La derecha Hispanoamérica intenta derrotar a los aliados de Sánchez en Bolivia, Chile y Honduras

MUNDO Edgardo Pinell*
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Las elecciones generales previstas en Bolivia, Chile y Honduras para el segundo semestre de 2025 abren la posibilidad de un cambio político en estos países que se encuentran bajo la orbita de la izquierda internacional.

Mientras el mundo pone sus ojos en las guerras de Ucrania y Gaza, en Hispanoamérica está en juego un ciclo electoral que impactará en la vida de al menos 42 millones de personas y en términos políticos podría representar un giro a la derecha propinando derrotas a partidos políticos integrados en la Internacional Socialista que preside Pedro Sánchez.

Bolivia y el aliado de Pedro Sánchez
El 'neosocialismo' de Bolivia, que se presenta como alternativa tras la autodestrucción del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales postuló la candidatura presidencial de Samuel Doria Medina, vicepresidente para América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista.

Paradójicamente, Doria Medina es la oferta socialista para reparar el desastre socialista provocado por Evo Morales, su guerra fratricida por el control del MAS y la pésima gestión del Gobierno del presidente Luis Arce.

Bajo las siglas de Unidad Nacional, partido que integra la Internacional Socialista, Doria Medina encabeza las encuestas de opinión con entre 19 y el 25 % de la intención del voto.

Lo sigue de cerca el expresidente boliviano Jorge Quiroga, quien abandonó la Unidad Nacional -por la falta de un mecanismo de selección democrática de un candidato único de oposición- para liderar el movimiento Libre, un partido enteramente de derecha con el que está logrando entre el 18 y 23 % de las preferencias del electorado.

En tercer lugar está Manfred Reyes Villa, exmilitar, empresario y alcalde de Cochabamba quien logra apoyos entre el 7 y el 10 % de los encuestados. Se espera que en una eventual segunda vuelva Reyes Villa decante la balanza hacia la derecha representada por Quiroga. Consciente de esta situación, Doria Medina está «esperanzado» de ganar en en primera vuelta.

Los demás candidatos, varios de izquierda incluido el del oficialista MAS que no supera el 3 % de apoyo y varios otros de derecha, están muy alejados de los principales candidatos mencionados y todo indica que la elección podría definirse en una segunda vuelta el 19 de octubre.

Chile ante el comunismo
La coalición de izquierda chilena, en la que participan el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Socialista (PS) y el Partido Radical de Chile todos miembros de la Internacional Socialista, llevan como candidata a la comunista Jeannette Jara.

Como alternativa al desastroso gobierno de Gabriel Boric, del cual Jara fue ministra, emergen como alternativa en la derecha José Antonio Kast del Partido Republicano y Evelyn Matthei candidata de la coalición Chile Vamos.

De acuerdo con la última encuesta de Plaza Pública Cadem, una de las casas encuestadoras de mayor confianza, Kast lidera con un 30 % de la intención del voto, pero Jara lo sigue de cerca con el 29 %, prácticamente un empate técnico conforme el margen de error de la encuesta.

Por su parte Matthei, exministra de Sebastián Piñera, ha caído del segundo al cuarto lugar quedando en el 11 % de las preferencias del voto, superada por el economista Franco Parisi que logró posicionarse en tercer lugar con el 12 %.

Lo cierto es que los tres candidatos de derecha o centro derecha, aglutinan más del 50 % del electorado, pero al estar divididos podrían abrir la puerta de La Moneda a los comunistas.

La derecha, sin embargo, podría tener la oportunidad de unirse de cara a una eventual segunda vuelta, en caso de que ningún candidato obtenga la mayoría absoluta de los votos válidamente emitidos es decir, más del 50 %. De ser así, el domingo 14 de diciembre tendrían que enfrentarse solo los dos candidatos más votados en la primera vuelta.

Honduras y la continuidad chavista
El país centroamericano, en manos del bolivariano Partido Libre de Xiomara Castro, debe elegir un nuevo presidente el próximo 30 de noviembre. La oferta del continuismo la encabeza la hasta hace poco ministra de Defensa Rixi Moncada.

A diferencia de Chile e incluso Bolivia, las encuestas de Honduras son menos confiables y consistentes en sus proyecciones. Algunas casas encuestadoras como Opinómetro apuntan al partido oficialista como claro ganador con el 32 % de la intención de voto, mientras Pro Encuestas proyecta como ganador al opositor Partido Nacional con 37 %. Por el contrario TecniMerk o Le Vote posicionan al Partido Liberal, el antiguo partido de la presidenta Castro y su marido Mel Zelaya, como ganador de las elecciones con un 28 y un 41 % de los votos respectivamente.

Si bien el Partido Libre de Castro y Moncada no es miembro de la Internacional Socialista, si es parte del Grupo de Puebla y del Foro de Sao Paulo donde José Luis Rodríguez Zapatero, Yolanda Díaz e Irene Montero son figuras prominentes.

La naturaleza del partido gobernante de Honduras y de su candidata quedó evidenciada recientemente cuando sólo Moncada se negó a suscribir un pacto que sí firmaron el resto de candidatos como parte de un compromiso anticorrupción que incluye crear una comisión internacional, restablecer el tratado bilateral de extradición con EE.UU., aprobar un sistema nacional de prevención de la corrupción e implementar una estrategia nacional contra este flagelo.

El texto titulado «Honduras primero: una promesa que se exige, un deber que se cumple», impulsada por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) fue suscrito por los candidatos del Partido Nacional, el conservador Nasrya Asfura; del Partido Liberal, Salvador Nasralla; del minoritario partido Democracia Cristiana, Mario Rivera, y del partido Innovación y Unidad-Social Demócrata (Pinu-SD), Nelson Ávila.

En el acuerdo, los candidatos se comprometen a «dejar sin efecto la suspensión temporal» del tratado de extradición con Estados Unidos, por considerar que este instrumento constituye «una herramienta fundamental en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado transnacional». Sin embargo, de ganar la candidata oficialista ninguno de estos compromisos se cumplirán.

*Para El Debate

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