El avión presidencial que podría cambiar el Sáhara

MUNDO Alfredo Behrens*
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La oferta de Qatar para proporcionar un nuevo Air Force One a Donald Trump suena como una extravagancia más del excéntrico mundo diplomático estadounidense. Pero desde Madrid, esta aparentemente extraña propuesta adquiere dimensiones inquietantes que podrían reconfigurar el equilibrio de poder en el conflicto que más directamente afecta a España: el Sáhara Occidental.

El emirato del Golfo no está regalando simplemente un avión. Está comprando acceso privilegiado al corazón del poder estadounidense en un momento crítico para los intereses españoles en el norte de África.

Qatar se ha posicionado como uno de los pocos actores capaces de tender puentes entre Marruecos y Argelia, precisamente los dos países que han convertido la diplomacia española en un campo de minas desde que Madrid abandonó su neutralidad histórica en 2022.

Cuando el Gobierno de Sánchez respaldó públicamente el plan de autonomía marroquí como «la base más seria, realista y creíble» para resolver el conflicto saharaui, España creyó que estaba comprando estabilidad en su frontera sur. En cambio, se encontró con una Argelia furiosa que cortó el suministro de gas y rompió relaciones diplomáticas, mientras que Marruecos interpretó el apoyo español como una carta blanca para endurecer aún más sus posiciones.

La asociación estratégica que España firmó con Qatar en 2022 parecía entonces una diversificación inteligente de sus relaciones en la región. Pero si Qatar logra influencia sin precedentes sobre la política exterior estadounidense a través de esta controvertida donación aeronáutica, España podría encontrarse en una posición aún más delicada.

El cálculo qatarí es transparente: por el precio de un avión presidencial, obtiene acceso directo a las decisiones que afectan desde las sanciones iraníes hasta la estabilidad del Golfo Pérsico. Pero para España, las implicaciones son más sutiles y potencialmente más determinantes. Qatar ha estado mediando discretamente entre Argelia y Marruecos, ofreciendo una alternativa a la diplomacia europea que ha fracasado sistemáticamente en acercar posiciones.

Si esta influencia sobre Trump se materializa, Qatar podría convertirse en el verdadero árbitro del conflicto del Sáhara Occidental, relegando a España a un papel aún más secundario en un asunto que considera vital para su seguridad nacional. La paradoja es evidente: España necesita que alguien medie entre sus vecinos norteafricanos, pero no puede permitirse que ese mediador tenga en Washington más influencia que Madrid.

Los riesgos de seguridad que plantea la oferta qatarí son evidentes. Permitir que un país extranjero proporcione el avión presidencial estadounidense establece precedentes inquietantes sobre la independencia de las decisiones de política exterior. Pero desde la perspectiva española, el peligro real radica en cómo esta nueva dinámica podría alterar el delicado equilibrio que España ha intentado mantener en el norte de África.

La marginación de España
La ironía es que España, que ha buscado desesperadamente escapar de la trampa diplomática en la que se encuentra entre Marruecos y Argelia, podría ver cómo Qatar utiliza su nueva influencia estadounidense para consolidar su propio papel como mediador regional, dejando a España aún más marginada en las decisiones sobre su propio vecindario. Pero aún, este asunto podría incendiarse si Andalucía convocara elecciones anticipadas, dado que Andalucía comparte costa con Marruecos y tiene importantes lazos económicos y migratorios.

El Air Force One qatarí no es solo una cuestión de protocolo diplomático estadounidense. Es una ventana hacia un futuro en el que las potencias medianas del Golfo podrían tener más influencia sobre los conflictos que afectan directamente a Europa que los propios países europeos. Para España, observar desde Madrid cómo se desarrolla esta historia no es solo curiosidad geopolítica; es una lección sobre cómo el poder se está redistribuyendo en formas que podrían determinar el futuro de sus relaciones más complejas y estratégicas.

*Alfredo Behrens es doctor por la Universidad de Cambridge, especialista en Liderazgo y cultura en la FIA Business School de São Paulo y moderador de reuniones para el Harvard Business Publications.

*Para El Debate

 

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