Desde este domingo 1 de diciembre los hogares colombianos comenzaron a recibir gas importado luego de más de cuatro décadas de autosuficiencia energética con este hidrocarburo, según informó TPL Gas, que desde el viernes 29 de noviembre recibió la primera carga de GNL (gas natural licuado) procedente del exterior. De esta manera se pone fin a casi 45 años de autoabastecimiento, lo que había permitido a las familias acceder a un servicio económico. Sin embargo, el presidente Gustavo Petro ha puesto su agenda ideológica por encima de la economía de los colombianos, insistiendo desde su llegada al poder con su decisión de no firmar nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo y gas en el país.
“Conforme a la regulación vigente, TPL Gas está autorizada y en capacidad de comercializar gas natural importado en el mercado primario y gas natural nacional en el mercado segundario”, se lee en el documento divulgado este domingo por esta filial que se convierte en la primera comercializadora de combustible importado en Colombia para cubrir demanda no térmica, pues cabe aclarar que el país ya importa gas desde la década pasada pero para generadoras térmicas que funcionan a gas en industrias, comercios, vehículos y hogares.
La filial del grupo TPL Energía asegura además en el comunicado que TPL Gas surge “en medio de las alertas de desabastecimiento de gas natural en el país para los próximos años” con el “propósito corporativo de ofrecer soluciones eficientes y seguras a la demanda de gas natural en el país”. Y es que mientras por un lado Naturgás ha calificado el déficit de gas natural como “una alarma”, según palabras de su presidente, Luz Stella Murgas; por el otro, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, aseguró que hay tres factores que garantizan que no habrá déficit en una reciente entrevista con la revista Semana. No se puede olvidar que Roa responde a motivaciones de carácter más político, considerando que fue el gerente de la campaña electoral de Gustavo Petro y tiene cuentas pendientes que aclarar sobre las presuntas irregularidades cometidas que habrían llevado a la violación de los topes permitidos por la ley.
Por lo tanto, se trata de un alto funcionario que ha respondido a la agenda de Petro, quien el pasado 24 de octubre reiteró en la clausura de la Conferencia Interamericana de Ministras y Ministros del Trabajo de la OEA que se niega a firmar más contratos de exploración y explotación de petróleo y gas. “Yo no quiero, porque yo sé que esa firmita de contratos nuevos de exploración lo que entraña dentro de 10 años o 15 es que todo lo que presenten nuestros hijos y nuestros nietos queden expuestos a la muerte total de la especie humana”, insistió el mandatario colombiano, quien llegó a decir ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que el petróleo y el gas son más dañinos que la cocaína.
Aunque en la información que se divulgó el fin de semana no se precisa de dónde se está importando gas a Colombia, el gobierno de Gustavo Petro ha estado en negociaciones para comprar este hidrocarburo a la vecina Venezuela, cuya industria no pasa por su mejor momento en manos de la dictadura chavista que no solo ha destruido la producción con la falta de mantenimiento y corrupción sino que además está volviendo al aislamiento internacional por el fraude cometido en las elecciones del 28 de julio, lo que complicaría el comercio entre ambos países tanto por las sanciones al régimen de Nicolás Maduro como por la falta de infraestructura.
Fuente: PanamPost