilleros chavistas con menor capacidad que las guerrillas colombianas, pero con amplia experiencia militar. Tienen presencia en Barinas, Táchira y Apure, y se dedican a la extorsión, el secuestro y el contrabando de ganado y combustible.
La DGCIM y el SEBIN son las policías políticas diseñadas y supervisadas por el castrismo cubano para reprimir a militares (DGCIM) y civiles (SEBIN). Están equipadas con tecnología avanzada, armamento militar y gozan de protección institucional. Son responsables del sistema de tortura y de la custodia de presos políticos.
Estos son solo algunos de los elementos con los que el chavismo cuenta para mantenerse en el poder. Son los más preparados con suministros y protección en este momento. Están dispuestos a aniquilar a todo aquel que se oponga a sus intereses y no reconocen ninguna decisión democrática del pueblo venezolano.
El chavismo opera como una estructura mafiosa capaz de regenerarse para proteger los privilegios de sus distintas facciones. Sus líderes saben que, para sobrevivir, deben mantenerse unidos. Hoy no existen incentivos suficientes para que estos grupos se traicionen entre sí. Por tanto, solo una fuerza superior a la chavista dentro del territorio nacional podría ser capaz de neutralizar a la resistencia roja antivenezolana.
En estos tiempos de urgencia y desesperación es fundamental fortalecer las fuerzas internas que puedan superar al chavismo, pacificar el país y que puedan garantizar que se imponga el orden que anhelamos la inmensa mayoría de los venezolanos. Son los venezolanos los que tienen que imponer la victoria a lo interno: el recurso humano y la inteligencia están disponibles, al alcance del nuevo gobierno. El país está a la espera y confía en sus decisiones.
Fuente: PanamPost





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