Por qué el llamado de Morales y Arce al voto nulo o en blanco es inútil para sus intereses

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La incitación al voto nulo o blanco que promueve el expresidente boliviano Evo Morales, en protesta a la inhabilitación impuesta por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que le impide participar en las elecciones generales del próximo 17 de agosto, es torpe e inútil. Ninguna de estas opciones incide en el resultado a favor de la derecha como también vocifera el actual jefe de Estado, Luis Arce. Ambos mienten.

Morales lo hace desde una casa de campaña en el barrio Alto San Pedro, ubicado en la región de Santa Cruz. El inmueble es hoy la sede de la cual potencia la manifestación en las papeletas que suma otro capítulo a las pataletas de ahogado del mandatario, porque su llamado solo servirá para agitar el clima político en víspera de la jornada, cuando la ley es clara: los votos nulos y blancos se contabilizan únicamente en la estadística de votos emitidos, para conocer el margen de asistencia.

Confundir al respecto es perder el tiempo, cuando la normativa establece que el porcentaje que obtiene un candidato a presidente, a diputado uninominal, alcalde o gobernador, lo determina los votos válidos. Ello significa que los votos nulos o blancos quedan a un lado del total de votos que finalmente se toma en cuenta para elegir a las autoridades.

Un sistema sin fallas
Bolivia procesa los votos a través del sistema D’Hondt, un método que distribuye los escaños de manera proporcional, tomando en cuenta sólo los votos válidos. Este sistema fue ideado en el año 1878 por el jurista y profesor belga, Victor D’Hondt. Entre los países que lo utilizan figuran Albania, Argentina, Austria, Bélgica, Bolivia, Brasil, Bulgaria, Chile, Colombia, Croacia, República Dominicana, Ecuador, Escocia, España, Estonia, Israel, Japón, Paraguay, Perú,​ Polonia, Portugal, Uruguay y Venezuela.

Sobre este sistema el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) de Bolivia aclaró que ni los votos nulos ni los votos en blanco favorecen a candidatos de sectores políticos en específico —como afirma Arce— sino solo aumenta el porcentaje final que acumulan los candidatos.

Esa matemática está hecha conforme a la ley. Según el artículo 161 de la Ley 026 de Régimen Electoral un elector en la nación cocalera puede emitir tres tipos de votos: el válido, que se realiza por una candidatura y plasma en la franja de la papeleta con un signo o señal visible e inequívoca en la casilla correspondiente; el blanco, que implica dejar sin marcas las opciones establecidas en la papeleta de sufragio y, finalmente, el nulo que se declara ante la presencia de marcas, signos o expresiones realizadas fuera de la casilla correspondiente, la rotura de la papeleta o alteraciones en su impresión e incluso cuando se eligen dos o más votos, para el mismo nivel de representación. Por ejemplo, si se vota por presidente para el Partido Blanco y a la vez también se vota por el Partido Verde.

Cuentas claras 
Si el día de los comicios, asisten 1000 electores a una urna en una mesa y todos entran y emiten su voto, al cierre de la jornada, empieza el recuento y se concluye que fueron:

450 votos para el Partido Rojo
340 Votos para el Partido Morado
120 Votos para el Partido Amarillo
45 Votos blancos
45 Votos nulos

Si bien las cifras llevarían a pensar a Morales que el Partido Rojo (450 votos) obtuvo el 45% de apoyo, el Partido Morado (340 votos) obtuvo el 34%, el Partido Amarillo (120 votos) el 12 %, los votos blancos (45 votos) serían el 4,5% y así sucesivamente… porque se toma el total de votos emitidos como el cálculo del 100 %, esa no es la forma de contabilización porque los votos blancos y nulos no permiten escoger autoridades, por tanto, se desestiman.

Entonces, al restar los 45 votos blancos y los 45 votos nulos del ejemplo, se alcanza un total de 910 votos válidos que equivalen 100% de resultado de votos contables para elegir autoridades. Si se calcula sobre esta cifra, el Partido Rojo (450 votos) obtiene entonces 49.45%, y ya no 45%; el Partido Morado (340 votos) obtiene 37.3 %, es decir 3,3% adicional y el Partido Amarillo (120 votos) 13,1 %, que es 1% más. Que alguien le informe al exmandatario, por favor.

¿Cómo se cuentan los votos?
El protocolo de conteo de votos en Bolivia es riguroso. Después del cierre de la mesa de sufragio, los jurados de mesa inician el conteo con el desdoblamiento de las papeletas una a una, mientras se lee en voz alta el nombre de la organización política o alianza a la que corresponde el voto.

“Si el voto fue nulo o blanco, del mismo modo, se indica esto a los presentes y se procede a anotarlo en la pizarra”, precisa un reporte de Bolivia Verifica.

“Por lo general el voto blanco está asociado a un descontento con las opciones en la papeleta mientras que el voto nulo, suele ser interpretado como un descontento con el sistema político y electoral en general”, señala el politólogo Julio Ascarrunz. La diferencia podría estar en la carga simbólica de qué significa para el elector uno u otro voto. Nada más.

La consigna “sin Evo no hay elecciones” tampoco tiene sentido alguno cuando una mayoría de votos nulos o blancos es incapaz de anular una elección. De hecho, en caso de registrarse un porcentaje elevado de votos nulos o blancos, aumentará el porcentaje de los votos válidos, lo que acerca más a los candidatos a ganar en primera vuelta y definir la distribución en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

De ello hay antecedentes. En dos citas de las elecciones judiciales en Bolivia se vio el escenarios con altos porcentajes de votos nulos con márgenes de hasta 55 %, pero los magistrados se juramentaron.

Fuente: PanamPost

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