



La nueva farsa electoral convocada por el régimen de Nicolás Maduro para el 25 de mayo, luego del fraude en las presidenciales del pasado 28 de julio, ha servido para dejar una vez más al descubierto a algunos personajes que, vendiéndose como supuestos dirigentes de oposición, viven de un perverso juego político con el chavismo que nunca termina, pese a las reiteradas maniobras que demuestran que quienes hoy ostentan el poder no están dispuestos a entregarlo, ni por las buenas ni por las malas, y el exgobernador de Miranda y excandidato presidencial Henrique Capriles es uno de los que aparecen a la cabeza de esta lista. Pero como reza el refrán popular: “Mal paga el diablo a quien le sirve”. Por ello, el ministro de Interior de la dictadura, Diosdado Cabello, no dudo en exponer públicamente las presuntas negociaciones que habrían ocurrido por debajo de la mesa para permitirle ser candidato a diputado.


“Él pidió: ‘yo quiero participar, pero por favor quítenme la inhabilitación'”, soltó Cabello en una entrevista para luego agregar que “dejó por fuera a todo el mundo y se inscribió él”. El segundo hombre del chavismo se burló de Capriles por mostrarse “sorprendido” con el levantamiento de su inhabilitación, cuando –según el alto funcionario del régimen– fue él quien planteó esa condición para participar en los comicios regionales y parlamentarios que se celebrarán dentro de un mes sin que el Consejo Nacional Electoral (CNE) haya publicado aún los resultados de las presidenciales. “No seas inmoral. Tú no estas sorprendido. No le habla claro a su propia gente, no engañes a tu gente”, añadió Diosdado Cabello, quien no desaprovechó la oportunidad para llamarlo “mentiroso”.
Capriles, el candidato útil del chavismo
Henrique Capriles fue expulsado de su partido, Primero Justicia, por haberse postulado como candidato a diputado a la Asamblea Nacional por voto lista, rompiendo con la línea de la coalición opositora liderada por María Corina Machado de no participar en otro proceso electoral hasta que se respeten los resultados del 28 de julio, que según las únicas actas publicadas hasta la fecha favorecen a Edmundo González por casi 40 puntos de ventaja sobre a Nicolás Maduro, quien se juramentó de manera ilegítima el 10 de enero sin totalización de votos, sin actas y sin auditorías.
Luego de competir en dos oportunidades por la Presidencia –en 2012 frente a Hugo Chávez y en 2013 frente a Nicolás Maduro–, Capriles fue inhabilitado por 15 años. Justamente invocando esta inhabilitación –la cual vencía en 2032–, desistió de participar en las primarias opositoras de 2022 que ganó por más de 92 % de los votos María Corina Machado, quien luego de su triunfo apareció también ilegalmente inhabilitada. Sin embargo, sobre ella se mantiene la inconstitucional inhabilitación mientras que Capriles fue habilitado este año para que pueda hacer comparsa a la farsa electoral del chavismo. “Quien puede dar respuesta de las razones por las cuales se me habilita, es quien da la orden de habilitarme. Para mí fue bastante sorpresivo”, respondió este jueves el exgobernador en una rueda de prensa virtual.
La misma medicina que probó Petro
Pero como Diosdado Cabello no se guarda nada, no tardó en poner al descubierto la presunta negociación que favoreció al exgobernador y no a otros opositores inhabilitados. Y esto tampoco debería sorprender a Capriles, pues el alto dirigente del chavismo acostumbra a ventilar acuerdos internos, incluso con aliados, cuando de buscar audiencia para su programa de televisión se trata. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ya ha pasado por lo mismo. Luego de haber sido derrotado por Iván Duque en las presidenciales de 2018, Cabello dejó en evidencia al hoy mandatario colombiano, revelando que había ido a Caracas “a buscar dinero para su campaña”. Si bien Cabello no es la fuente de mayor credibilidad, tampoco Petro ni Capriles gozan de mucho respeto y no han podido desmentir al segundo hombre del chavismo, que recuerda una vez más que “mal paga el diablo a quien le sirve”.
Fuente: PanamPost




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