

Los países nórdicos y bálticos exigieron un alto el fuego y garantías de seguridad para Ucrania: “No se puede confiar en Putin”
MUNDO



La posibilidad de que se abra una nueva etapa en el diálogo diplomático entre Ucrania y Rusia ha generado máxima expectativa en Europa. Los líderes de los países bálticos y nórdicos, reunidos en una iniciativa que no tiene precedentes recientes, han emitido un comunicado conjunto dirigido a la comunidad internacional.


Este documento, firmado por los jefes de Estado y de Gobierno de Dinamarca, Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia, Letonia, Lituania y Estonia, define los límites esenciales y los requisitos mínimos para cualquier potencial conversación de paz entre Kiev y Moscú.
La declaración subraya la urgencia de un alto el fuego efectivo y exige garantías de seguridad tangibles para Ucrania. Este posicionamiento se produce después de la cumbre en Alaska entre el presidente estadounidense Donald Trump y el mandatario ruso Vladímir Putin, lo que confiere al comunicado una dimensión de respuesta inmediata al entorno internacional actual.
Los firmantes afirman que las experiencias previas han demostrado la imposibilidad de confiar en Vladímir Putin como interlocutor. La declaración determina que la responsabilidad de detener el conflicto recae en Moscú:
“La experiencia demuestra que no se puede confiar en (Vladímir) Putin. En última instancia es responsabilidad de Rusia poner fin a sus flagrantes violaciones del derecho internacional”, señala el texto. Los líderes nórdicos y bálticos sostienen que el origen de la guerra reside en la agresión rusa y en las “ambiciones imperialistas” claramente manifestadas por el Kremlin desde el comienzo de la invasión.
Lejos de circunscribirse a una postura diplomática genérica, el contenido apunta a aspectos detallados de la seguridad colectiva y la estructura geopolítica en Europa.
Exige “compromisos firmes y concretos” tanto de los aliados europeos como de los socios transatlánticos para proteger a Ucrania ante posibles agresiones futuras. El énfasis en la “durabilidad” de una eventual paz revela la inquietud europea ante la posibilidad de soluciones temporales o inestables que podrían derivar en amenazas posteriores.
Asimismo, los jefes de Estado y de Gobierno remarcan que no debe haber condicionamientos sobre la soberanía de Ucrania, ni en defensa ni en relación con su integración en bloques internacionales. Una de las frases centrales incluye: “Rusia no tiene derecho de veto sobre el camino de Ucrania hacia la UE y la OTAN”, dejando claro el rechazo a cualquier propuesta que limite la autonomía ucraniana en materia de alianzas.
El comunicado contiene exigencias concretas al Gobierno ruso sobre el cumplimiento de obligaciones humanitarias. Se demanda la inmediata devolución de los menores ucranianos deportados desde territorios ocupados después de la invasión, así como la liberación de prisioneros de guerra y civiles cautivos.
Además, el documento ratifica el compromiso de los países firmantes de continuar la asistencia militar y logística a Ucrania. Los líderes anuncian el aumento de las capacidades defensivas europeas y la intensificación de sanciones y medidas restrictivas contra la economía rusa, mientras persistan las hostilidades y el ejército ruso continúe en territorio ucraniano.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, agradeció públicamente en X el respaldo de los gobiernos del norte y este de Europa al esfuerzo de su país por mantener su soberanía. Además, señaló que todas las propuestas incluidas en el reciente pronunciamiento conjunto resultan fundamentales para cimentar una salida estable y genuina al conflicto.
El mandatario ucraniano remarcó la dificultad añadida que supone la continua negativa de Rusia a aceptar el alto el fuego y detener los ataques. Añadió que, si el Kremlin no muestra disposición siquiera a frenar los bombardeos, convencerlo de avanzar hacia una convivencia pacífica será aún más complejo.
“Vemos que Rusia rechaza numerosos llamados a un alto el fuego y aún no ha decidido cuándo cesará las matanzas. Esto complica la situación. Si carecen de la voluntad de ejecutar una simple orden de detener los ataques, podría ser necesario un gran esfuerzo para que Rusia tenga la voluntad de implementar una coexistencia pacífica mucho mayor con sus vecinos durante décadas”, apuntó. Y agregó: “Detener las matanzas es un elemento clave para detener la guerra”.
Para concluir, el presidente subrayó que el apoyo de los socios nórdicos y bálticos trasciende el simple estímulo coyuntural y se interpreta como una muestra de unidad que refuerza la capacidad colectiva de respuesta frente a la agresión.
Fuente: Infobae




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