JD Vance visita el Vaticano en busca de una foto con el Papa

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La celebración católica de la semana santa se transforma en tiempo propicio para la visita que este fin de semana realizará James David Vance, vicepresidente de Estados Unidos, al Vaticano con la clara intención -aunque no sea explícita- de mejorar las deterioradas relaciones entre el gobierno de Donald Trump y el papa Francisco. Si bien no está prevista una entrevista entre Vance y Jorge Bergoglio, el vice norteamericano tendrá un encuentro formal con el cardenal italiano Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano y segundo dentro de la estructura institucional de la Iglesia Católica. Este viernes fue recibido por la primera ministra italiana Giorgia Meloni, en plena guerra comercial entre Washington y la Unión Europea.

Vance, convertido al catolicismo hace seis años, se autodenomina un "católico bebé", y ha utilizado argumentos de la teología católica para defender la decisión de Trump de expulsar de Estados Unidos a inmigrantes ilegales y cancelar la ayuda económica que la Conferencia Episcopal de ese país recibía a través de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) para colaborar en la normalización de la situación de las personas que habían ingresado a territorio estadounidense de manera irregular.

La decisión de Trump destinada a expulsar a los inmigrantes ilegales y devolverlos a sus países de origen generó una fuerte controversia con los obispos católicos de Estados Unidos, pero también una reacción directa del papa Francisco. 

Una cuestión de "sentido común básico"
 
Vance salió en defensa de Trump intentando basar su argumentación en el principio católico del ordo amoris ("orden del amor" u "orden de la caridad") un concepto teológico de san Agustín. Según la interpretación de Vance todas las personas y todas las cosas deben ser amadas en su justa medida. Para el vicepresidente el concepto es de "sentido común básico". Por eso, señala, los deberes morales hacia los propios hijos pesan más que los que se tienen con "un extraño que vive a miles de kilómetros de distancia" entendiendo que quienes emigran ilegalmente perjudican la vida y el bienestar de las y los ciudadanos estadounidenses.

El pasado 11 de febrero, en una carta dirigida a los obispos de Estados Unidos, el papa Francisco sostuvo que "el acto de deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión".

Y en la misma nota Bergoglio también se refirió al ordo amoris utilizado por Vance como argumento. Sin mencionar en forma explicita al vicepresidente de Estados Unidos el papa escribió que "el verdadero ordo amoris que es preciso promover, es el que descubrimos meditando constantemente en la parábola del 'buen samaritano' (cf. Lc 10,25-37), es decir, meditando en el amor que construye una fraternidad abierta a todos, sin excepción", dejando así planteada la discrepancia.

"Preocuparse por la identidad personal, comunitaria o nacional, al margen de estas consideraciones -subrayó Francisco-, fácilmente introduce un criterio ideológico que distorsiona la vida social e impone la voluntad del más fuerte como criterio de verdad".

Vance ha participado activamente en las últimas semanas en encuentros de oración por la salud de Francisco organizados por comunidades católicas de Estados Unidos. El pasado 28 de febrero, en el "Desayuno nacional de oración católica" el vicepresidente se manifestó "sorprendido" por la reacción del papa, advirtiendo también que no es "constructivo" que los cristianos discutan públicamente entre sí.

Ahora, en su visita a Roma, Vance tendrá la oportunidad de exponer en privado y diplomáticamente sus discrepancias ante del cardenal Parolin, pero aspira por lo menos a una foto pública junto a Francisco mediante su participación en algunas de las ceremonias religiosas de la semana santa en las que, no obstante, no está confirmada la presencia de Francisco quien se encuentra atravesando un proceso de recuperación de la salud.

Dos miradas y personalidades opuestas
La información de la embajada norteamericana ante el Vaticano no dio precisiones respecto de el o los actos litúrgicos a los que asistirá Vance en Roma, donde también se encontrará con la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Ken Hackett, embajador de Estados Unidos ante el Vaticano entre 2013 y 2017, dijo que le cuesta "encontrar áreas de complementariedad entre las políticas y prácticas de la administración Trump y las del pontificado de Francisco".

Por su parte Stephen Schneck, exdirector del Instituto de Investigación de Políticas y Estudios Católicos de la Universidad Católica de América, opinó que "mientras el papa Francisco ha implorado al mundo misericordia, cuidado y acogida para estos 'últimos' entre nosotros, el presidente Trump se muestra orgulloso de deportarlos y despedirlos cruelmente" y agregó que no recuerda "cuándo las tensiones entre Estados Unidos y el Vaticano han sido más tensas".

Emilse Cuda, teóloga argentina que se desempeña en el Vaticano como secretaria de la Comisión Pontificia para América latina, le dijo a NCR (National Catholic Reporter) de Estados Unidos que "el papa de ninguna manera interfiere en los asuntos políticos internos de los países" y que "él solo habla en apoyo de los que sufren y siempre dentro de los límites de la Iglesia Católica".

Fuente: Página12

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