¿Qué se sabe del accidente de avión en la India que ha dejado centenares de muertos?

MUNDO Hugo Marugán*
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El silencio de la rutina se rompió en la ciudad india de Ahmedabad este jueves cuando, apenas cinco minutos después del despegue, el vuelo AI171 de Air India desapareció del radar y se estrelló en plena zona residencial. En la aeronave viajaban 242 personas con destino a Londres, y a estas horas, el panorama que dibujan los medios internacionales y las autoridades indias es el de una tragedia de proporciones inmensas, cuyo alcance aún se está intentando dimensionar.

El aparato, un Boeing 787-8 Dreamliner —modelo valorado hasta ahora por su eficiencia y seguridad—, se precipitó contra una residencia universitaria del BJ Medical College, en el área de Meghaninagar, una zona densamente poblada situada a escasos kilómetros del aeropuerto. Según The Guardian, el impacto fue brutal: «el avión cayó en un edificio que alojaba a doctores en prácticas. Desde el lugar se alzaban columnas de humo visibles desde distintos puntos de la ciudad». Videos compartidos en redes sociales y recogidos por medios como la BBC y The Times muestran el momento exacto del impacto y el caos posterior, con llamas, restos metálicos y gritos de vecinos y socorristas.

El vuelo había despegado a las 13:38 hora local rumbo a Gatwick, Reino Unido. No tardó mucho en emitir un mensaje de socorro. «La tripulación lanzó una llamada de emergencia ‘Mayday’ a la torre de control», confirmó Faiz Ahmed Kidwai, director de la Dirección General de Aviación Civil, citado por la agencia Associated Press. Segundos después, el avión perdió altitud de forma repentina desde unos 190 metros. Minutos después, el desastre.

Aunque se han ofrecido cifras distintas —Air India habla de 242 personas a bordo; la Dirección de Aviación Civil, de 244—, lo cierto es que entre los pasajeros se encontraban ciudadanos de al menos cuatro países: 169 indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense. En cabina, al mando de la aeronave, estaba el capitán Sumeet Sabharwal, un veterano con más de 8.200 horas de vuelo que, según The Times of India, «era uno de los instructores más respetados de la compañía».

Las imágenes del lugar dejan poco espacio para el optimismo. De los 242 ocupantes del avión, hasta ahora solo se ha reportado la existencia de un único sobreviviente, aunque hay informaciones contradictorias. La agencia ANI citaba a la Policía para confirmar que otra persona había sido trasladada con vida al hospital. En tierra, la tragedia no fue menor: al menos cinco personas murieron en la residencia médica donde impactó la aeronave —cuatro estudiantes y un médico residente—, además de varios heridos, algunos de gravedad. En la última información, Reuters cifra en 290 personas a los muertos.

Los equipos de rescate, incluidos efectivos de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF), trabajaron durante horas entre los restos calcinados. «El Gobierno ha activado un ‘corredor verde’ para trasladar a los heridos rápidamente a los hospitales», comunicó el ministro de Aviación Civil, que se desplazó personalmente al lugar de los hechos. Por su parte, el primer ministro Narendra Modi ha sido informado constantemente del desarrollo de las operaciones.

Air India, perteneciente al grupo Tata, ha activado un centro de emergencias y una línea de ayuda para las familias de las víctimas. En un comunicado, la aerolínea aseguró que está colaborando con las autoridades locales para esclarecer lo ocurrido. Las condolencias han comenzado a llegar de todo el mundo.

El modelo Boeing 787, bajo escrutinio
Esta es la primera vez que un Boeing 787-8 Dreamliner sufre un accidente fatal desde que fue introducido en 2011. Se trata de un modelo que ha sido ampliamente elogiado por su eficiencia en consumo de combustible y bajo nivel de ruido, y del que se han entregado más de mil unidades. Pero la tragedia de Ahmedabad podría marcar un antes y un después en la historia del Dreamliner.

«No había condiciones meteorológicas adversas, el cielo estaba despejado y la visibilidad era buena», dijo a la BBC un experto en seguridad aérea. La causa del accidente aún no está clara, aunque se sabe que la mayoría de los siniestros ocurren durante las maniobras de despegue o aterrizaje.

El recuerdo de otros desastres aéreos protagonizados por Boeing no tarda en asomar. El accidente del vuelo 610 de Lion Air en 2018, o el del vuelo 302 de Ethiopian Airlines en 2019 —ambos implicando modelos 737 Max 8— todavía pesa sobre la reputación del fabricante estadounidense, que lleva años intentando recuperar la confianza del mercado. Si bien no hay indicios de una relación entre aquellos accidentes y el ocurrido en la India, la presión sobre Boeing y Air India será enorme.

  • Para El Debate

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