
La decadencia del peronismo: el orgullo por el feudo de Formosa cuando no hay más que mostrar
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Formosa es uno de los clásicos ejemplos de feudos peronistas en Argentina. Hasta hace poco tiempo, ni los máximos referentes del espacio buscaban mostrarse junto a los caudillos que tienen bajo su poder a estos distritos, ya que la naturaleza política de estas provincias era absolutamente evidente.


Gildo Insfrán gobierna allí desde 1995. Es decir, fue menemista, duhaldista, kirchnerista y ahí sigue, implementando el más burdo aparato clientelar, mientras desafía a la Corte Suprema de Justicia. El máximo tribunal había dejado en claro que no eran posibles las “reelecciones indefinidas”, donde quien está utilizando todas las herramientas del aparato estatal lleva todas las de ganar, en distritos donde todos dependen del gobernador y los fondos públicos.
Ignorando a la Corte, Insfrán llamó a votar constituyentes para una reforma constitucional formoseña, en la elección donde también se elegían legisladores locales. Como siempre, se impuso cómodamente con el 67 % de los votos. Aunque las redes sociales evidenciaron el burdo clientelismo, por ahora nada puede cambiar por una simple razón: para votar la intervención hacen falta dos tercios del Congreso y el peronismo ahora mantiene a uno de los pocos soldados que les queda en pie.
El patético 67 % obtenido por el kirchnerismo también se consiguió con otra aberración que suele utilizarse en estos feudos: la denominada “ley de lemas”. Es decir, el peronismo lleva varias listas diferentes y el que más saca termina sumando todos los votos de los “sublemas”. El insfranismo llevó 21 partidos locales que le terminaron sirviendo para la abultada y cuestionable “victoria”.
Dada la problemática redistributiva que genera la Coparticipación Federal, Formosa termina recibiendo mucho más dinero del resto del país que lo que produce. Hasta hace poco tiempo, la relación entre lo que le daban y lo que generaba era casi del 400 %. Es decir, un contribuyente que tiene un emprendimiento productivo en otro rincón del país financia gastos en una provincia que todo es empleo público digitado por el mandamás. Así se mantiene en el puesto: le caen los recursos de los árboles y él amenaza a los formoseños con sacárselos si votan a otra opción política. Desde 1995 este método le ha funcionado a Insfrán
Mientras que la dirigencia peronista antes evitaba referirse a estos caudillos, ya que sus “gestiones” eran indefendibles para el discurso progresista de los centros urbanos, la situación de fragilidad política lo cambió todo. Hasta Cristina Fernández de Kirchner saludó al “compañero gobernador” luego del “excelente resultado del peronismo en la elección”.
Será necesario ver cómo queda la relación de fuerzas a partir de octubre en el Congreso o si habrá que esperar a 2027 para poder conseguir los dos tercios para avanzar en la intervención, que termine con esta pesadilla disfrazada de democracia.
Fuente: PanamPost
