Villarruel atacó a su gobierno con el caso del gendarme secuestrado y Bullrich la fulminó

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El escándalo del gendarme argentino detenido en Venezuela sigue dando de qué hablar. Insólitamente, apareció una voz discordante en el marco del gobierno argentino. Mientras que el presidente, Javier Milei, y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intimaron a la dictadura de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello a que libere al detenido, la vicepresidente, Victoria Villarruel, presentó una posición “alternativa” al asunto.

En lugar de sumarse al resto del oficialismo en el reclamo, en el marco de una discusión en las redes sociales (donde últimamente está muy activa discutiendo con usuarios que cuestionan su accionar político), Villarruel responsabilizó a las autoridades de Seguridad y a Gendarmería. Dejando atónito a propios y extraños, la vicepresidente dijo que el problema radicó en haber “autorizado” a Nahuel Gallo a ir a Venezuela. Con su usual pose de centralidad, aclaró que si hubiese dependido de ella “jamás lo habría autorizado”.

Como era de esperar, el comentario generó un gran revuelo y los medios nacionales se hicieron eco de la situación, titulando que la vicepresidente cuestionó a la ministra de Seguridad, quien no tardó en salir a contestarle. La tormenta de indignación fue tal que Villarruel optó por borrar el mensaje que había posteado en X. Lejos de aplacar la situación, los usuarios comenzaron a achacarle, no solo el comentario, sino la actitud de eliminarlo. Claro que, para ese entonces, las capturas de pantalla daban vueltas por todos lados.

Los comentarios críticos de los partidarios del gobierno, que paradójicamente la tiene de vicepresidente, fueron lapidarios. Muchos eligieron los insultos, otros la rotularon de “traidora” y también la acusaron de estar más de acuerdo con los argumentos de Maduro y Cabello que con los de la gestión a la que pertenece. “Madurruel”, le llegaron a decir, juntando su apellido con el del dictador venezolano.

Sin embargo, quien recogió el guante y apuntó con mayor fuerza fue la misma ministra Bullrich, que le imputó haber escrito un mensaje “vergonzoso”. Además, le chicaneó que haya borrado el comentario “cuando la repercusión no fue la esperada”. Sin medias tintas, la titular de la cartera de Seguridad le dijo: “Los argentinos ya no toleran cobardía ni oportunismo político”. A buen entendedor pocas palabras.

En definitiva, otro paso más en falso de una vicepresidente, quien no ha cumplido con las mínimas expectativas ni ha podido acompañar a la gestión como corresponde.

Fuente: PanamPost

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