Nicaragüenses viven con temor por amistad de Ortega con Rusia, China e Irán

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Desde hace años, Nicaragua y Rusia mantienen una relación de mutua conveniencia. Todo comenzó en la década de los años 80, cuando la Unión Soviética respaldó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), liderado por Daniel Ortega, para derrocar al régimen de Anastasio Somoza en 1979. Aunque la relación se enfrió tras la  disolución de la URSS en 1991, se reactivó a partir de 2007, cuando Ortega volvió al poder.

El breve repaso es necesario para entender la magnitud de esta alianza en la actualidad. Hasta el momento de la redacción de esta nota, Managua y Moscú firmaron un nuevo «acuerdo de cooperación» sobre la región de Zaporiyia, originalmente ucraniana e invadida por el ejército de Putin. No es posible conocer a fondo el contenido de dicho acuerdo. Pero tampoco es necesario ahondar en detalles, ya que de por sí, los nicaragüenses admiten su temor por estas conexiones diplomáticas.

En total, 75,25 % de los encuestados por la organización Hagamos Democracia calificó como «negativas» las alianzas de la dictadura sandinista con países como Rusia, China e Irán. Dicen que esas relaciones podrían arrastrar consecuencias internacionales, como ser vistos como cómplices de tensiones geopolíticas más amplias, ser blanco de sanciones o aislamiento. En lo que respecta a Rusia, esa desconfianza se alimenta, según los entrevistados, por rumores de que Managua abre sus puertas a instalaciones de espionaje, y por el respaldo continuo del régimen a Putin en foros internacionales.

Los favores de Putin al sandinismo
Lo cierto es que sobran los favores de Putin a su principal aliado político en Centroamérica. Así, el régimen de Daniel Ortega y su «copresidente» y esposa, Rosario Murillo, se oxigena en medio de numerosas sanciones internacionales por denuncias de violación de los derechos humanos contra la población.

Lo más reciente, es la llegada de 30 especialistas rusos e indios que «capacitan a médicos y especialistas en ginecología y obstetricia, y también en pediatría-neonatal en todos los hospitales de Nicaragua», dijo Murillo. Pero la iniciativa parece estéril teniendo en cuenta que solamente en 2018 al menos 686 médicos fueron despedidos por el Minsa, principalmente por manifestarse contra la dictadura, indican cifras del portal Confidencial. Además, Nicaragua cuenta con 20 trabajadores de salud por cada 10000 habitantes, según un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El número, de acuerdo con estándares internacionales, debería ser de 44,5 trabajadores por cada 10000 habitantes.

Pero el temor de la población no se limita solo a Rusia. China e Irán también conforman ese cuadro de alerta, que retrata el informe de Hagamos Democracia. En el caso de Irán, los encuestados señalan la posibilidad de que Nicaragua se vea involucrada en conflictos por su programa nuclear o que esa cercanía atraiga la atención negativa de otras potencias.

Comerciantes temen a empresas chinas
En cuanto a China, la preocupación se apoya en percepciones más inmediatas: que empresas chinas competirían deslealmente con los pequeños negocios, que los trabajadores podrían ser explotados, o que las inversiones chinas no respetan garantías laborales ni ambientales.

Sin embargo, la alianza con China también trasciende al terreno militar. Julio César Avilés, comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, está por estos días en Pekín. Desde ahí declaró que «países dignos, libres, soberanos, como Cuba, Nicaragua y Venezuela» siguen «siendo amenazados y agredidos» porque tratan de «tener prosperidad y bienestar con dignidad y justicia social para el pueblo».

Fuente: PanamPost

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