La ONU expresó este lunes su disposición a respaldar cualquier iniciativa significativa que promueva la paz en Ucrania, al tiempo que celebró el “diálogo constructivo” entre Estados Unidos, Rusia, Ucr

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El encuentro entre Donald Trump y Volodimir Zelensky en la Casa Blanca se desarrolló en un clima mucho menos tenso que el que marcó su anterior reunión pública, celebrada seis meses atrás. En aquella ocasión, la confrontación entre ambos mandatarios fue evidente y sus repercusiones se extendieron a la política exterior estadounidense respecto a la guerra en Ucrania. Esta vez, los temores de los aliados de Zelensky ante un posible nuevo desencuentro no se materializaron.

Uno de los gestos que marcó la diferencia fue la vestimenta del presidente ucraniano. Atendiendo a la petición de Trump, Zelensky dejó de lado su habitual uniforme militar y optó por un traje oscuro. El presidente estadounidense, sonriente, respondió a la pregunta de un periodista sobre su mensaje para el pueblo ucraniano con una frase conciliadora: “Los queremos”.

En el Despacho Oval, el vicepresidente JD Vance y el secretario de Estado Marco Rubio ocuparon los mismos asientos que en la reunión anterior. En febrero, Vance había reprendido a Zelensky, exigiéndole mayor gratitud por el apoyo estadounidense frente a la invasión rusa. Esta vez, el tono fue distinto: solo hablaron los dos presidentes, sin intervenciones de los acompañantes.

El contexto, sin embargo, no era menos delicado. Apenas tres días antes, Trump había recibido con honores al presidente Vladimir Putin en una cumbre en Anchorage, Alaska, y se había alineado con la postura rusa sobre el conflicto. Además, el mandatario estadounidense abandonó su exigencia de un alto el fuego inmediato, una demanda que Zelensky y los aliados europeos venían impulsando. Trump también sugirió que Ucrania podría verse obligada a ceder más territorio a Rusia para alcanzar la paz, una propuesta que Kiev rechaza de forma categórica.

A pesar de estas señales, Estados Unidos dejó abierta la posibilidad de ofrecer garantías de seguridad a Ucrania como parte de un eventual acuerdo, siempre que la mayor parte de la carga recaiga en los países europeos y los aliados de la OTAN. En una publicación en Truth Social, Trump fue explícito: esas garantías no incluirían la adhesión de Ucrania a la OTAN. Durante la reunión con Zelensky, el presidente estadounidense amplió la explicación y reiteró que el liderazgo recaería en Europa. “Les daremos muy buena protección, muy buena seguridad. Ellos son la primera línea de defensa porque están allí, son Europa. Pero también los vamos a ayudar. Estaremos involucrados”, afirmó Trump, según recogió The Financial Times.

El ambiente distendido se reflejó en detalles como el intercambio de bromas sobre la vestimenta de Zelensky. El periodista Brian Glenn, de la cadena conservadora Real America’s Voice, quien había criticado al líder ucraniano por su atuendo militar en febrero, elogió su nuevo aspecto: “Te ves fabuloso con ese traje”. Trump coincidió y recordó que le había hecho el mismo comentario. Zelensky, por su parte, bromeó sobre el traje de Glenn, señalando que era el mismo que había llevado en la reunión anterior.

El presidente ucraniano también aprovechó la ocasión para destacar la carta que la primera dama estadounidense, Melania Trump, envió a Putin sobre la situación de los niños ucranianos, incluidos los que han sido secuestrados por Rusia. Zelensky entregó una misiva de su esposa a la primera dama, aclarando con humor: “No es para usted, es para su esposa”. Trump respondió con una sonrisa: “La quiero”.

A la cita en la Casa Blanca se sumaron numerosos líderes europeos, que viajaron a Washington con premura para respaldar a Zelensky. Entre ellos se encontraban el primer ministro británico Sir Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron y el secretario general de la OTAN Mark Rutte, quienes llegaron poco antes que el mandatario ucraniano. Trump subrayó la importancia de su presencia: “Todos son amigos míos y amigos suyos… quieren ver la paz”.

La diferencia con la reunión de hace seis meses fue notoria. En aquella ocasión, Zelensky abandonó la Casa Blanca de forma abrupta y la comida prevista con el presidente estadounidense se canceló, mientras los aliados europeos observaban con preocupación desde el otro lado del Atlántico.

A pesar del tono más cordial y de los gestos de acercamiento, la resolución de la crisis seguía sin definirse al avanzar la tarde. La posibilidad de una reunión trilateral entre Trump, Zelensky y Putin, mencionada por el presidente estadounidense, quedó supeditada a la voluntad del líder ruso y a los resultados de la inminente conversación telefónica.

Fuente: Infobae

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