El esfuerzo para vivir bajo techo en España, se agudiza: los hogares destinan el 24% de sus ingresos a comprar vivienda y el 38% al alquiler

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La escasez de vivienda ha disparado los precios en España en el último año. El coste de una casa en propiedad se ha incrementado un 14,9% interanual hasta colocar el precio del metro cuadrado en los 2.673 euros. También los alquileres han subido un 13,7%. Ahora el metro cuadrado se paga a 14,38 euros de media, según datos de Fotocasa.

Este encarecimiento de la vivienda ha multiplicado el esfuerzo que los ciudadanos tienen que hacer para comprar o alquilar una hasta superar el 50%. Los organismo recomiendan que el porcentaje de los ingresos que los hogares tienen que dedicar a la compra o al arrendamiento no deben superar el 30% del total, pero en muchos casos esa cifra se rebasa con creces, sobre todo en las grandes ciudades con un mercado de venta y de alquiler tensionados.

El precio del alquiler de viviendas en España creció un 4,4% en tasa trimestral y se incrementó un 9,7% en junio en tasa interanual, marcando un nuevo máximo, hasta los 14,6 euros por metro cuadrado, según datos del portal inmobiliario Idealista (Fuente: Europa Press).
 
Así, según un informe de idealista que recoge datos del segundo trimestre del año, las familias en España tienen que emplear de media el 38% de sus ingresos para alquilar una vivienda y el 24% para comprarla.

Más caro el alquiler que la hipoteca
En el caso del alquiler, su precio ha encadenado ocho meses consecutivos subiendo a doble dígito hasta situarse en máximos históricos. Este ritmo indica que las subidas “se aceleran de forma alarmante sin freno en el horizonte”, vaticina María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

Atribuye esta escalada a “la escasez crítica de oferta, debido a que el parque público es insuficiente y por la parte privada, la inseguridad jurídica desincentiva a que esas viviendas se mantengan en el mercado”. Incide en que “estamos atravesando una crisis de oferta sin precedentes que deriva en una dificultad cada vez más creciente de accesibilidad”.

En esta línea se pronuncia Francisco Iñareta, portavoz de idealista, para quien que “la situación de la vivienda en alquiler está en estado de emergencia y próxima a desbordarse en muchas localidades, empujando a comprar a las familias que tienen la más mínima posibilidad”.

Ingresos de entre el 18% y el 44%
Las dificultades para vivir de alquiler son especialmente visibles en las grandes ciudades y zonas turísticas. En nueve capitales, el esfuerzo para alquilar un piso de dos habitaciones ya sobrepasa el 30% recomendado, señala el estudio de idealista. En Barcelona, una familia media necesita destinar el 44% de sus ingresos al alquiler mensual, en Palma, el 43%; en Málaga, el 42%; en Valencia y Alicante, el 40%, y en Madrid, el 39%.

Las mismas dificultades se repiten en Segovia (34%), San Sebastián (33%) y Las Palmas de Gran Canaria (32%). En la práctica, los hogares de estas ciudades dedican mucho más de lo aconsejado al alquiler, obligándose a reducir los gastos en otros bienes esenciales o renunciando a opciones de ocio, viajes o ahorro. Estos porcentajes contrastan con los de Ciudad Real, los más bajos del país, donde los ingresos necesarios para ser inquilino rondan el 18%.

Málaga, la provincia donde más ‘sacrificio’ requiere ser inquilino
Las provincias más tensionadas también reflejan hasta qué punto el acceso a la vivienda en renta se ha convertido en un esfuerzo extraordinario. En la provincia de Málaga, alquilar puede absorber el 55% de los ingresos familiares; en Baleares, el 52%; en Barcelona, el 42%, y en Valencia el 39%.

Estos porcentajes reflejan que para muchos ciudadanos, el alquiler se ha convertido en una carga casi insostenible, marginando a quienes tienen ingresos más bajos y obligando a cada vez más personas a compartir vivienda, retrasar la emancipación o buscar alternativas muy alejadas del centro urbano y del lugar de trabajo.

A pesar de que en algunas ciudades como Barcelona, Palma o Santa Cruz de Tenerife el esfuerzo para pagar el alquiler ha caído dos puntos en el último año, el alivio es mínimo frente a subidas de hasta tres puntos en Segovia, Cuenca y Alicante. En Madrid, la presión ha seguido creciendo y el esfuerzo se ha incrementado en un punto porcentual, situando la barrera de acceso aún más lejos para los nuevos inquilinos.

El coste de hacerse propietario
La subida del alquiler está empujando a algunas familias a convertirse en propietarias de viviendas en un escenario en el que los tipos del interés que cobran los bancos por las hipotecas han bajado. No obstante, las exigencias de los bancos para concederlas no están al alcance de cualquier hogar.

Aunque en muchos casos el coste de la hipoteca es menor que el del alquiler, cinco capitales superan el 30% de esfuerzo recomendado: Palma (43%), Málaga (37%), San Sebastián (37%), Madrid (36%) y Barcelona (31%). En Alicante, la cuota hipotecaria absorbe ya el 29% de los ingresos y en Santa Cruz de Tenerife, el 26%.

Solo unas pocas ciudades, como Jaén (10%), Lleida (11%), Palencia (12%), Cuenca, Teruel y Huesca (13%), mantienen tasas de esfuerzo significativamente bajas. Sin embargo, son la excepción en un mercado cada vez más inaccesible para el ciudadano medio.

Un mercado excluyente
La realidad cotidiana para los miles de ciudadanos que buscan vivienda digna es compleja y llena de sacrificios. Que una familia dedique más del 30% de su renta a tener un techo implica renuncias constantes: se aparcan los planes de ahorro, se recortan gastos en sanidad o educación, y se viven situaciones de precariedad que afectan a la estabilidad y la salud mental.

Estas dificultades son mayores en zonas turísticas o en grandes ciudades, donde la presión de la demanda y la escasez de oferta empujan los precios sin que la renta de los hogares crezca en la misma medida. Además, el limitado parque de viviendas públicas y la lentitud de las administraciones para facilitar nuevos desarrollos están estrechando aún más el acceso a pisos de alquiler o compra. En la actualidad, para propietarios e inquilinos pagar la vivienda es una carrera de resistencia que condiciona todos los aspectos de la vida diaria.

Fuente: Infobae

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