¿Estamos ante el final de la luna de miel entre Trump y Putin por la guerra en Ucrania?

MUNDO Andrea Polidura*
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece estar saliendo de su fascinación con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y la luna de miel entre ambos mandatarios está a punto de llegar a su fin. El 'bromance' –relación estrecha entre dos hombres– dejó de ser idílico hace unos meses, pero el punto de inflexión se produjo el pasado 3 de junio, cuando mantuvieron una nueva conversación telefónica y el ruso fue muy claro, quizás demasiado, con su homólogo estadounidense al decirle que no tenía ninguna intención de renunciar a sus «objetivos» en Ucrania.

La llamada, que duró aproximadamente una hora –ya lejos de las dos de anteriores conversaciones–, no supuso ningún avance tangible hacia un futuro alto el fuego en Ucrania. Trump, que suele comentar cualquier asunto en su red social Truth Social, no hizo mención alguna sobre lo que había discutido con Putin y tan solo habló de su contenido al ser preguntado por los periodistas en la Casa Blanca. Trump, con un tono muy diferente al de hace algunos meses, confesó estar «decepcionado» con la actitud del inquilino del Kremlin.

«Estoy muy decepcionado con la conversación con Putin. Sinceramente, me parece que Putin ya no está [dispuesto a negociar una tregua]. Estoy muy decepcionado porque no creo que quiera parar, y eso es muy malo», reconoció el presidente estadounidense. Esta nueva postura del republicano con respecto a Putin supone un balón de oxígeno para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que vio cómo la semana pasada Estados Unidos cortó el suministro de armamento clave para que su país pudiera hacer frente a los constantes bombardeos masivos de Rusia, como los misiles Patriot.

Tan solo un día después de la llamada entre Putin y Trump, le tocó el turno a Zelenski. Tras 40 minutos, el ucraniano aseguró que esta última conversación había sido de las más «importantes» y «productivas» que había tenido hasta el momento. Ambos mandatarios se comprometieron a trabajar juntos para «reforzar» las defensas aéreas de Ucrania, tras haber sufrido el país invadido uno de los peores bombardeos en lo que va de guerra. Rusia superó la barrera de 500 aviones no tripulados contra Kiev, además del lanzamiento de once misiles balísticos, que acabó con la vida de dos personas y dejó 26 heridos.

Tan solo cinco días después, el Ejército ruso volvió a batir un récord con el lanzamiento de 728 drones Shahed y simuladores, junto con 13 misiles balísticos cuyo principal objetivo fue el oeste de Ucrania. Jornada tras jornada, durante los últimos meses, Moscú ha recrudecido sus ataques contra el país invadido mientras que las negociaciones para una tregua se mantienen completamente paralizadas. Ante esta situación, Trump ha cambiado su postura con respecto a Ucrania y ha asegurado que su país está listo para enviar «más armas», algo que ha supuesto un gran alivio para el país presidido por Zelenski.

«Tenemos que enviar más armas. Debemos hacerlo para que sean capaces de defenderse. Están siendo atacados muy duramente», denunció el presidente estadounidense este lunes durante un encuentro en la Casa Blanca con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. En este sentido, Trump insistió en que no estaba «nada contento con el presidente Putin». «Yo detengo guerras y odio ver morir a la gente», sostuvo. Además, el republicano recordó que la carta de las sanciones contra Rusia aún está encima de la mesa.

«Putin nos dice muchas tonterías, si quieren saber la verdad. Siempre es muy amable, pero eso no significa nada», subrayó el republicano este martes durante la sexta reunión de su gabinete. Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, que este jueves se reunió con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en el marco de la cumbre de ASEAN, explicó que la imposición de sanciones «es una opción que está disponible».

«Hemos estado en contacto con el Senado, en particular, durante la última semana, sobre cómo se vería esta propuesta y los líderes de ambas cámaras (Senado y Cámara de Representantes) han dicho que están preparados para comenzar a avanzar en ese sentido», señaló Rubio, para inmediatamente después aclarar que se trata de una «decisión que debe tomar el presidente». El senador republicano Lindsey Graham trata de impulsar en el Congreso una medida que impondría un arancel del 500 % a las importaciones de cualquier país que compre gas o petróleo ruso.

A pesar de que la frustración de Trump con Putin es ahora más evidente que nunca, este sentimiento se empezó a cocer a finales del pasado mes de marzo, cuando este último se negó a comprometerse con el alto el fuego de 30 días que había propuesto Estados Unidos y que Zelenski aceptó rápidamente. El pasado mes de mayo, y tras varias rondas de negociaciones en la ciudad turca de Estambul y el aumento de los ataques rusos contra Ucrania, Trump, en un inusual mensaje en su red Truth Social, advirtió a Putin de que estaba «jugando con fuego». Con todo, está por ver si este cambio de opinión del republicano se traduce en un apoyo real a Ucrania y en un castigo a Rusia.

*Para El Debate

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