Luego de casi tres años de guerra, Vladimir Putin, presidente de Rusia, admitió disimuladamente que necesita apoyo para continuar su invasión contra Ucrania. Para ello, consiguió en el régimen de Kim Jong-un, en Corea del Norte, el aliado para proveerle de tropas que le permitieran avanzar sobre el terreno. Por ende, lo que había comenzado como versiones que venían desde Kiev, Corea del Sur y EE. UU. terminó siendo confirmado por ambos autoritarismos: soldados norcoreanos estaban listos para sumarse a filas rusas.
El trato se hizo efectivo pero los resultados parecen no ser positivos para Putin. Por el contrario, las tropas norcoreanas han sufrido más de 200 bajas en la región rusa de Kursk (cercana a la frontera con Ucrania), según el jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo para la Defensa y la Seguridad Nacional de Ucrania, Andrí Kovalenko. La cifra del balance, que incluye muertos y heridos, fue obtenida por imágenes del campo de batalla y de hospitales.
El Kremlin rechaza dar cifras sobre estas bajas porque eso demostraría que la estrategia no es tan útil como esperaba. Además, revelaría la falta de experiencia de los soldados norcoreanos, sumado a la barrera del idioma y la falta de conocimiento sobre arsenal ruso. Si todavía quedaban dudas de la presencia de pelotones del ejército del Corea del Norte en este conflicto, basta ver imágenes tomadas por drones que identifican su presencia.
Soldados adoctrinados y poco preparados
Se cree que unos 11000 soldados norcoreanos están desplegados en Kursk, donde Ucrania logró avanzar con su ejército. De acuerdo con un reporte de Washington Times, se trata “del mayor despliegue de fuerzas en el extranjero del régimen del líder norcoreano Kim Jong Un desde la Guerra de Corea de principios de los años 1950″.
Sin embargo, hasta ahora las cosas no han ido del todo bien si se tiene en cuenta que la inteligencia británica maneja una versión similar sobre los soldados norcoreanos. En detalle, explican que han sufrido importantes bajas y que han logrado poco en el campo de batalla. “Las dos fuerzas no comparten un idioma común, y las tropas [norcoreanas] casi con certeza tienen dificultades para integrarse en la estructura de mando y control de Rusia”, aseveran.
El hermetismo del régimen de Putin hace casi imposible confirmar ese argumento, pero un informe de la BBC detalla que el ejército de Pyongyang está “completamente adoctrinado pero con poca preparación”, según Mark Cancian, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Entonces, se recurre a compensar falencias por otras actitudes. Por ejemplo, muchas de las tropas desplegadas en Rusia fueron “extraídas del 11º Cuerpo, también conocido como Cuerpo de Tormenta, la unidad está entrenada en infiltración, sabotaje de infraestructuras y asesinatos”, añade el informe.
Es decir, los soldados están preparados para soportar “un alto grado de dolor físico y tortura psicológica”, útil para compensar su falta de experiencia en combate. Sin embargo, cabe preguntarse si los entrenamientos adicionales que les da Rusia son suficientes para reportarle avances a Putin en la guerra.
Kim Jong-un se embolsilla 2000 dólares por soldado
Lo que sí es cierto es que para Kim Jong-un enviar soldados a Rusia le sirve para llenar sus arcas. Por cada uno recibe alrededor de 2000 dólares por mes, estima la inteligencia surcoreana. El dictador también accede a tecnología bélica rusa y se asegura un aliado que ignora sanciones occidentales.
Putin, en cambio, obtiene tropas ante las 610.000 bajas de soldados rusos desde el 24 de febrero de 2022, reportadas hasta el pasado 17 de septiembre, por el Ministerio de Defensa británico. Por su parte, Ucrania contabiliza unas 480.000 entre muertos y heridos. Aunque las cifras son un estimativo, dejan ver que lo mermadas que están las capacidades de ambos bandos en una guerra que se ha extendido más de lo que se creía.
Fuente: PanamPost