El Congreso de Italia convirtió en ley el decreto de Meloni que restringe el acceso a la ciudadanía italiana

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 La Cámara de Diputados de Italia convirtió en ley el decreto del gobierno de Giorgia Melonia que modifica el proceso de reconocimiento de la ciudadanía italiana, con nuevas restricciones.

Con 137 votos a favor, 83 en contra y 2 abstenciones, la Cámara de Representantes aprobó la medida que prevé, entre otras cosas, límites a la doble nacionalidad y que los descendientes de italianos nacidos en el extranjero puedan tener pasaporte italiano por ius sanguinis.

El principio legal de ius sanguinis implicaba a cinco generaciones: demostrando la existencia de un tatarabuelo- fallecido después de 1861, la fecha de unidad de Italia-, podía llegar a accederse al pasaporte italiano. Ahora, solo hasta dos generaciones de extranjeros con descendientes ciudadanos italianos podrán recibir la ciudadanía, es decir, aquellos que tengan uno de sus padres o abuelos ciudadanos italianos.

De esta manera, la disposición introduce el principio fundamental de que la ciudadanía no se transmite automáticamente a quienes nacieron en el extranjero y poseen otra ciudadanía e impide el reconocimiento de la misma ciudadanía también a quienes nacieron en el extranjero antes de que la propia medida entrara en vigor.

La ley contiene cuatro artículos y estas son algunas de las principales disposiciones:

Limitación en la transmisión automática de ciudadanía: Se requiere un vínculo efectivo con Italia para la transmisión de ciudadanía.
Adquisición de ciudadanía para menores extranjeros: Los menores de padres italianos adquieren ciudadanía si los padres o el tutor declaran su voluntad. Requiere residencia legal en Italia durante al menos dos años.
Plazos para procedimientos de ciudadanía: Plazo máximo de 24 meses para definir la adquisición de ciudadanía por cónyuge.
Recuperación de ciudadanía para exciudadanos: Los exciudadanos que nacieron o residieron en Italia por dos años pueden recuperar la ciudadanía entre el 1 de julio de 2025 y el 31 de diciembre de 2027.
“Esta reforma representa un paso adelante importante para nuestro país: actualiza una normativa ya obsoleta, reconoce concretamente el aporte de quienes viven y trabajan desde hace años en Italia, hablan nuestro idioma y se sienten parte integral de nuestra comunidad nacional", detalló un comunicado de los coordinadores de Forza Italia en el mundo.

“Además, refuerza el vínculo con las comunidades italianas en el extranjero, valorizando las raíces y la identidad de millones de personas en el mundo. Es una decisión de justicia, responsabilidad y visión, que mira no solo a la Italia de hoy, sino sobre todo a la que queremos construir para el mañana”.

El decreto había sido aprobado la semana pasada en el Senado, en una votación con 81 votos a favor y 37 en contra. El voto de la Cámara de Diputados lo convirtió en definitivo.

El texto inicial emitido por el Ejecutivo establecía un límite generacional para la transmisión de la ciudadanía por derecho de sangre, estableciendo que solo podían solicitar la ciudadanía aquellos que tuvieran a uno de sus padres o abuelos nacidos en Italia.

Sin embargo, una enmienda aprobada por la Comisión de Constitución del Senado eliminó la mención del lugar de nacimiento del antepasado, aunque impuso otro requisito considerado prohibitivo por muchos descendientes de italianos: la ciudadanía solo puede ser reconocida a quien tenga un antepasado de primer grado (padre o madre) o de segundo grado (abuelo o abuela) que tenga o tuviera al momento de la muerte, exclusivamente ciudadanía italiana.

Críticas
La medida, que despertó incluso turbulencias dentro de la coalición de Meloni, recibió críticas de los partidos opositores durante la votación de este martes.

“¿Qué significa italianidad? ¿Dónde la encontramos? ¿En las comunidades en el extranjero, en el idioma, en las tradiciones, en el italiano hablado en Brasil o en Argentina? Pero si realmente queremos una definición común de identidad, es una sola: la emigración“, expresó en el pleno del recinto Toni Ricciardi, vicepresidente del Partido Democrático, al expresar el voto en contra durante las declaraciones finales sobre el decreto.

“Corremos el riesgo de tener más italianos fuera de Italia que dentro. ¿Recién ahora se dan cuenta?“, agregó el parlamentario. ”¿Han estado alguna vez en un pueblito de los Apeninos o de los Alpes donde los inscritos en el Registro de los Italianos Residentes en el Extranjero (AIRE) superan a los residentes? ¿Saben cómo se llama eso? Despoblación. Desde 1876 hasta 1975, se fueron 27 millones de personas. Y hoy hemos superado los 35 millones. Desde 1868 hasta 1955, la Italia liberal, fascista, republicana firmó 184 acuerdos de emigración, unos cincuenta fuera de Europa. ¿Y hoy? Este gobierno prefiere romper el vínculo con nuestras comunidades en el mundo”.

“Díganselo ustedes, a sus vecinos, que sus descendientes corren el riesgo de perder la identidad italiana. No es una cuestión de seguridad. Esto es un fracaso político. El verdadero peligro para la italianidad en el mundo no son los italianos en el extranjero. Son ustedes”, apuntó Ricciardi. “Esto es un fracaso político”

“La única esperanza de muchos chicos y chicas está puesta en el referéndum sobre la ciudadanía. Aquí, [el canciller italiano, Antonio] Tajani no solo no reconoce derechos, sino que incluso los elimina para quienes los tienen por descendencia, y con efectos incluso retroactivos, sin ni siquiera una fase transitoria", apuntó por su parte María Elena Boschi, presidenta del grupo parlamentario de Italia Viva.

“La combinación del Decreto Ciudadanía y la total ausencia de una reforma de la ciudadanía para las personas que viven, trabajan, estudian, pagan impuestos en Italia y no tienen antecedentes penales demuestra que el gobierno no tiene ninguna idea del concepto de ciudadanía, especialmente a la luz del hecho de que Meloni, hace apenas unos días, la concedió al presidente argentino Milei basándose en las mismas reglas que ahora está reformando", apuntó por su parte el secretario de +Europa y presidente del Comité Promotor del Referéndum sobre la Ciudadanía, Riccardo Magi.

“Los verdaderos afectados serán las familias. Serán los hijos y nietos de italianos emigrados que, después de décadas de sacrificios, se verán repentinamente afectados con esta sentencia: ´No eres los suficientemente italiano como para merecer la ciudadanía de tu abuelo´. Y esto ocurre mientras el mundo entero observa con admiración a las comunidades italianas en el extranjero“, agregó.

Fuente: La Nacion

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