


Reino Unido: progresistas liderados por Corbyn forman una nueva agrupación
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Desde Londres


La gigantesca mayoría parlamentaria de Keir Starmer se achica cada semana en medio de la crisis interna del gobierno y el partido laborista. Al ascenso por extrema derecha del Reform UK, que lidera las encuestas, se le añadió este jueves el anuncio formal de una nueva agrupación de izquierda. Co-liderada por el predecesor de Starmer como líder partidario, Jeremy Corbyn, y la diputada Zarah Sultana, lideresa de la corriente de legisladores que abandonaron el laborismo en su primer año de gobierno, la nueva formación se presentó en sociedad con una dura condena a la política social, económica y pro-isralí del laborismo.
El partido, que todavía no tiene nombre, publicó en X un comunicado conjunto de sus dos principales dirigentes. “El sistema está sesgado en favor de las grandes corporaciones. Tenemos cuatro millones y medio de niños que viven en pobreza en el sexto país más rico del mundo. Es un sistema sesgado cuando el gobierno dice que no hay dinero para los pobres, pero sí miles de millones para la guerra”, dijeron Corbyn-Sultana.
A pesar de no tener nombre y de haber sido formalizado a las apuradas, la nueva fuerza ya cuenta con entre un 10 y un 18% de intención de voto. Entre la declaración de Sultana el 3 de julio que dejaba el laborismo y el anuncio del nuevo partido este jueves, los sondeos descubrieron una amplia franja de la población tan decepcionada con la mediocre performance del laborismo que estaba dispuesta a apoyar una nueva alternativa.
En el comunicado conjunto Corbyn-Sultana dejaron en claro qué significaba esta alternativa. “Necesitamos una masiva redistribución de la riqueza y del poder, más impuestos para los ricos, la nacionalización de la energía y el agua, los ferrocarriles y el servicio postal. Nuestra crisis no se debe a los inmigrantes o refugiados sino a los enormes beneficios de las grandes corporaciones y los billonarios”.
Posibles aliados
El descontento por izquierda con Starmer provocó una formación de grupos de base, organizaciones sociales y sindicales, todos laboristas, que buscan un nuevo horizonte político. En el desindustrializado noreste de Inglaterra, tierra fértil para la prédica de ultraderecha de Nigel Farage, se formó una coalición progresista denominada Majority que en las últimas elecciones locales salió segundo con un 28% del voto. Una red de grupos vinculados con Corbyn, “Collective”, se comprometió a “ser el motor que llevará a la formación de un partido de masas en el Reino Unido”, algo que consiguieron cuando Corbyn lideró el partido (2015-2020). Unos 200 concejales abandonaron las filas de Starmer desde que asumió el poder el pasado 4 de julio.
Entre los sindicatos, uno de los principales financistas del laborismo, Unite, señaló que estaba reconsiderando su decisión de seguir aportando fondos al partido. Además suspendió la membresía de la vice-primera ministra del gobierno, Angela Rayner, que forma parte del ala de la izquierda moderada partidaria.
A esto se suma la posibilidad de una alianza con el Partido verde, que tiene cuatro diputados. Uno de sus líderes, el judío antizionista, Zack Polanski, que encabeza una agenda “ecopopulista”, dijo que estaba dispuesto a trabajar con cualquier partido que quiera combatir a Reform UK y al laborismo de Starmer.
Según Rob Ford, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Manchester el nuevo partido forma parte de un cambio vertiginoso del paisaje político. “Más de la mitad del electorado está diciendo que quiere votar a cualquiera que no sea laborista o conservador. Esto es inédito. En el caso de la izquierda, que parecía muerta después de la derrota de Corbyn en las elecciones de 2019, reapareció más fuerte que nunca con esta virtual alianza entre el nuevo partido, los verdes y los independientes”, señaló Ford.
A cuatro años de las elecciones, el cálculo es que podrían ganar unas 60 bancas parlamentarias, seis veces más de lo que tienen hoy. El mismo Nigel Farage predijo hace tiempo que se formaría una fuerza de izquierda capaz de hacerse con unas 30 bancas, algo que, según él, "favorecería enormemente las posibilidades de que nosotros seamos gobierno”.
Los enigmas
El surgimiento de un nuevo partido en momentos de desorientación del electorado suele tener inicialmente este sorpresivo nivel de apoyo. Pero por el momento es un proyecto a medio hacer. La agrupación no tiene nombre, no ha definido un programa aunque lo ha insinuado, no tiene una mecánica de funcionamiento y ya se ven algunos indicios de disenso interno.
La alianza de izquierda con otras fuerzas tampoco tiene una historia positiva tanto en el Reino Unido como en otros países europeos. A principios de los 80 diputados laboristas disconformes con la fuerte impronta de izquierda que había adoptado el partido, formaron el Partido Social Demócrata y se unieron a los liberales: duraron menos de una década. Otro rebelde laborista, George Galloway, formó Respect, apuntando al voto musulmán y a la izquierda extraparlamentaria: ganó su escaño, puso varios concejales municipales y se disolvió en 2016 a pocos años de formarse.
En otras latitudes europeas la experiencia ha sido más o menos similar. Die Linke en Alemania igual que los movimientos de izquierda en Portugal e Italia se han fragmentado. "Podemos" es una sombra de lo que fue y pudo ser en España. En Francia la alianza Nupes de Jean-Luc Mélenchon hizo importantes avances, pero parece una agrupación atada con alambres.
Unos posibles candidatos a unirse a esta fuerza son la izquierda moderada que permanece en el laborismo. Este mes más de 100 diputados laboristas formaron un grupo interno con un nombre revelador: el Living Standard group (grupo por mejores condiciones de vida). Sin los planes más radicales de nacionalización y redistribución de Corbyn-Sultana, apoyando al gobierno y elogiando algunas de sus políticas, el grupo advirtió que las elecciones se decidirían por los avances concretos en el nivel de vida de la gente. “Hoy somos uno de los países con tarifas de energía, costo de vivienda y de cuidado infantil más caros de Europa”, advirtieron en su lanzamiento
Una cosa está clara. Este país, dominado por el bipartidismo, en los últimos tres siglos (primero los liberales, luego los laboristas, en ambos casos versus conservadores) está hoy más fragmentado que nunca en el marco de una fluidez de las lealtades partidarias como jamás se había visto. El gobierno sigue conservando una mayoría parlamentaria absoluta y ha realizado algunas reformas moderadamente redistributivas, pero le falta un horizonte, un discurso que entusiasme a los británicos y difícilmente lo consiga con el moderado líder que recuerda más a un prudente “manager” que a un fogoso dirigente.
Por el momento el único que tiene ese discurso, simple, pero efectivo, es Nigel Farage que centra los males del país en la inmigración y en el hecho, convertido hoy en virtud, de ser diferente, ni conservador, ni laborista. El peligro está a la vista de todos.
Fuente: Página12


