Cuba, al límite: apagón nacional deja a millones sin luz y hunde la generación por debajo del 10% durante siete horas

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Cuba enfrentó este miércoles una de sus peores crisis eléctricas, al generar menos del 10% de la energía necesaria durante siete horas de apagón nacional.

Por quinta vez en menos de un año, todo el territorio insular quedó a oscuras tras la caída total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), lo que refleja el deterioro y la fragilidad estructural del sector energético cubano.

Las autoridades de la dictadura activaron el protocolo de emergencia al confirmar la magnitud del corte y priorizaron la atención a infraestructuras clave.

El Ministerio de Energía y Minas (Minem), implementó un plan inmediato que consistió en la creación de microsistemas eléctricos dedicados exclusivamente a hospitales, panaderías y sistemas esenciales de bombeo de agua en distintos puntos del país.

Por la tarde, estos microsistemas solo aportaban más de 200 megavatios (MW), una cifra mínima frente a los 2.000 MW habituales a esa hora y muy por debajo de la demanda máxima diaria, que en verano suele acercarse a 3.500 o 3.800 MW.

El restablecimiento de la red eléctrica planteó retos logísticos considerables. El Minem explicó que la primera fase requirió usar fuentes de “arranque sencillo”: generación solar, hidráulica, gas y pequeños motores.

El propósito era suministrar energía limitada a ciertas áreas para permitir el encendido progresivo y estabilización de las centrales termoeléctricas, que constituyen el eje del sistema y aportan la mayor parte de la producción nacional.

Las cifras oficiales muestran un aumento en la duración de los cortes, que en meses previos superó las 15 horas diarias, recargando la presión sobre la vida y la economía en la isla.

El origen de la crisis radica en décadas de inversiones postergadas y obsolescencia tecnológica. Las centrales térmicas sufren por el desgaste, falta de mantenimiento y déficit de financiamiento. Muchos motores de generación distribuidos en el país apenas pueden funcionar ante la escasez de divisas para adquirir combustible.

Se estima que la raíz del problema es la infrafinanciación crónica de un sector público desde 1959, mientras que el régimen responsabiliza al embargo de Estados Unidos del agravamiento de la “asfixia energética”.

Estimaciones independientes, recogidas por EFE, calculan que harían falta USD 8.000 a 10.000 millones para restaurar por completo la infraestructura eléctrica, una suma inaccesible en el contexto económico actual.

Las consecuencias afectan mucho más que los hogares particulares. Sectores estratégicos como la salud y el saneamiento están en riesgo al no poder garantizar suministro ininterrumpido.

El golpe social y económico es inmediato: la economía cayó 1,1 % en 2024, acumulando un retroceso del 11% en cinco años. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el producto interno bruto volverá a ser negativo este año.

El malestar ciudadano emerge como un factor central: protestas recientes, en particular las de julio de 2021, han estado ligadas al efecto de los prolongados apagones, que dificultan la vida cotidiana, impiden conservar alimentos y afectan especialmente a niños, ancianos y personas encamadas. Se estima que el este país enfrenta una crisis social sin precedentes: el 89% de su población vive en la pobreza extrema

Iván Hernández, secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba, explicó a Infobae que la gente se vio sorprendida por el apagón en medio del calor y la escasez:

“La gente no tiene para comer y ahora mucho menos cómo cocinar porque la mayoría de las familias cubanas elabora los alimentos a través de equipos eléctricos”. Reportó casos como el del barrio Las Canteras, municipio de Perico, Matanzas, donde los habitantes permanecieron más de tres semanas sin servicio, al no haber transformador de reemplazo

Según CNN, la UNE informó la “desconexión total del Sistema Eléctrico”, mientras el primer ministro Manuel Marrero declaró que se implementaron soluciones rápidas para devolver la energía lo antes posible.

Aunque algunos hogares y negocios cuentan con generadores propios, la mayoría de los más de 11 millones de cubanos quedó completamente a oscuras. A pesar de los mensajes oficiales, la UNE reconoció que los cortes, programados o accidentales, afectan ya al 40% de la población de manera simultánea de forma persistente.

(Con información de EFE)

Fuente: Infobae

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