Venezuela acusa a Trinidad y Tobago de ayudar a EE.UU. en el “robo” de un buque petrolero

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Venezuela profundizó este lunes su confrontación con Estados Unidos y sus aliados en la región al acusar formalmente al gobierno de Trinidad y Tobago de haber colaborado en la incautación de un buque cargado con petróleo venezolano, interceptado la semana pasada por fuerzas estadounidenses en el Caribe. Además la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) denunció haber sido blanco de un “ataque cibernético” orientado a paralizar su operatividad, en lo que describió como una acción coordinada por “intereses extranjeros”. El presidente Nicolás Maduro propuso a la Alianza Bolivariana de los Pueblos para Nuestra América (ALBA) hacer una “resistencia unida, popular, prolongada”, en medio del despliegue militar de EE.UU. en el Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico.

A través de un comunicado difundido por la vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, el gobierno de Nicolás Maduro aseguró tener “conocimiento pleno” de la participación del Estado trinitense en lo que calificó como el “robo” de un cargamento de crudo venezolano, ocurrido el 10 de diciembre. Según el texto oficial, el operativo constituyó un “acto de piratería” y una “grave violación del derecho internacional”, así como de los principios de libre navegación y comercio.

La acusación se produjo días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara la incautación de un petrolero frente a las costas venezolanas, en una medida inédita dentro del prolongado conflicto entre ambos países, que cortaron su vínculo diplomático. Washington sostuvo que el buque había sido sancionado previamente por presuntos vínculos con el contrabando de petróleo iraní, mientras que Caracas afirmó que transportaba casi dos millones de barriles de crudo pertenecientes a Pdvsa.

“No se podrán llevar ni una gota de petróleo”
En paralelo a la escalada diplomática, Trinidad y Tobago anunció este lunes que permitirá a aeronaves militares estadounidenses utilizar sus aeropuertos en las próximas semanas para “movimientos de carácter logístico”. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones y Asuntos Exteriores de la Comunidad del Caribe (Caricom) reafirmó su compromiso de cooperación con Estados Unidos para “promover la seguridad y la estabilidad regional”. En noviembre pasado incluso se instaló un sistema de radar en el archipiélago con apoyo estadounidense.

En respuesta, el gobierno venezolano ratificó la decisión de “extinguir de manera inmediata” cualquier contrato, acuerdo o negociación para el suministro de gas natural a Trinidad y Tobago. La medida profundiza la ruptura energética entre ambos países, que se había iniciado en octubre, cuando Maduro suspendió los acuerdos bilaterales después de que aguas trinitenses recibieran un buque de guerra estadounidense para realizar ejercicios militares conjuntos.

El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, advirtió este lunes que las acciones del gobierno trinitense ponen “en peligro las buenas relaciones entre los pueblos” y también a su propia población, por las consecuencias derivadas de la interrupción del suministro energético. “No se podrán llevar ni una gota de petróleo. Aquí hay petróleo, pero tienen que pagarlo”, subrayó el funcionario.

El comunicado oficial también apuntó directamente contra la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, a quien acusó de impulsar una “agenda hostil” hacia Venezuela y de convertir el territorio de su país en una plataforma de apoyo a la estrategia estadounidense en el Caribe. Desde Caracas se volvió a denunciar que el despliegue militar norteamericano, presentado por Washington como una operación antinarcóticos, persigue en realidad el objetivo de forzar un cambio de régimen.

La denuncia de Pdvsa
En paralelo Pdvsa denunció que un ataque cibernético afectó a su sistema administrativo, aunque las áreas operativas no sufrieron interrupciones, garantizando la continuidad del suministro interno y de las exportaciones. La vicepresidenta Rodríguez había advertido previamente a los trabajadores petroleros sobre posibles intentos de sabotaje y ordenó extremar las medidas de seguridad física y cibernética en las instalaciones estratégicas. La estatal rechazó lo que calificó como una acción “deleznable”, en un contexto de escalada tras la incautación del buque petrolero.

El conflicto se desarrolla mientras Estados Unidos mantiene desde agosto un despliegue naval sin precedentes en el Caribe, acompañado de ataques contra presuntas embarcaciones vinculadas al narcotráfico, que, según cifras oficiales, dejaron más de 80 muertos. Caracas sostiene que esas operaciones encubren una ofensiva directa contra el gobierno de Maduro, cuya reelección no es reconocida por Washington ni por varios de sus aliados.

En este clima de presión externa, el conflicto ocupó un lugar central en la XXV Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), donde varios mandatarios expresaron su respaldo al gobierno de Maduro y condenaron el despliegue militar estadounidense en el Caribe. “Combinemos la resistencia unida, popular, prolongada, de los pueblos del ALBA con la ofensiva permanente de construcción de bases sólidas en una economía conjunta, común, cooperativa, de beneficio mutuo”, señaló el propio Maduro.

El mandatario venezolano indicó el domingo que ya son 25 semanas de “agresión, terrorismo psicológico, de amenaza militar” de Estados Unidos cerca de las aguas venezolanas con lo que, dijo, se ha ajustado la visión del sistema de defensa nacional, tomado de los antepasados, tanto de los indígenas como de Simón Bolívar y otros héroes de la independencia. Maduro dijo que 21 años después de la fundación de la ALBA se “pretende un nuevo proyecto colonizador, ya no solo contra la América”, sino, afirmó, “contra el mundo entero”.

Fuente: Página12

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