


María Corina Machado, la “Dama de Hierro” de Venezuela y Nobel de la Paz que sacudió al régimen de Maduro
VENEZUELA



The Economist. Pasó por alto las insistentes demandas de Donald Trump de que se le concediera el Premio Nobel de la Paz. Pero tal vez, al favorecer una de las prioridades de la política exterior del presidente estadounidense, el comité noruego que otorga el premio ha demostrado sutileza política. Honró de manera significativa a “una mujer que mantiene viva la llama de la democracia en medio de una oscuridad creciente”. Eligió a María Corina Machado, según dijo, por “su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.


Obligada a vivir en la clandestinidad durante los últimos 14 meses, para muchos Machado es una Juana de Arco latinoamericana. Su candidatura a las elecciones presidenciales de Venezuela del año pasado unificó a una oposición normalmente fragmentada e inspiró la esperanza de un cambio. Su hazaña, en octubre de 2023, de obtener 2,3 millones de votos, el 92% del total, en unas primarias abiertas de la oposición, sacudió el régimen dictatorial de Nicolás Maduro, presidente del país desde 2013. El régimen prohibió su candidatura con argumentos espurios. A pesar del acoso constante, incluida la prohibición de tomar vuelos internos, hizo campaña en nombre de un sustituto, Edmundo González.
El régimen declaró que Maduro había ganado las elecciones. Pero la oposición recogió el 82% de las papeletas de los colegios electorales, y estas mostraban que González había ganado con el 67% de los votos frente al 30% de Maduro. El régimen nunca ha publicado los resultados completos de las elecciones. El gran logro de la oposición fue proporcionar pruebas fehacientes de que Maduro carece de legitimidad y del consentimiento de su pueblo. Para muchos, Machado es la presidenta legítima de Venezuela.
Ante la amenaza de prisión, González se exilió en España. Pero Machado, cuya familia vive ahora en su mayor parte en el extranjero, se ha negado a abandonar el país. Conservadora liberal que admira a Margaret Thatcher, a veces se la apoda la Dama de Hierro de Venezuela. Ha demostrado su habilidad para navegar por las turbulentas aguas de la política de oposición, acercándose al centro para su campaña presidencial. El Nobel reconoce su valentía al denunciar durante más de 20 años el descenso de Venezuela hacia la dictadura, primero bajo Hugo Chávez y luego, desde su muerte, bajo Maduro. Será muy bien recibido por quienes defienden la democracia y los derechos humanos en América Latina, donde últimamente han avanzado las autocracias. Sin duda, el comité del Nobel espera que esto aumente la presión sobre el régimen.
Se enfrenta a un momento delicado. Tras mantener conversaciones iniciales que garantizaron la liberación de los estadounidenses encarcelados en Venezuela, la administración de Trump ha decidido intentar presionar a Maduro. Ha duplicado la recompensa por su captura a 50 millones de dólares. Durante la primera administración de Trump, Estados Unidos acusó a Maduro de tráfico de cocaína. Ahora ha enviado una flotilla de ocho barcos, respaldada por un submarino y aviones espía, a la frontera de las aguas territoriales venezolanas. Aunque el objetivo aparente es interceptar drogas —la fuerza ha volado cuatro pequeñas embarcaciones en el Caribe, matando a más de 20 personas, lo que muchos abogados consideran ilegal—, el objetivo estratégico puede ser expulsar a Maduro del poder. Marco Rubio, secretario de Estado, se ha referido al presidente venezolano como el jefe de una “organización terrorista”.
Las autoridades venezolanas niegan cualquier implicación en el tráfico de drogas. La mayor parte de las drogas que entran en Estados Unidos lo hacen a través de México o del Pacífico. La fuerza estadounidense parece demasiado grande para una operación policial, pero demasiado pequeña para derrocar a Maduro. Las esperanzas de que el régimen implosione pueden ser optimistas. Su control del poder está respaldado por la inteligencia militar cubana.
A las fuerzas que se oponen a Maduro, el comité del Nobel ha añadido una poderosa fuerza moral. Machado representa la esperanza de un cambio político pacífico en Venezuela. Diplomáticamente, en una publicación en las redes sociales, dedicó su victoria a Trump “por su apoyo a nuestra causa”, así como al “sufrido pueblo de Venezuela”. Su premio también transmite un mensaje más amplio en un mundo en el que la democracia está en retroceso, como señaló el comité del Nobel. Ella “ha demostrado que las herramientas de la democracia son también las herramientas de la paz” y que existe la esperanza de un futuro mejor en el que “las personas sean finalmente libres para vivir en paz”, afirmó el comité. Se trata de una declaración de idealismo en una era cada vez más brutal y transaccional.
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