Chile cae en las manos de los traficantes de fentanilo

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El tráfico de fentanilo en Chile es una realidad. La “droga zombie”, 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína —capaz de ser letal con solo una dosis de dos miligramos— irrumpe en el mercado de estupefacientes del país austral de la mano del crimen organizado.  La Fiscalía Nacional lo confirma en su último informe publicado por El Mercurio.

Atrás parece estar quedando el protagonismo de las drogas sintéticas como el MDMA (éxtasis) y la ketamina. Si bien han sido un negocio para las bandas en Chile por su alta rentabilidad y creciente consumo, el tráfico de fentanilo genera preocupación al Ministerio Público, ante la posibilidad de una crisis de salud pública debido a su rápida expansión.

El decomiso de 985 ampollas de fentanilo en un camión que pretendía llegar a Santiago desde Paraguay en agosto, sumado a la incautación de otras 1195 ampollas en Antofagasta, al norte de Chile, levantan alarmas entre las autoridades por representar un movimiento que supera a todo lo confiscado entre 2019 y 2023 por la Policía de Investigaciones (PDI) y los Carabineros.

Con temor a la pandemia opioide
La entrada del fentanilo en Chile espanta a las autoridades, considerando que Estados Unidos sufre la “pandemia opioide” que desató la producción ilegal y barata del fentalino con su combinación con otras drogas en comprimidos, polvos y espray nasales.

Las estadísticas del Centro Nacional para las Estadísticas de la Salud de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) confirman el drama luego de cerrar el 2023 con 74702 muertos, por sobredosis de esta droga.

La cifra representa el 70 % de las muertes por sobredosis de drogas del año pasado. Frente a ello, el Departamento de Estado reconoció que este opioide mata a más estadounidenses de entre 18 y 49 años “que cualquier otro problema de salud pública”. Hasta ahora, estima que 300 personas mueren a  diario por su causa.

La catástrofe deriva del consumo de fentanilo en pastillas, que según el Instituto Nacional de Salud estadounidense (NIH, por sus siglas en inglés) representan el 49 % de las incautaciones ilícitas en 2023, mientras que en la región oeste del país este porcentaje crece hasta el 78 %.

Capital en auge
Para evitar esos números, Chile monitorea el arribo de la droga desde abril de 2021, luego de que el Sistema de Alerta Temprana de Drogas (SAT) reportara la presencia del fentanilo en el mercado ilícito de estupefacientes. El ingreso a las hospitalizaciones de clínicas y hospitales psiquiátricos de pacientes afectados por sus efectos activó los radares.

En Santiago, en promedio, tres pacientes mensuales ingresan a clínicas siquiátricas luego del consumo de fentanilo, aseguró a Diario Financiero, Elisa Jara, sicóloga del Centro Kiri, dedicado a la rehabilitación de alcohol y drogas, recientemente.

La policía lo sabe. De hecho, el jefe de la Brigada Investigadora de Sustancias Químicas Controladas (Brisuq) de la Policía de Investigaciones, Gonzalo Santander, reveló que la ejecución de 15 procedimientos relacionados con la presencia del fentanilo en el último año. Admite que la droga “está empezando a circular”.

Un tráfico sorpresivo
 
El crimen organizado intenta convertir a Chile en otra plaza de su negocio con el fentanilo mediante un fenómeno incipiente, pero no menos preocupante: a través del robo a laboratorios farmacéuticos o mediante la compra directa de la droga por alguien con acceso a los mismos.

Ya hay sospechas del mecanismo. Un reporte del Centro de Investigación Periodística (CIPER) destaca casos de robos y hurtos, desde hospitales y laboratorios, de drogas como ketamina, morfina y fentanilo. Uno de los más seguido ha seguido el cometido contra el laboratorio Sanderson —filial chilena de la compañía internacional Fresenius Kabi— en la comuna de San Joaquín en 2021, desde el cual se sustrajeron 52 kilos y 28000 ampollas de ketamina, 55 kilos de morfina y 1,7 kilos de fentanilo.

Si se tiene en cuenta que un kilo de fentanilo podría matar a 500.000 personas por su efecto potencialmente letal, con la cantidad de fentanilo robada en la empresa, al menos 850.000 víctimas se contabilizarían. Sin embargo, no hay detenidos por este hecho y el laboratorio tampoco se querelló por el robo. ¿Extraño? Sí pero Sanderson tiene encima una condena por colusión en licitaciones públicas de medicamentos– ya había sido objeto de otro hurto en 2019. El historial del laboratorio Biosano es similar.

El mercado chileno es atractivo, debido a que una dosis de fentanilo se cotiza hasta en 38 dólares debido a la baja oferta que aún hay de esta droga en las calles australes. La suma es de “interés” para el crimen organizado cuando el precio promedio de un cigarrillo de marihuana es de mil pesos y de seis mil para el gramo de cocaína.

El impacto del consumo es terrible. Va desde padecer depresión respiratoria (cuando se respira demasiado lento), bradicardia (frecuencia cardíaca baja), hipotermia, estreñimiento, miosis, dependencia física y euforia.

Fuente: PanamPost

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