Hace un año, con la salida del Frente de Todos kirchnerista y el arribo de Javier Milei a la Presidencia, la inflación en Argentina, solamente en el mes de diciembre, indicaba un preocupante 25,5 % mensual. Sin embargo, detrás de eso había algo mucho más peligroso, que ese dato escandaloso de por sí. Esa cifra descomunal, no solo contaba con todos los precios “congelados” y tarifas reguladas, sino que se estaba dejando un desorden monetario que podía causar una hiperinflación en cualquier momento.
Esa herencia fue producto de la desidia total de una gestión que le dio vuelta la espalda a 4 mil años de historia. Impunemente, Alberto Fernández le echaba la culpa a la inflación de “los diablos“, mientras se dedicaba a multiplicar la base monetaria y a controlar los precios de los supermercados con los sindicalistas. El mantra del kirchnerismo era que la inflación no era un fenómeno exclusivamente monetario, sino “multicausal”.
Finalmente, como era de esperar, la ortodoxia funcionó. Recortando el gasto público y dejando de recurrir a la impresora de billetes, la gestión de Milei en un año consiguió mejoras más que considerables ante el tema inflacionario, que ya desapareció de los principales problemas que afectan a los argentinos.
Con el 2,7 de diciembre que acaba de informar el INDEC, el mandatario nacional cierra un año con un acumulado de 117,8 %. Es decir, casi la mitad del 211,4% de 2023, con un arsenal atómico a punto de estallar incluido.
Más allá del 25 % versus el 2 %, y del 211 % contra el 117 %, lo importante pasa por otro lado (además del alivio de los bolsillos de los argentinos). Se han quitado todas las distorsiones en la economía, se van reduciendo dramáticamente los subsidios y se ha dejado de imprimir billetes para financiar un déficit fiscal que ya no existe.
Tal cual como había anticipado el presidente, la consolidación del programa económico permitió que el día de hoy se anuncie la reducción del crawling peg (devaluación programada del dólar oficial) al 1 %. Desde diciembre de 2023 la tasa se encontraba en 2 %. Además de ser otro paso rumbo a la salida del control de cambios, el gobierno espera que esto genere una contribución a la consolidación de la desaparición definitiva de la inflación.
“En un contexto de recuperación de la actividad económica y aumento estacional de precios, tanto la inflación de los últimos meses como las observaciones de alta frecuencia confirman una inflación observada a la baja y por debajo de las expectativas relevadas en el mercado. El ajuste para el tipo de cambio continúa cumpliendo el rol de un ancla complementaria en las expectativas de inflación”, señalaron desde el Banco Central.
Luego del anuncio oficial, el ministerio de Economía celebró la novedad y aseguró que “el dato refleja el éxito del plan de estabilización, basado en el ancla fiscal, el ancla monetaria y el ancla cambiaria, que se consolida mes a mes desde el inicio de gestión”.
Como era de esperar, las redes sociales recordaron a los economistas que equivocaron sus estimaciones. En esta oportunidad, muchos de los dardos fueron para Diego Giacomini, que había anticipado que, durante 2024, la inflación en Argentina sería mayor a la de 2023. Se equivocó por bastante el crítico del gobierno libertario.
Fuente: PanamPost