

El drama invisible de los miles de niños ucranianos secuestrados por las fuerzas de Putin
MUNDO



Cuando Vladimir Putin recibió una lista con 339 nombres de niños ucranianos deportados a Rusia durante una reunión por videoconferencia el 4 de junio de 2024, su reacción fue de absoluta indiferencia. Los nombres aparecían en letras diminutas en su pantalla, cada uno representando a un menor secuestrado de la zona de guerra en Ucrania y, según las autoridades de Kiev, trasladado por la fuerza a territorio ruso. Putin nunca había sido confrontado públicamente con esta lista y no mostró interés particular en leerla.


La escena, ocurrida exactamente tres años, tres meses y 11 días después de que Putin ordenara la invasión de Ucrania, ilustra la magnitud de un problema que se ha convertido en uno de los obstáculos más complejos en las actuales negociaciones de paz. Según las autoridades ucranianas, 19.546 niños permanecen sin retornar a su país de origen, mientras que solo 1.200 han logrado regresar desde el inicio del conflicto.
Un grupo de investigación independiente de la Universidad de Yale ha dedicado los últimos tres años a rastrear a estos menores a través de reportes noticiosos rusos, bases de datos públicas y publicaciones en redes sociales. El programa ha identificado más de 8.400 niños que han sido sistemáticamente reubicados desde Ucrania, según informó TIME.
Entre todos los niños de la lista que Putin observó, quizás el caso mejor documentado es el de Margarita Prokopenko, quien tenía solo unos meses cuando comenzó la invasión rusa. Abandonada al nacer por su madre, Margarita era la más joven de varias decenas de niños que vivían en un hogar para huérfanos y menores con discapacidades en la ciudad de Kherson.
Según detalla el informe de TIME, a principios de marzo de 2022, las tropas rusas tomaron esa ciudad e instalaron un gobierno títere para administrarla. Un miembro del parlamento ruso, Igor Kastyukevich, llegó desde Moscú para ayudar a cimentar el control del Kremlin y comenzó a hacer visitas frecuentes al orfanato esa primavera.
Según investigadores ucranianos, la niña terminó bajo la custodia de un prominente aliado de Putin llamado Sergei Mironov, quien ha sido una figura del círculo gobernante ruso durante más de un cuarto de siglo. Una investigación de la BBC encontró en 2023 que la esposa del político, Inna Varlamova, hizo múltiples viajes a Kherson para ver a la niña antes de su secuestro.
La BBC obtuvo documentos que muestran que al llegar a Rusia, la niña recibió un nuevo certificado de nacimiento que registraba su nombre como Marina Mironova, por su padre adoptivo en Moscú. Mironov no ha negado haber llevado a la niña a su hogar, pero respondió al reporte de la BBC con característica virulencia, calificándolo como “otra histeria falsa” creada por las agencias de inteligencia de Ucrania.
El tema de los niños deportados ha generado tensiones significativas en las negociaciones de paz, particularmente entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Durante una reunión en la Oficina Oval el 28 de febrero de 2025, Zelensky planteó el tema de los menores desaparecidos al inicio del encuentro.
“Queremos traerlos de vuelta”, explicó Zelensky a Trump. “Es un gran sueño, tarea y objetivo para mí”. No obstante, cuando Trump comenzó a responder preguntas de reporteros, la reunión se volvió tensa y luego hostil. Los dos líderes terminaron a gritos, discutiendo sobre la influencia que Ucrania tiene en las conversaciones de paz.
La posición rusa y la propaganda estatal
Durante las conversaciones recientes en Estambul, los enviados de Putin al menos reconocieron el tema de los niños desaparecidos y prometieron abordarlo. “Trabajaremos en cada uno de los nombres de esta lista”, declaró Vladimir Medinsky, el principal negociador ruso, después de las conversaciones del 2 de junio.
No obstante, Medinsky no pudo resistirse a atacar a los ucranianos por exigir el retorno de sus niños. Comparó el esfuerzo con una escena de la película “Wag the Dog”, en la que un productor de Hollywood ayuda a la Casa Blanca a inventar una guerra. “Si quieres hacer llorar a la gente, muéstrales a un niño perdido, idealmente uno cargando un gatito”, comentó Medinsky. “Así que eso es lo que nos están mostrando”.
En los medios estatales rusos, el secuestro de esos niños se presenta frecuentemente “la adopción y reeducación de niños ucranianos" y se aborda como un acto de caridad y patriotismo. La comisionada del Kremlin para los derechos de los niños, Maria Lvova-Belova, se jactó en una reunión televisada con Putin en 2023 de que ella misma había adoptado a un adolescente de Ucrania.
La presión más fuerte sobre Putin para devolver a los niños ha venido de La Haya. En marzo de 2023, aproximadamente un año después del inicio de la invasión rusa, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Putin por la “transferencia ilegal” de niños ucranianos a Rusia.
Como criminal de guerra acusado, Putin enfrenta el riesgo de arresto cada vez que viaja a uno de los 125 países que reconocen la jurisdicción de la CPI, incluyendo toda Sudamérica, casi toda Europa y aproximadamente la mitad de África. Uno de los asociados de Putin en Moscú confirmó a TIME que la acusación continúa molestando al presidente ruso.
La única otra funcionaria rusa acusada por la CPI es Lvova-Belova, quien enfrenta los mismos cargos de crímenes de guerra que Putin. No obstante, según la fuente moscovita, Putin “podría escupir a La Haya” y siente que puede devolver a los niños como parte de algún intercambio humanitario, pero “honestamente no es una alta prioridad”.
Impacto demográfico en Ucrania
Para Ucrania, la pérdida permanente de estos niños profundizaría una crisis demográfica inminente, reseña TIME. Desde el inicio de la invasión rusa, la población de Ucrania ha colapsado de alrededor de 41 millones de personas a 32 millones, según estadísticas oficiales. Un reporte de la ONU publicado el año pasado proyectó que, para finales de este siglo, Ucrania solo tendría 15 millones de residentes.
En total, alrededor de 1,6 millones de niños ucranianos viven ahora en partes de Ucrania que Rusia ha ocupado. Están expuestos a propaganda del Kremlin en escuelas, medios estatales y programas dedicados a la “educación patriótica”. Según el programa de investigación de Yale, los niños seleccionados para transferencia a Rusia tienden a estar entre los más vulnerables, como huérfanos que viven en hogares grupales.
Los investigadores encontraron que muchos de los niños fueron tomados de regiones fronterizas de Ucrania y colocados en refugios temporales antes de ser asignados a familias adoptivas rusas. Aviones de transporte militar fueron utilizados en ocasiones para llevar a los niños a Rusia, según informó TIME.
Zelensky asignó esta misión a una de sus asistentes cercanas, Daria Zarivna, quien nació y creció en Kherson. Cuando se reunió con TIME en marzo, expresó estar especialmente preocupada por el caso de Margarita. “Si no recuperamos a estos niños pronto”, advirtió Zarivna, “el sistema ruso tendrá éxito en volverlos contra nosotros”.
En la visión de Zelensky, la única manera de recuperar a los niños sería a través de una campaña internacional para forzar la mano de Putin, ya sea mediante sanciones contra Rusia, apoyo militar para Ucrania, o cargos criminales como los que Putin enfrenta en La Haya. “La pregunta se reduce a la voluntad de ciertos líderes, que pueden simplemente presionar a Putin para devolver a los niños”, declaró Zelensky a TIME.
Fuente: Infobae




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