



Luego de la polémica sesión en el Senado, donde Victoria Villarruel le hizo el juego al kirchnerismo para habilitar una votación sin el quórum necesario, todas las dudas fueron despejadas. Si algo faltaba para cerrar el círculo, poco después del bochorno de la Cámara Alta, la vicepresidente salió en sus redes sociales a avalar el discurso K sobre los aumentos a los jubilados. El escritor Nicolás Márquez fue uno de los que vinieron advirtiendo desde hace más de un año que la relación entre el presidente y su vice ya estaba absolutamente roto por la traición de la titular del Senado.


Con relación a lo que se suele comentar en las redes sociales, el coautor de Milei: la revolución que no vieron venir acaró que el presidente no puede pedirle la renuncia a su vice. “Tendría que renunciar voluntariamente y no lo va a hacer porque es una ambiciosa extrema”, advirtió.
Para Márquez, la actitud de la actual Villarruel no es nueva, pero consideró que ella podría haber mostrado algún tipo de lealtad para el compañero de fórmula que la hizo, primero diputada y luego vicepresidente. Sin embargo, el escritor y biógrafo del mandatario consideró que ella impuso su propia agenda del primer día.
También relativizó su capital político, en contraposición de los que argumentan que Milei ganó las elecciones en parte a ella. Para el autor de Perón, el fetiche de las masas, la que sí colaboró con el triunfo frente a Sergio Massa en el balotaje fue Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad. Con respecto a su rendimiento al frente de una de las principales carteras del Poder Ejecutivo, como ocurre con Luis Caputo y Federico Sturzenegger, el autor aseguró que trabajan mejor con este “director técnico”. El comentario viene en referencia al desempeño que pudieron tener en el pasado en el gobierno de Mauricio Macri, en comparación al actual.
A la hora de describir la inteligencia de Villarruel, Márquez comentó lo que le dijo un excolaborador de la vicepresidente: “Es inteligente hasta que aparece su ego. Cuando esto sucede, su ego termina pesando más que su inteligencia”.
“A mi no me preocupan las diferencias ideológicas. Creo mucho en el concepto de tabula rasa que propuso Milei, para nutrir un espacio joven con pocos diputados y senadores. Lo que me preocupa es su actitud manifiestamente conspirativa contra el presidente”, advirtió.
Sobre el coqueteo del kirchnerismo y los medios opositores con Villarruel, el escritor señaló que los “une el espanto”. Por eso, los medios de izquierda que permanentemente hacían referencia al costado militar de la vicepresidente, hoy ya ni siquiera mencionen la cuestión y hasta reivindican sus enfrentamientos con el presidente y ahora con el modelo económico que propuso La Libertad Avanza.
“En términos de liderazgo, lo de Villarruel es dudoso. No tiene ni siquiera un sello partidario. Hasta la gente que la defiende en redes sociales son empleados suyos del senado”, concluyó.
Fuente: PanamPost
