Netanyahu desafía a Mamdani y avisa que irá a Nueva York en cuanto sea alcalde

Al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, de 76 años, es difícil amedrentarle. Curtido en la arena política y en el barro de la guerra, Bibi, como se le conoce en su país no parece tener miedo a las amenazas del alcalde electo de Nueva York.

Zohran Mamdani antes, durante y después de la campaña, proclamó al mundo que si Netanyahu ponía un pie en su ciudad después de asumir el cargo –el 1 de enero– ordenaría su detención inmediata. La amenaza ha encontrado en el dirigente que lleva más tiempo en el poder en Israel un desafío o respuesta sorprendente: «Sí, iré a Nueva York».

En una entrevista para el foro del diario The New York Times, Netanyahu insistió en que no ha cambiado sus planes pese a las amenazas del musulmán, que llegó a proponer «globalizar la intifada» y evitó exigir a Hamás que entregará las armas.

 
El primer ministro insistió en ese foro que y tal y como tenía previsto, visitará la ciudad de las luces en los próximos meses. En Nueva York se encuentra la mayor colectividad judía fuera de Israel seguida de Buenos Aires. 

Sin temor a que el alcalde intente cumplir la orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI), Netanyahu, a preguntas de los periodistas, aseguró que no tendría ningún problema en mantener una conversación con el hombre que, por sus declaraciones, se declaró abiertamente antisemita.

El primer ministro de Israel aclaró que ese paso lo daría con una condición: siempre y cuando antes Mamdani dejara claro y sin espacio para la duda que ahora reconoce el derecho del Estado de Israel a existir. «Si cambia de opinión y dice que tenemos derecho a existir, puede ser un buen comienzo para una conversación», aseguró.

Mamdani, hábil comunicador, en campaña, matizó sus palabras y terminó diciendo que Israel tiene derecho a existir, pero no a ser un estado judío que establezca castas y clases entre ciudadanos en función de la religión. «No a una jerarquía ciudadana», afirmó.

La tranquilidad de Benjamín Netanyahu tal vez se deba a que, en rigor, Mamdani no tiene atribuciones ni para deportarlo ni para entregarlo a la Corte Penal Internacional. Esas competencias son exclusivas del Ejecutivo que preside Donald Trump y se da la circunstancia de que Estados Unidos, como China, Rusia y el propio Israel, rechazaron suscribir el tratado de adhesión de la Corte Penal Internacional.

La CPI dictó el pasado año una orden de busca, captura y detención del primer ministro israelí al acusarle de cometer crímenes de guerra por la intervención militar en la franja de Gaza y el asedio a la zona que durante un tiempo Naciones Unidos declaró que padecía hambruna por el bloqueo de Israel.

El Gobierno de Benjamín Netanyahu negó siempre esas acusaciones y justificó las acciones militares que han dejado la franja reducida a escombros, como consecuencia a los atentados del 7 de octubre de 2023, ejecutados brutalmente por Hamás en territorio lindante israelí.

El resultado fue el asesinato y tortura de un millar de judíos y el secuestro de más de 250 personas que vivían en los kibutz de la zona o participaban ese día de una fiesta Rave en una de las explanadas al otro lado de la verja de Gaza.