Madrid, el paraíso de las universidades privadas que se enfrenta al estancamiento de alumnos en la pública
ESPAÑAAgencia 24 NoticiasLa universidad pública madrileña lleva tiempo en crisis. Por un lado, no se le dedican suficientes recursos: el pasado 28 de noviembre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, recibió una carta abierta del rectorado de las seis universidades públicas —Complutense, Alcalá, Autónoma de Madrid, Carlos III, Politécnica y Rey Juan Carlos— en el que alertaba de que, de no recibir más presupuesto, no podría “garantizar la calidad del servicio público”. Y por otro, el número de alumnos está estancado. Había 175.282 matriculados en Grado en el curso 2015-2016. Casi una década después, en el 2023-2024, el número es muy similar: 174.359, según los datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (las cifras del último curso son todavía provisionales). Pero esto se contrapone con los matriculados en los centros privados, que no dejan de crecer. Si durante el 2015-2016 había 47.735 alumnos, el pasado año había 80.328 matriculados, lo que supone un 68% más en ocho años.
Entre los motivos a los que se atribuye esto, se encuentran los cambios estructurales de la demanda de carreras y de titulaciones y los servicios que ofrecen las privadas con respecto a las públicas, como explica a Infobae España Marta Martínez-Matute, profesora de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Autónoma de Madrid y coautora del artículo Desajustes entre demanda y oferta de titulaciones en las universidades públicas presenciales. La autora explica que “se ha diversificado muchísimo más el currículum”, haciendo que los nuevos gustos se hayan tenido que adaptar a la nueva demanda. “Se adaptan de forma mucho más dinámica las universidades privadas que las públicas. Estas últimas tienen que pasar por un proceso de verificación de títulos, tienen que ajustar la plantilla. Esto tiene unos costes y una serie de pasos burocráticos muy complejos y puede ser una de las causas del lento ajuste de la pública con respecto al ajuste mucho más flexible y dinámico de la privada a las tendencias y a la demanda de títulos de los jóvenes”, reflexiona.
Por otro lado, Ismael Sanz, coautor del informe y doctor en Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), explica que en los grados de mayor demanda por parte de los estudiantes, y que tienen más inserción laboral en las universidades públicas, “no se está aumentando la oferta”. “Sería bueno, sobre todo en aquellas carreras que tienen mucha inserción laboral, aumentar la oferta en universidades públicas porque sabemos que las empresas demandan ese tipo de titulados”.
¿Y por qué no se aumenta la oferta? Sanz apunta a varios motivos: entre ellos, “mantener el prestigio”. “La nota de corte es un elemento de prestigio y el hecho de que suba indica que hay una mayor reputación para esa universidad y para esas facultades”, comenta. Por ello, “no se está aumentando la oferta de plazas públicas en estas carreras y está aumentando mucho la nota de corte”.
14 universidades privadas y seis públicas en la capital
Mientras las universidades públicas se ahogan, Ayuso continúa creando centros privados. En febrero del año pasado, comenzó la tramitación de cuatro universidades privadas nuevas en la Comunidad de Madrid. Una de ellas es la Universidad Abierta de Europa, que, de aprobarse en la Asamblea de Madrid —donde el PP tiene mayoría absoluta—, pondría el contador en 14 universidades privadas y seis públicas en la capital. Pero, como adelantó El País en octubre, el Ministerio de Universidades rechazó el proyecto por no contar con los medios ni el espacio mínimos para establecer una universidad. Un mes después, pero antes de que los seis rectores de la pública enviaran la carta a Ayuso por no disponer de dinero para elaborar sus Presupuestos, votaron en contra de su aprobación en la comisión de planificación del Consejo Interuniversitario. Sin embargo, el voto es preceptivo pero no vinculante.
“Las privadas pueden surgir de la noche a la mañana, pero las públicas no, es mucho más complicado”, comenta Martínez. A Sanz no le parece mal que las universidades privadas crezcan, siempre y cuando sean de “calidad y haya indicadores de resultados públicos bien calculados, bien estructurados. Al fin y al cabo es una actividad que también genera empleos”, añade.
La comunidad universitaria se organiza para que la nueva ley de universidades eche a andar y tenga financiación.
Una tendencia nacional
Analizando los datos publicados por la cartera que dirige Diana Morant, esto no ocurre solo en la Comunidad de Madrid, sino que es una tendencia que se refleja en todo el panorama nacional. “No depende tanto de política regional como de una tendencia nacional”, corrobora la experta.
Comparando los últimos ocho cursos educativos, todas las comunidades autónomas que disponen de universidades privadas han visto disparadas sus cifras de alumnos desde 2015-2016 hasta el curso pasado. Por poner un ejemplo, Canarias tenía 386 alumnos en la privada hace ocho cursos, pues la Universidad Europea de Canarias era la única que había en aquel momento; y en el curso 2023-2024, el dato ascendió hasta los 5.695 matriculados, con dos centros privados más. Mientras tanto, la cifra de matriculados en las universidades públicas de la comunidad (Universidad de La Laguna y de las Palmas de Gran Canaria) se ha mantenido muy cerca de los 33.000.
En España existen 50 campus públicos, y la Administración no ha inaugurado ninguno desde la creación de la Politécnica de Cartagena en 1998. “Tenemos un exceso de universidades públicas muy importante en España y eso lleva un coste. Y tampoco quiere decir que eso sea caro”, dice Martínez. Ella no considera sustancial que en la Comunidad de Madrid se construya una nueva. “Que se creen nuevas universidades públicas tampoco genera una respuesta. Es más importante que diversifiquen las titulaciones o que amplíen el número de plazas. No le vería tanto sentido como al hecho de que se intenten ajustar en términos de oferta de plazas y en términos de oferta de titulaciones a las exigencias de los nuevos estudiantes o del mercado o de otro tipo de cuestiones”, finaliza.
Fuente: Infobae