Netanyahu da luz verde a ocupar la Ciudad de Gaza y pide negociar con Hamás una tregua

el mismo tiempo que las tropas del Ejército israelí ya se encuentran bombardeando la Ciudad de Gaza —la capital de la Franja—, el primer ministro del país, Benjamin Netanyahu, tras una reunión con su gabinete de seguridad, ha aprobado la operación 'Carros de Gedeón II', que contempla la conquista de la ciudad, su reducción a cenizas y el traslado del millón de personas que viven ahí a la zona costera de Mawasi, en el sur.

«Estamos en la fase de toma de decisiones. Llegué hoy a la División de Gaza del Ejército israelí para aprobar los planes que las Fuerzas de Defensa de Israel nos presentaron a mí y al ministro de Defensa para tomar la ciudad de Gaza y derrotar a Hamás», ha afirmado en un comunicado la oficina del primer ministro. Por el momento, se estima que las tropas israelíes ya operan en el barrio de Zeitún y en la localidad de Yabalia, en las afueras de la ciudad.

A su vez, el comunicado de Netanyahu también asegura que ha ordenado iniciar «negociaciones inmediatas» para la liberación de los rehenes —se calcula que quedan 20 vivos y 30 muertos en la Franja— y el fin de la guerra «en términos aceptables para Israel».

Estos últimos días, Israel rechazó la propuesta de alto el fuego que había sido aceptada previamente por Hamás —apresurada ante los avances militares israelíes— y que, según Qatar —que ejerce junto a Egipto de país mediador—, cumplía «en un 98 %» lo aceptado previamente por Israel. El acuerdo aceptado por Hamás incluía una tregua de 60 días y la liberación de 10 rehenes, pero Netanyahu se niega a negociar cualquier acuerdo que no incluya la liberación de todos los rehenes.

El primer ministro sabe que tiene que cuidar mucho sus próximos pasos si no quiere que se le caiga el Gobierno. El ministro de Finanzas, el nacionalista Bezalel Smotrich, ha confirmado que cualquier acuerdo con Hamás implicara que vote a favor de la oposición para censurar al Ejecutivo. De hecho, esta fue la razón por la que, en el mes de marzo, cuando había un alto el fuego vigente, Israel lo rompió de manera unilateral. Netanyahu tenía que aprobar los presupuestos si no quería encaminar al país a elecciones anticipadas y la condición de los nacionalistas Smotrich y Ben Gvir era el fin de cualquier tregua con Hamás.

El propio Smotrich también ha sido protagonista estos últimos días de un plan que ha levantado ampollas y quejas en la comunidad internacional —el Reino Unido hasta a convocado a la embajadora israelí—. El ministro aprobó un plan para construir más de tres mil viviendas en la zona donde un futuro Estado palestino debería tener su capital. Además, la propuesta divide Cisjordania en dos e implanta una zona de control israelí en el espacio entre ambas, dificultando más que nunca un futuro con dos estados. «Palestina está siendo borrada con acciones», aseguró uno de los promotores de la idea.

Mientras tanto, la situación dentro de Gaza sigue siendo catastrófica. Tan solo en las últimas horas se calcula que han muerto unas 70 personas por ataques israelíes —18 de ellas mientras esperaban ayuda humanitaria— y otras dos murieron por hambre, elevando el total de fallecidos por esta causa a 271. La ONU ha denunciado que «un tercio de los niños de Gaza sufre desnutrición severa y morirá», y también afirma que muchas personas «no tendrán fuerza para desplazarse», como pretende Israel con el millón de personas que viven en la Ciudad de Gaza.

Médicos sin Fronteras también ha denunciado que Israel está «privando deliberadamente de agua» a la población gazatí y la UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, ha advertido que la zona de refugiados en Mawasi, a donde también fueron los desplazados de la ciudad de Rafah que fue destruida, podría convertirse «en un campo de concentración».

*Para El Debate