
¿Qué sucederá luego de la condena y detención de Cristina Fernández de Kirchner?
MUNDO - ARGENTINA



Desde el kirchnerismo argumentan por estas horas que, como la condena de definitiva contra CFK por la causa Vialidad parece anunciada, la misma estaría arreglada y sería “política”.Para ellos es muy fácil dejar de lado toda la evidencia de corrupción durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, para refugiarse en la carta de la “proscripción”.


En cualquier momento el máximo tribunal de justicia argentino dictaminará lo que ya está cantado desde el fallo en primera instancia del Tribunal Oral Federal y Cristina Fernández de Kirchner quedará condenada, con sentencia firme, por graves hechos de corrupción. No solo tendrá que ser detenida (podrá solicitar por una prisión domiciliaria, ya que tiene más de 70 años), sino que no podrá volver a ejercer cargos públicos de por vida. Aunque nada tenga que ver con una proscripción, el fallo, que se esperaba para este año, le impediría ser candidata en septiembre por la provincia de Buenos Aires.
Con los hechos consumados, seguramente existan manifestaciones (que irán mermando en el nivel de convocatoria), “presión” internacional de los mandatarios y expresidentes populistas afines y un discurso monocorde por parte del kirchnerismo duro en contra del gobierno de Javier Milei: el del argumento que en Argentina no hay más democracia ni estado de Derecho, ya que se ha proscripto a la supuesta representante política de las “mayorías populares”.
Sin embargo, lo más probable es que todo vaya mermando, a pesar de la indignación y pataleo del kirchnerismo duro. Aunque Kirchner tenga que ser encontrada culpable en la instancia final y detenida (en un calabozo o uno de sus palacetes por los derechos que la asisten), nada tendría que alterar el cumplimiento de la orden judicial del máximo tribunal. Ni aunque las manifestaciones sean de mil personas o de un millón (que no serán).
Pero puede que, finalmente, el mismo peronismo sea el que se encargue de dar vuelta la página y termine “soltándole la mano” a quien hasta hace poco tiempo era “la jefa”. Por haber llegado a la Casa Rosada junto a su fallecido esposo con relativa juventud, CFK se mantuvo firme en la cima del peronismo, evitando que cualquier rival le quite el “trono justicialista”. ¿Esto quiere decir que todos los dirigentes del peronismo a lo largo y ancho del país estaban de acuerdo y felices con su liderazgo? De ninguna manera, pero como lo que prima aquí no es la dignidad justamente, la gran mayoría decidió no disputar su liderazgo para no poner en riesgo sus pequeños espacios de poder.
Nuevamente, aunque sea culpable —algo bastante evidente— puede que finalmente sea la justicia la que termine fomentando una renovación peronista que muchos quieren en secreto, pero que no se animan a manifestar en voz alta. Por eso, aunque el kirchnerismo duro apunte al “antiperonismo” por lo que ellos consideran que se trata un hecho de proscripción, no hay que mirar a este espacio político para analizar la suerte del futuro de CFK.
Es necesario mirar atentamente es al peronismo, al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a los intendentes y a los gobernadores, muchos de los cuales tienen una buena relación con el gobierno nacional de Javier Milei.
No sea cosa que quienes se queden protestando sean los kirchneristas de la izquierda palermitana, los “artistas” enchufados de los años de esplendor de Néstor y Cristina en el poder y los pocos bastiones que le quedan de la tercera sección electoral de la provincia, donde podría ni siquiera llegar a ser candidata. No sería esta la primera ni la última traición en el movimiento que hace gala de una “lealtad” que solamente está vigente cuando puede ser redituable.
No hay que ser un adivino, ni para saber que CFK será condenada o prever que el mismo peronismo llorará lágrimas de cocodrilo esta semana, pero la acompañará al cementerio, como se dice, quedándose afuera. De asomar nuevos liderazgos, hasta más de uno puede terminar repudiándola públicamente incluso. Argentina es tan incierta muchas veces, pero en otras oportunidades, como esta, todo parece estar más cantado que un tango de Gardel.
Fuente: PanamPost







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