
Violencia en Ecuador: hallaron muerto a un joven policía tras más de 20 días desaparecido
MUNDO


La Policía de Ecuador halló el cuerpo sin vida del agente Julio Alexander Gaibor Garófalo, de 25 años, desaparecido el pasado 20 de junio en el municipio costero de Playas, donde trabajaba como agente investigador de la Unidad Nacional de Antisecuestros y Extorsión (Unase), según confirmó la institución.


“Su labor en servir y proteger a la ciudadanía será recordada como su legado y ejemplo para las damas y caballeros de la paz”, escribió el comandante de la Policía, el general Pablo Dávila, en su cuenta de la red social X.
Tras semanas de búsqueda, los policías hallaron el sábado el cadáver de Gaibor en una zona de difícil acceso de la urbanización El Triángulo, cerca de la vía El Morro–Playas, de la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil.
El cuerpo del hombre estaba boca abajo y en descomposición. Además, la Policía encontró una vaina percutida a un costado.
“He dispuesto que nuestras unidades especializadas intensifiquen las investigaciones hasta dar con los responsables de este cobarde acto”, agregó Dávila.
Las indagaciones preliminares han llevado a los agentes a sospechar que una persona que está en la cárcel está relacionada con el crimen, aunque no se han revelado más detalles al respecto.
Gaibor, oriundo del municipio San Miguel, de la provincia andina de Bolívar, y llevaba cuatro años y cuatro meses en la institución policial.
Su familia había señalado días atrás a medios locales que temían que la desaparición del policía esté vinculado a represalias por el trabajo investigativo que realizaba el joven en casos de secuestros y extorsiones, que han aumentado en los últimos años, especialmente en municipios de la costa de Ecuador.
Ecuador vive en 2025 una de las peores crisis de violencia de su historia reciente. Solo entre enero y abril se registraron más de 3.000 homicidios, un aumento del 58 % respecto al mismo periodo del año anterior, según cifras del Ministerio del Interior. Naciones Unidas, en su más reciente Informe Mundial sobre Drogas, advirtió que el tráfico de cocaína alcanzó niveles récord, y que países de tránsito como Ecuador —donde operan múltiples bandas armadas— se han convertido en escenarios de una violencia letal, profundamente ligada al control territorial y las rutas de exportación.
El 25 de junio, una operación de inteligencia de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas culminó con la recaptura de José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, líder de Los Choneros y considerado el criminal más peligroso del país. Estaba prófugo desde enero de 2024, cuando escapó de una prisión de máxima seguridad. Fue hallado oculto en un sofisticado búnker subterráneo, ubicado bajo una vivienda familiar en el barrio La Tejedora, en Manta. Las autoridades lo detuvieron tras diez horas de excavación controlada, sin que se registraran enfrentamientos.
El operativo, denominado “Zeus II”, fue considerado un éxito por el gobierno del presidente Daniel Noboa, quien desde inicios de año declaró un “conflicto armado interno” contra más de 20 grupos criminales. La captura de “Fito” fue interpretada como un mensaje político, pero expertos en seguridad advierten que su ausencia podría desatar nuevas disputas internas entre facciones rivales. La dinámica de la violencia en Ecuador no ha disminuido tras su detención: en barrios de Guayaquil como en sectores del sur de Quito, los enfrentamientos armados, las extorsiones y las desapariciones continúan a diario.
Estados Unidos solicitó oficialmente la extradición de Macías, acusado por cargos de narcotráfico y homicidio. Su abogado confirmó que el líder de Los Choneros aceptó voluntariamente ser entregado a la justicia norteamericana. Esta extradición sería la primera en concretarse bajo las reformas penales aprobadas por referéndum en 2024, que incluyeron también el respaldo popular al uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna. La administración Noboa busca consolidar una estrategia de “mano dura” que combina militarización, reformas legales y cooperación internacional.
Sin embargo, organismos como Human Rights Watch y el Comité de Derechos del Niño de la ONU han expresado preocupación por el creciente número de asesinatos de menores, las denuncias de ejecuciones extrajudiciales y el uso excesivo de la fuerza. También se reportaron más de 10.700 denuncias por extorsión y más de 2.000 secuestros en el último año. Mientras tanto, el desplazamiento interno forzado crece: más de 100.000 personas abandonaron sus hogares en 2024 por amenazas, violencia o control de grupos armados, según datos del Consejo Noruego para los Refugiados. El Estado ecuatoriano se enfrenta así al desafío de recuperar el control territorial sin fracturar aún más su tejido social.
(Con información de EFE)
Fuente: Infobae






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